Cuba
Una identità in movimento

Todo se junta y se armoniza

Froilán González — Adys M. Cupull Reyes

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"Lo que más resalta en La Habana
es su magnificencia".
(Celia de la Serna)

El ecuatoriano Gustavo Garcés Molinero, de SUREDITORES, llegó a La Habana con el libro CANTO INCONCLUSO, que escribimos sobre Celia de la Serna, madre del Comandante Ernesto Che Guevara, publicado por la Editora Política en 1998; y el primero de autores cubanos sobre el Che traducido al Chino.

El libro llegó de Quito, desde los elevados Andes del Centro de la Tierra, del país natal de Manuela Sáenz y de Eloy Alfaro, que como Simón Bolívar pensó en lo que faltaba por hacer, de Osvaldo Guayasamín que se quedó para siempre en América como símbolo de lo indomable; y de la intelectual Nela Martínez.

Vino en el marco en que conmemoramos el 490 aniversario de la fundación de la ciudad capital, y Garcés ofreció la primera edición en América del Sur, en el Canal Educativo de la Televisión Cubana y en La Terraza de CUBARTE del Ministerio de Cultura.

En este último lugar lo acompañó con el libro titulado NACIERON EN LA HABANA, compilación de poemas de los autores Idel Rosa Velázquez, Odalys Interian y Alberto Creagh.

En ambas instituciones se habló de una Crónica que escribió Celia de la Serna, a quien el editor en su Nota de presentación se refiere, significando el encuentro con Rosario García madre de Frank País; y evoca a Mariana Grajales, Madre de la Patria.

Garcés escribió:

"Cuando dos madres se encuentran, ambas con el dolor y la satisfacción que conlleva haber traído al mundo hijos que no se conforman con realidades de injusticia y oprobio; ambas en acuerdo esencial que les traslada a situaciones casi contradictorias entre el conservar la vida de sus hijos o apoyar la lucha; ellas, dignas mujeres de la estirpe humana levantaron en su momento la bandera de libertad que sus hijos flameaban en la cima del esfuerzo por mejorar la vida sobre la tierra. Frank País y Ernesto Guevara, sus hijos, ellas emulándose en la madre de Maceo que en su momento afirmaba: 'hubiera querido dar más hijos a la causa de la independencia de Cuba', después de once partos 'once hijos, todos patriotas independentistas; ellas, al unísono, nos reclaman de todas y todos Dignidad para llegar a la Libertad".

Queremos compartir con ustedes un fragmento de la crónica que Celia de la Serna, escribió sobre La Habana y que aparece en el libro CANTO INCONCLUSO:

CUANDO UNO LLEGA A CUBA

Cuando uno llega a Cuba siente como un impacto la fuerza de su belleza al desembarcar en La Habana. Es curioso como se entremezclan y se complementan la mole sombría del Morro dominando la bahía de aguas verdes, con sus espesos muros de piedra, sus oscuras mazamorras, y su precioso mirador de la rema; y La Habana Vieja enfrente y a sus pies: con sus calles estrechas, sus rejas labradas, sus iglesias barrocas y sus viejos edificios coloniales, ostentando las grandes hojas del patio central, interrumpido por la infaltable elegancia de las palmas.

¿Qué riqueza de colorido? La fiesta de colores tropicales es un asombro para los que habitando en lejano sur hemos elegido como decoración ciudadana el gris del cemento.

Después vienen las casas de sólidas columnas formando acogedores portales, y de pronto las grandes moles cristalinas de los hoteles modernos:

Todo se junta y se armoniza.

¿Qué derroche de espacio, de lujo, de colores?

La vista se extiende a lo lejos, sin sentir el peso de los edificios. Lo que más resalta en La Habana es su magnificencia. Es un viejo cuento, modernizado de "Las Mil y una Noches". Pero no quedó en cuento. Está bien viva.

Cuando uno llega a Cuba, siente el impacto de su vida bullente. Todos se mueven, hablan, gesticulan, bebiéndose la vida a grandes tragos.

Las mujeres pasan con su andar jacarandoso. ¿Es la gracia del trópico?, ¿Es que con alguna gota de sangre negra, heredaron también la elasticidad de la pantera ?...

Página enviada por Froilán González y Adys M. Cupull Reyes
(14 de noviembre de 2009)