Un hombre se pasea por las sinuosas calles de una villa que ya le reconoce y le abraza. Su andar no se apura, es cómo si, adoquín tras adoquín, se amoldara a la dinámica más tranquila de esta ciudad de provincia. En la mano, un libro; y en el pensamiento, quizá algún pasaje musical de una sinfonía que hace menos de un año estrenara en esta tierra de tinajones y de iglesias.
Su nombre es Gerardo Alfonso, un hacedor de textos y melodías que ha impactado considerablemente en el universo musical cubano de finales del siglo XX y principios del XXI, sobre todo en la creación de canciones con contenido social, humanista y de rescate y continuidad de la identidad nacional.
Su presencia en la ciudad de Guillén es para inmortalizar en un libro-disco la grabación de "Leyendas de Camagüey", una suite que el cantautor escribió hace dos años sobre las historias que los camagüeyanos hemos escuchado generación tras generación y que han hecho que a esta ciudad se le llame también la Legendaria.
"Agua camagüeyana", "Aura blanca", "Dolores Rondón", "El Indio Bravo", 2Cabellos cortos", "El rapto de las principeñas", "El Santo Sepulcro" y "La Cruz de Sal" son los ocho títulos que conforman la partitura que con arreglo orquestal del Maestro italiano Valter Sibilotti, Alfonso y la soprano italiana Franca Drioli estrenaron el verano pasado.
Durante su estancia aquí para grabar el CD en compañía del Coro y la Sinfónica de la ciudad bajo la conducción de la Maestra Irina Guerra y del versátil músico Edesio Alejandro, Gerardo responde a una serie de preguntas que le formulo.
- ¿Cuáles son las razones que lo traen de vuelta a Camagüey en menos de un año? ¿Acaso el agua de tinajón?
Sí, un poco — me responde con una risa de aprobación —. La primera vez que vine escuché sobre las leyendas de Camagüey, y me fui muy interesado en aquellas historias que desconocía.
Escribí ocho canciones sobre las leyendas de esta villa y se las envié a Italia al Maestro Valter Sibilotti quien en menos de tres meses hizo los arreglos para orquesta.
Se había planificado su estreno en el contexto del Festival de Música Contemporánea en la Plaza del Carmen el 9 de julio de 2004, pero por amenaza de lluvia se hizo en el local de ensayos de la Orquesta Sinfónica de la ciudad.
Para septiembre de 2004 ya se había coordinado con algunas instituciones la posibilidad de hacer una gira nacional con "Leyendas de Camagüey" y las orquestas sinfónicas de las provincias. También se había dispuesto la grabación de un disco con la participación de la Orquesta Sinfónica de esta localidad.
La Empresa Cubana de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM) sumó un estudio móvil al proyecto que está a cargo de ese gran músico que es Edesio Alejandro.
Por su parte, Irina Guerra, directora de la Banda Nacional de Conciertos y de la Sinfónica de Santiago marcó el compás de los músicos agramontinos en esta ocasión.
- Fue a mediados de los años 80 del pasado siglo que comenzamos a escuchar las composiciones de Gerardo Alfonso. En aquella época eras de la más joven generación de la nueva trova. En cambio Gerardo Alfonso ha cultivado disímiles géneros de la música popular y ahora incursiona en una especie de suite. ¿Cómo te defines como artista?
Fundamentalmente como cantautor ecléctico, sin esquemas, ni paradigmas musicales, asimilo todo lo que escucho y procuro devolverlo como arte. Los recursos básicos con que cuento son la guitarra y el piano, pero concibo la música con sonidos orquestales con diferentes géneros y diferentes formatos.
Siempre busco la renovación, evolución, creación y cambio. Ahora atravieso por una etapa de trabajo sinfónico que suman tres proyectos. "La Luna" (1998), CD de música y multimedia con temas que aluden a ella, con arreglos sinfónicos de Roberto Sánchez Ferrer, Guido López Gavilán y Emilio Vega. "Suite Sabanas blancas" (2002-2003) y por supuesto "Leyendas de Camagüey" (2004) ambas de Valter Sibilotti y ahora con la conducción de Irina Guerra.
- ¿Cuál es su valoración en relación al nivel artístico y profesional de los integrantes de la sinfónica de Camagüey?
Los egresados jóvenes del Instituto de Música tienen muchas perspectivas y hay muy buenos instrumentistas, pero no podemos menospreciar el valor histórico de los mayores, ya que ellos fueron los iniciadores.
Considero que es muy importante la práctica sistemática de grabar, de tocar obras en vivo y de tener mucho fogueo para afilar el pulso que merece una orquesta de una ciudad como esta, pero están en el camino para conseguirlo.
- El público siempre desea conocer las preferencias y los rasgos de personalidad de sus artistas más queridos. ¿Cuáles son las virtudes humanas que más aprecia?
La humildad, la bondad, el amor y la amistad.
- ... y los defectos que más desprecia?
El odio, porque este genera todas las demás cosas feas.
Fuente: Radio Cadena Agramonte, Camagüey
http://www.cadenagramonte.cubaweb.cu/ambito_cultural/310505.asp