Estas condiciones climáticas y ambientales fueron las que permitieron que a sus aguas afluyeran vecinos de la localidad con asiduidad y que marcara el decursar económico político social y cultural de la localidad.
Si bien en la década del 60 del siglo XIX se puso de moda la afluencia a los baños de mar, y los paseos a la Playa de Marianao, hasta esa fecha su principal actividad económica era la pesca y los cultivos menores en huertas pequeñas.
Aunque no fue una gran industria desde 1693 se registra la presencia del Ingenio San Francisco de Paula y en 1880 inicia sus labores el ingenio Quijano, propiedad de Don Manuel Tobías, quien a la sazón era propietario de la finca Flores, las que sin ser grandes fabricas ni estar exactamente dentro del territorio incidieron en la vida del mismo por las acciones benéficas del Sr Tobías, para con los pobres y desposeídos del poblado y de Marianao.
Con el auge de la Playa, aparece una nueva industria, la industria del turismo, que va a generar nuevas fuentes de empleo, nuevos centros recreativos, culturales, deportivos que van desde pequeños establecimientos de venta de frituras y chuches hasta grandes balnearios, casinos, restaurantes y cabaret, que si bien en el siglo XIX fueron formas sanas, divertidas y amenas de pasar el tiempo libre, en el siglo XX se va a transformar en centro de juegos, vicios y prostitución, situación que cambió al triunfo de la Revolución, cuando se prohíben los juegos de azar y se logra la integración de la mujer a tareas sociales y con posibilidades de empleo.
Como parte de la infraestructura necesaria para recibir a los veraneantes se crearon baños o balnearios, hoteles, kioscos y glorietas para la celebración de bailes sabatinos y dominicales amenizados por las orquestas de mayor renombre del momento y a donde asistía lo que mas valía y brillaba de la sociedad habanera.
También se va a promover el desarrollo vial, y urbanístico de la localidad.
Así tenemos la construcción de la Calzada de la Playa 1864, la llegada de un nuevo ramal de ferrocarril, 1884, el tranvía en 1913, la Quinta avenida en 1930, avenida 25, década del 80, por citar algunas obras.
La playa asimiló en sus arenas a diferentes clases y sectores sociales, desde la pequeña y mediana burguesía que asistía a los Baños de Tuero, a los Candido Gómez o a las animadas matinée en la Glorieta hasta los selectos miembros del Havana Yatch Club, primer club náutico de Cuba fundado el 29 de octubre de 1886[7]. Sin embargo hacia 1912 se proyectan cambios para esta zona y en los terrenos de la finca Casanovas[8], se construye uno de los repartos privados de más renombre de nuestro país el Country Club.
Por las acciones de un grupo de representantes del gran capital la Playa se convirtió en centro de residencia de la gran burguesía cubana, que construyó formidables mansiones al estilo de los países más desarrollados del mundo en donde vivían acaudalados millonarios cubanos, norteamericanos e ingleses; no obstante trataron de mantener un cierto toque democrático y popular con la creación en el año 1922 del balneario La Concha y años más tarde el parque de diversiones conocido como Coney Island que se levantó justamente sobre la calle Real del antiguo caserío.
Los antiguos baños se convirtieron en aristocráticos clubes, los pequeños kioscos fueron demolidos, los vecinos del caserío, cubanos y mallorquines fueron expulsados a playas cercanas como Jaimanitas.
La presencia de un barrio residencial trajo aparejado el surgimiento de un barrio en la periferia del mismo donde se reunía población de pocos recursos económicos y culturales, mayoritariamente negra que se acercaba a estas zonas en busca de fuentes de trabajo, es el caso de Romerillo ubicado en la línea media del aristocrático Country Club y los opulentos clubes de la quinta avenida.
Después de 1959 la Playa sufrió un proceso de transformaciones que la encaminaban a insertarse en las nuevas formas socialistas de propiedad y de formación de valores éticos morales acorde a su nueva misión, de ahí que se nacionalizaran los clubes y se convirtieran en Círculos Sociales con acceso pleno a todos los ciudadanos cubanos, junto al saneamiento de la vida nocturna en la conocidísima zona de tolerancia, y la potenciación de las facultades artísticas con la creación de las escuelas de arte primero.
Sus casas acogieron a los jóvenes campesinos que llegaron a la capital a capacitarse en la década del 60 y hoy reciben a los hijos de tierras americanas en la facultad de ciencias Médicas de Girón (antiguo Colegio de monjas) como expresión de la cualidad humana y revolucionaria de los cubanos de ayuda , solidaridad e internacionalismo.
Un paso importante en la reconversión urbanística de la zona en áreas de lo que fuera el gran emporio Country Club fue la construcción en 1979 del palacio de Convenciones de Cuba, donde se celebró la 6ta Cumbre de países No Alineados y que es hoy el principal centros de convenciones de nuestro país.
En todos estos años se han mantenido presente tradiciones en los vecinos de la Playa independientemente de su condición social y estas están asociadas a la vida marinera sin estar necesariamente montados en barcos o veleros como los aristócratas de antaño, y es una tradición que rebasa los limites del poblado originario y con la que se puede identificar gran parte de la municipalidad me refiero al disfrute de los baños de mar, cada espacio del litoral tenga arena o no, se convierte en la playa de cada uno que disfruta espontáneamente de su "playa", resulta agradable sentarse a conversar en el malecón del náutico con los "pescaderos de varita" que pasan horas y horas esperando a que pique, o el que atarralla al hombro recoge sardinas plateadas en las tardes veraniegas.
La otra tradición a que me refiero es al baile en centros de recreo como ocurre no con la frecuencia y calidad que debieran en los círculos sociales de la costa.
Estos elementos conforman parte de la identidad del playero, que se siente mal cuando en su piel no siente el sabor salado del salitre ni le castiga el rostro el aire del mar
Continúa siendo un polo de atractivo turístico, con cafeterías, restaurantes centros deportivos, instalaciones turísticas visitadas por el turismo nacional e internacional, que necesariamente hay que revisar y reavivar, porque se encuentran en estos momentos en franco deterioro fundamentalmente constructivo y de corte organizacional como es el caso por solo citar uno de las piscina cercadas dentro del balneario Otto Parellada.
Merece revisar el potencial de la Playa que continúa siendo un sitio de gran atractivo turístico tanto para cubanos como para extranjeros por parte de los organismos que dirigen las principales instituciones de la zona para poder desarrollarla en toda su potencialidad.