Cuba

Una identità in movimento


Silvio Rodríguez y sus hermanos de oficio

Estrella Díaz


Silvio Rodríguez. Foto: Iván Soca

Tales declaraciones de Silvio fueron hechas a esta reportera instantes después de concluir en el patio del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau en La Habana Vieja, el segundo concierto que esa institución preparó a propósito del 60 cumpleaños del trovador y que se convirtió en uno de los homenajes más cercanos, profundos, amorosos y, sobre todo, sinceros que se le tributan a un hombre que, aunque rehúsa de luces, lentejuelas, perlas y multitudes, su sola presencia se convierte, si no en huracán, al menos en rabo de nube...

Los conciertos titulados Te doy una canción del sábado 25 y domingo 26 de noviembre fueron, además, una lección de respeto visto desde dos grandes vertientes: los propios músicos y el público. Los cuarenta trovadores que participaron en ambos recitales sabían que estaban allí para reverenciar a Silvio y a eso se limitaron y ¡crecieron!... atrás, muy atrás, quedó cualquier vestigio de vanidad personal: todo el que se subió al escenario supo y transmitió una profunda admiración hacia uno de los fundadores de la Nueva Trova cubana.

También el público, numerosísimo como era de esperar, que acudió al patio de Muralla 63 a disfrutar de la poética de Silvio supo tomar distancia de la voz que hacía suya una canción de Silvio. ¡Felicitaciones! para ese público, integrado por varias generaciones, que no se dejó seducir por la tentación de desbalancear el espectáculo con gritos y aplausos desmedidos. Todo lo contrario: la contención mostrada le dio a ambos conciertos un empaque definitivo.

Cuando el concierto del sábado 25 llegaba al final, Silvio subió al escenario y cantó "El colibrí" canción anónima que, confesó, le fue enseñada por su madre y "de ahí salieron todas las demás", enfatizó entre aplausos que ponían punto final a una noche en que la trova escribió, sin duda alguna, una hermosa página en su historia.

La responsabilidad de abrir el concierto del 25 fue de Gerardo Alfonso quien hizo su versión de "La historia de las sillas" y continuaron Erick Sánchez ("Nubes de alivio"), Dúo Janet y Quincoso ("Discurso fúnebre"), Jorge García ("La maza"), Inti Santana ("El guije"), Diego Gutiérrez ("Generaciones"), Alberto Faya ("Mi lecho está tendido") y Pavel Poveda ("Olivia").

Por la entrega raigal merecen mención aparte el Dúo Cofradía quien realizó una esplendida versión de "Si seco un llanto", Diego Cano, con su imponente voz retumbó las yagrumas con "Óleo de mujer con sombrero", mientras que Yamira Díaz puso un toque de conmovedora ternura con "Se demora".

Siguieron Silvio Alejandro ("Nunca he creído que alguien me odia"), Fernando Bécquer ("No vayas a cerrar los ojos"), Dúo Karma ("Que ya viví que te vas"), Lázaro García ("Hoy mi deber era"), Charly Salgado ("Acerca de los padres"), Tony Ávila ("El día feliz que esta llegando"), Vicente Feliú ("Un día nuestros fantasmas") y Frank Delgado ("Ella salió desnuda") y Santiago Feliú (Canción de la Columna Juvenil del Centenario).

La responsabilidad del cierre del primer concierto fue de Heidi Igualada, trovadora de timbre tierno y cautivamente y quien con su "Unicornio" dejó un aliento tibio en medio de una velada amenazada, constantemente, por la inminente lluvia.

De este primer concierto hay un aspecto importantísimo a destacar y es que los trovadores más jóvenes escogieron los temas más antiguos de Silvio, es decir, aquellos que fueron compuestos a mediado de los sesenta ¿La causa? Pues, quizás, porque de aquellos tiempos datan textos cáusticos, crípticos, concentrados y en los cuales las insatisfacciones eran, casi siempre, motivo inspirador. No estoy hablando de calidades: esa está probada por el paso de los años.

El poeta y cineasta Víctor Casaus, director del Centro Pablo, al inaugurar el concierto del 25 aseguró que ambas presentaciones, también, eran una manera festejar los años de existencia del espacio A guitarra limpia

Recordó Casaus que los más de setenta conciertos realizados

En estos diez años, dijo Casaus, hemos hecho mucho con muy poco y recordó que el Centro Pablo, institución que cumple su primera década de trabajo en diciembre próximo,

Insistió que las tres becas de creación otorgadas

Según el acta del jurado, integrado por Silvio Rodríguez, Víctor Casaus y Germán Piniella, se acordó por unanimidad otorgar el Premio del Concurso Del verso a la canción a los siguientes proyectos: Soñar despierto (Rita del Prado), Textos de poetas de Villa Clara (Diego Gutiérrez).

La isla en peso: doce maneras de estar lejos (Mauricio Figueiral), De la moderna voz a la vanguardia: textos de José Martí y César Vallejo (Ángel Quintero) y Cuba y la noche del dúo de Janet y Quincoso.

Ese mismo jurado fue el encargado de otorgar los premios del concurso Una canción par a Pablo y decidió, también por unanimidad, seleccionar a los trovadores Samuel Águila, Ihosvany Bernal, Raúl Verdecia, Juan Carlos Pérez, Marta Campos, Silvio Alejandro Rodríguez, Heidi Igualada, Fernando Cabreja y Oscar Eduardo Sánchez como finalistas que participarán en el concierto A guitarra limpia que se efectuará en diciembre próximo y que estará dedicado por entero a homenajear a Pablo de la Torriente Brau en el aniversario 70 de su caída en combate.

El Primer Premio de Una canción para Pablo fue conferido a "Contra lo oscuro" (Juan Carlos Pérez), el Segundo a "Caminar contigo" (Marta Campos), el Tercero a "Hijo de islas" (Silvio Alejandro Rodríguez), mientras se otorgaron dos cuartos premios a las canciones "Hay palabras" (Heidi Igualada) y "Arquitecto del sol" (Fernando Cabrera). Igualmente se decidió conceder una Mención Especial de estímulo al joven trovador Eduardo Sánchez por su canción "Torrente Brau".

La Beca de creación Sindo Garay, que por primera vez concede el Centro Pablo y que beneficiará con una ayuda económica durante un año a los trovadores seleccionados, le fue otorgada a Isael (Pipo) Carrazana, Junior Navarrete, Leonardo García y Eric Méndez.

Igualmente se presentó el Cuaderno Memoria dedicado al séptimo aniversario de A guitarra limpia y que en formato de papel recoge los momentos vividos en ese espacio durante el año anterior; también fueron presentados los nuevos CDs de la Colección A guitarra limpia que incluyen el quehacer de Trovarroco (con Silvio, Lázaro García y Vicente Feliú), Dúo Ariel y Amanda, Charly Salgado, Pavel Poveda y la Antología 5.

El concierto del domingo 26, en el que coincidieron hasta cuatro generaciones de trovadores y al que asistió el ministro cubano de cultura, Abel Prieto, también estuvo lleno de sorpresas.

Una de ellas fue el mensaje que trajo desde Brasil Marilia Guimaraes, una entrañable amiga de Silvio quien con nerviosa palabra deseó larga vida al trovador. También Martín Martínez, de Trovacub, fraterna y querida institución que promueve la trova cubana desde México, felicitó a Silvio a quien calificó de

Silvio había cantado el día anterior, pero no había hablado y fue invitado a ello:

Luego de estas hermosas palabras de Silvio Rodríguez, comenzó el segundo día de concierto y fue el Dúo Ariel y Amanda a quien se le encargó la difícil misión de comenzar el recital y lo hizo con el tema "Canto arena".

Luego siguieron Alain Garrido ("Para mirar nacer"), Junior Navarrete ("En mi calle"), Ángel Quintero ("Al final de este viaje en la vida"), Enriquito Núñez ("De la ausencia y de ti"), Ireno García ("Esta canción"), Alejandro Valdés ("Crisis"), Juan Carlos Pérez ("Rabo de Nube"), Norge Batista ("Sueño con serpiente"), Samuell Águila ("Aceitunas"), Augusto Blanca ("Paula"), Ihosvany Bernal ("Defensa del trovador"), Leonardo García ("La gaviota"), Pepe Ordás ("El dulce abismo"), dúo de Lien y Rey ("La resurrección") y José Antonio Rodríguez ("La vida").

De este segundo recital hay que destacar varias cosas como por ejemplo las declaraciones de Carlos Varela quien aseguró que "En estos días" es una de las canciones "más hermosas que se han escrito" y la dedicó a otro trovador mayor: Noel Nicola. Igualmente Varela responsabilizó a Silvio por haber "seguido el camino de la guitarra" y afirmó que a él

Marta Campos con su leve y cubanísima versión de "La gota de rocío" logró conmover al auditorio; Manuel Argudín y su "Ángel para un final" pusieron en un punto muy alto el concierto, mientras que ese santiaguero de voz y corazón de privilegios que es Eduardo Sosa, cerró con "Te doy una canción".

Inmediatamente después los cuarenta trovadores, "como cuadro apretado a la orilla de Los Andes" al decir de José Martí, se juntaron en el escenario y a voz común entonaron "Vamos a andar", antológico tema de Silvio.

La emoción se hizo verso, la emoción se hizo canción; por un momento sentí que algo bueno se amalgamaba ¡nunca antes vibró así ese patio!, ¡nunca antes se mezclaron público y músicos con tal intensidad bajo esas yagrumas! "Y nada más" fue el regalo final de Silvio.

Subió al escenario, rasgó la guitarra y cantó las primeras frases... lo demás fue energía desatada.

De repente tomé conciencia de que en apenas cuatro horas (dos aproximadamente para cada concierto) habíamos hecho un intenso recorrido por la historia cubana de los últimos cuarenta años: amor, dolor, ternura, rabia, congoja, nostalgias, añoranzas, batallas (ganadas y perdidas), felicidad (ampliada y disminuida, según cada caso), desesperación, futuro, anhelos... todo lo humano y lo divino resumido en una obra, en un quehacer, en un nombre, en un hombre: Silvio.


Los trovadores opinan ¿Por qué esa canción y no otra?




Página enviada por Azalia Arias González
(28 de noviembre de 2006)


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