Un cuarto de siglo después de que en La Habana se proyectaran y premiaran las primeras películas de la nueva cinematografía producida en América Latina, el festival cubano ajusta su mirada a la de los más jóvenes realizadores en aras de la supervivencia de un cine golpeado por la adversidad del entorno político y económico de la región.
De las 38 cintas de ficción en competencia a partir de mañana y durante los 10 próximos días, 24 han sido rodadas por debutantes, varios de cuyos nombres ya se mencionan en círculos de la crítica como fuertes contrincantes de realizadores establecidos, algunos de ellos triunfadores en la cita anual de la capital cubana.
Argentina con ocho y Brasil y Chile con cuatro cada uno, son los tres países más representados en la categoría de operas primas en la que también concursarán Cuba y México con dos respectivamente, mientras con una lo harán Ecuador, Guatemala, Colombia y Uruguay.
Las más comentadas operas primas, entre ellas Ana y los otros, un filme independiente dirigido por Celina Murga, El fondo del mar, de Damián Szifron, y Hoy y mañana, de Alejandro Chomsky, provienen de Argentina, que, junto a México y Brasil, integra el tradicional trío de los grandes de la cinematografía latinoamericana, ahora prácticamente maniatado por el abandono gubernamental y, lo que es peor, los planes de privatización de los estudios y del Centro de Capacitación Cinematográfica en el caso del país azteca.
"En estos 25 años han habido períodos en los que lo más importante era resistir: En muchos países, sobrevivir haciendo, en otros, como el nuestro, organizar la retaguardia. El ICAIC (Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos) fue durante muchos años la retaguardia técnica, la retaguardia en la cual los cineastas de América Latina, azotadas por dictaduras brutales, terminaban sus filmes, encontraban el modo de echar a andar algunas veces y terminar otras. Hoy es otro el camino. El camino es lanzar a los jóvenes", indicó recientemente a la televisión cubana Alfredo Guevara, presidente y fundador del evento, que, incluso, abrió sus puertas durante los años más difíciles de la crisis económica que sobrevino en Cuba a raíz del derrumbe del bloqueo socialista europeo.
De México se espera que cause un gran impacto el primer filme de Julián Hernández, Mil nubes de paz cercan el cielo, Amor, jamás acabarás de ser amor, una cinta en blanco y negro sobre el tema gay encarado desde las entrañas de una sociedad ultramachista.
El documentalista uruguayo Guillermo Casanova debuta con El viaje hacia el mar, típica road movie en la que se entretejen las historias de sus protagonistas: Un grupo de hombres unidos por el deseo de conocer el mar hacia el que se dirigen a bordo de un camión.
Los debutantes, del chileno Andrés Waispluth, es otra de las prometedoras cintas en competencia en el apartado de operas primas, en el que Cuba estrena a Rigoberto López con Roble de olor y Enrique Colina con Entre ciclones, y Colombia a Luis Alberto Restrepo con La primera noche.
Los 14 largometrajes de ficción restantes vienen acompañados por la fama y el buen hacer del cubano Juan Carlos Tabío (Aunque estés lejos), realizador junto al fallecido Tomás Gutiérrez Alea, de Fresa y Chocolate y Guantanamera, el argentino Marcelo Piñeyro (Plata quemada, Tango feroz), quien con su Kamchatka, ambientada durante la dictadura militar, amenaza con llevarse el Coral en fuerte contienda frente a su compatriota Alejandro Agresti, cuya cinta, Valentín, tiene el encanto de presentarnos la realidad en este caso la de finales de la década del 60, desde la perspectiva de un niño. Otro argentino, Alberto Lecchi (Operación Fangio, Nueces para el amor) regresa en muy buena forma con El juego de Arcibel, una producción entre España, Cuba, Chile y México, la cual cuenta los desmanes de un ficticio régimen totalitario que llega a encarcelar a un periodista deportivo a raíz de la publicación de un artículo sobre ajedrez, interpretado por el gobierno como subversivo.
Los brasileños Héctor Babenco (El beso de la mujer araña) con Carandiru, una de las cintas más taquilleras en ese país latinoamericano este año, Carlos Diegues, (Bye bye Brasil, Orfeo) con Dios es brasileño y José Enrique Fonseca con El hombre del año, integran el más prometedor trío de esa nación que en total presentará 11 obras en el festival, dedicado en esta ocasión al editor cubano Nelson Rodríguez (Memorias del subdesarrollo, Lucía, El siglo de las Luces, Roble de olor), el realizador griego Costa Gavras y el director de fotografía argentino Ricardo Aronovich (Missing, El recurso del método) quienes vendrán a La Habana.
RL/FM