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Cuba |
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Una identità in movimento | ||
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Un nombre justo
Adys M. Cupull Reyes
En conversación con Frei Betto, publicada en el libro "Fidel y la Religión", nuestro Comandante en Jefe, explica acerca de las tradiciones de su familia, y como al nacer, aquel 13 de agosto de 1926, le habían asignado como padrino a don Fidel Pino Santos, que era un hacendado millonario, amigo de su padre; razón por la cual le ponen el nombre de Fidel; pero fue el cónsul de Haití en Santiago de Cuba, señor Luis Hibbert quien lo bautizó.
Frei Betto le dice:
"Usted hoy podría llamarse Luis Castro".
Y Fidel responde:
"Podría llamarme Luis Castro si desde el principio me hubiesen asignado al Cónsul por padrino...".
En otra parte de la entrevista al referirse a Fidel Pino Santos dice:
"Me dejó su nombre, porque me habían puesto Fidel, en consideración de que el que iba a ser mi padrino se llamaba Fidel. Ya ves lo que son las casualidades, que ayudan a que uno reciba un nombre justo...".
Si nuestro querido Comandante en Jefe, Fidel Castro, se hubiera llamado Luis, lo más probable es que solo hubiera cambiado el nombre, pero él, sería el mismo hombre justo, que describe el comandante Guevara en su escrito publicado en la revista Verde Olivo con el título "Cuba, ¿excepción histórica o vanguardia en la lucha anticolonialista?"
En una de sus partes dice:
"... Tiene las características de gran conductor, que sumadas a sus dotes personales de audacia, fuerza y valor, y a su extraordinario afán de auscultar siempre la voluntad del pueblo, lo han llevado al lugar de honor y de sacrificio que hoy ocupa. Pero tiene otras cualidades importantes, como son su capacidad para asimilar los conocimientos y las experiencias, para comprender todo el conjunto de una situación dada, sin perder de vista los detalles, su fe inmensa en el futuro, y su amplitud de visión para prevenir los acontecimientos y anticiparse a los hechos, viendo siempre más lejos y mejor que sus compañeros. Con estas grandes cualidades cardinales, con su capacidad de aglutinar, de unir, oponiéndose a la división que debilita; su capacidad de dirigir a la cabeza de todos, la acción del pueblo; su amor infinito por él, su fe en el futuro, y su capacidad de preverlo, Fidel Castro hizo más que nadie en Cuba para construir de la nada el aparato hoy formidable de la Revolución Cubana...".
De la nada, porque nada tenían las masas desposeídas, en 1959. Entonces, surgió el Aparato Formidable que comenzó con escasez de médicos, de técnicos, de ingenieros, de científicos, de maestros; con la oscuridad que produce la incultura en un pueblo, el desempleo, el hambre en la ciénaga, y en los campos de caña; el racismo lacerante, que nos dividía, la marginación e insalubridad sin esperanzas, el analfabetismo creciente, la prostitución y el vicio tolerados al extremo; y los marinos yanquis ofendiendo la dignidad del cubano haciendo sus necesidades fisiológicas sobre la estatua de José Martí. en el Parque Central. Todo eso y más, porque hay que agregar el contínuo accionar terrorista que proveniente de los Estados Unidos, bloqueaban, quemaban, invadían, agredían, hasta los días de hoy, aplicando criminalmente nuevas leyes extraterritoriales contra las familias cubanas.
Su audacia, su fuerza y su valor, es herencia martiana y maceísta, que hizo contemporánea, junto al amor infinito a su pueblo, demostrado en cada uno de sus actos, como aquel que despertó las conciencias del mundo: cuando inició junto al pueblo, especialmente los jóvenes, la Batalla por el rescate del niño, hijo de Cuba, secuestrado en Miami..
Su fe en el futuro, hoy es la fe de todos los cubanos que luchan por un Mundo Mejor, es la fe de todos los que en cualquier parte del mundo, están convencidos de que un Mundo Mejor es Posible. Cuba no retrocederá, ni para coger impulso, como dijo Camilo Cienfuegos. Más de 150 Proyectos Sociales, Educacionales, Culturales y Científicos, nos llevan por el torrente que conduce a ese mundo venidero, de paz y solidaridad entre los pueblos. Una generación nueva avanza perfeccionando el APARATO FORMIDABLE lo dijo una pionera de siete años cuando explicó que nadie debe hablar mal de Fidel, que ella no lo permitía, porque todos los niños cubanos tienen escuelas, maestros, televisores, computadoras, hospitales, médicos, casas, parques, libros, museos, bibliotecas, y que, hablar mal de Fidel, es una falta de respeto que ella no permite.
Es el sentir de nuestro pueblo, son sueños para otros, y para Cuba realidad indestructible. Por eso diremos junto a nuestra querida poetisa Carilda Oliver, de su "Canto a Fidel", tres versos: ¡Gracias por ser de verdad, Comandante, gracias por hacernos hombres, gracias por su dignidad!
No voy a nombrar a Oriente,
Fuente: CUBARTE
Página enviada por Froilán González y Adys M. Cupull Reyes
Cuba. Una identità in movimento
Canto a Fidel
Carilda Oliver
no voy a nombrar la Sierra,
no voy a nombrar la guerra
— penosa luz diferente —,
no voy a nombrar la frente,
la frente sin un cordel,
la frente para el laurel,
la frente de plomo y uva;
voy a nombrar toda Cuba:
voy a nombrar a Fidel.
Ese que para en la tierra
aunque la luna lo hinca;
ese de sangre que brinca
y esperanza que se aferra;
ese clavel en la guerra,
ese que en valor se baña,
ese que allá en la montaña
es un tigre repetido
y donde quiera ha crecido
como si fuese de caña.
Ese Fidel insurrecto
respetado por las niñas,
novio de todas las niñas
que tienen el sueño recto.
ese Fidel — sol directo
sobre el café y las palmeras —,
ese Fidel con ojeras
vigilante en el Turquino
como un ciclón repentino,
como un montón de banderas.
Por su insomnio y sus pesares,
por su puño que no veis,
por su amor al veintiséis,
por todos sus malestares,
por su paso entre espinares
de tarde y de madrugada,
por la sangre del Moncada
y por la lágrima aquella
que habrá dejado una estrella
en su pupila guardada.
Por el botón sin coser
que le falta sobre el pecho,
por su barba, por su lecho
sin sábana ni mujer
y hasta por su amanecer
con gallos tibios de horror
yo empuño también mi honor
y le sigo la batalla
en este verso que estalla
como granada de amor.
Gracias por ser de verdad,
gracias por hacernos hombres,
gracias por cuidar los nombres
que tiene la libertad.
Gracias por tu dignidad,
gracias por tu rifle fiel,
por tu pluma y tu papel, por tu ingle de varón.
Gracias por tu corazón
Gracias por todo, Fidel.
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