Cuba

Una identità in movimento

"Diálogo". Boletín de la Casa de África. Enero/2005

Casa de África


enero 2005

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CONTENIDO

MALI: LA SAGA DE UN IMPERIO

MAESTRO DE HISTORIADORES

LA HABANA PROFUNDA

BAJO EL SIGNO DEL TAMBOR

EL TATU QUE CONOCÍ

Nuestras colecciones

ACTIVIDADES DE LA CASA


Mali: la saga de un imperio

Por: Ramón Torres

 

Cuando comenzaba a declinar el poderoso reino de Ghana, cuyo mayor esplendor osciló entre los años 950 y 1050, un pueblo orgulloso se debatía por alcanzar la gloria: Mali.

Hacia mediados del siglo XI ya Ghana había perdido su real influencia en el territorio que hoy conocemos como África Saheliana. Entonces los distintos habitantes de la zona se disputaban la región, hasta que en 1235 el pequeño estado de Kangaba, regido por Sundiata Keita, derrotó al reino de Sosso en la batalla de Kirina: nacía así el Imperio de Mali.

La confederación, estratégicamente situada cerca de seductoras minas de oro y rica en agricultura, se extendía al oeste hasta las costas del Atlántico, hacia el sur hasta las tierras auríferas de Bondu y Bambuk, al este llegaba más allá del río Níger, y al norte hasta las minas de sal y cobre del Sahara.

Durante mucho tiempo Mali funcionó bajo la coalición de 3 estados independientes (Mali, Mema y Wagadou) y 12 provincias protegidas, pero el imperio alcanzó su máximo apogeo en el siglo XIV, bajo el reinado de Mansa Musa, quien extendió aún más los dominios hasta el este de Gao.

La fama de Mali alcanzó los mundos islámico y europeo con la peregrinación de Musa a La Meca entre 1324 y 1325, en la cual empleó un séquito grandioso, que incluía 500 esclavos y 100 camellos cargados cada uno con 300 libras de oro y fue tan profuso su gasto en El Cairo, que el precio del metal dorado cayó en picada y tardó doce años en recuperarse.

Sin embargo, el ocaso maliense fue rápido y, si bien los reyes continuaron gobernando hasta 1645, cayó el imperio en 1591 frente a una invasión procedente de Marruecos.

Luego de un largo período de dominación islámica (siglos XVII al XIX), el territorio pasó a formar parte de la colonia francesa del Alto Senegal-Níger en 1904, y en el '20 constituyó el Sudán Francés, como región dependiente del África Occidental Francesa.

No fue hasta el 20 de junio de 1960 cuando, unido a Senegal en la Federación de Mali, se proclamó la independencia, a cuya cabeza se encontraba el líder Modibo Keita.

Disuelta la Federación, pero permaneciendo Keita en la presidencia, el antiguo Sudán Francés se declara República de Mali el 22 de septiembre del mismo año, y el país adopta una política de desarrollo de carácter socialista.

En noviembre de 1968 oficiales del Ejército derrocan al presidente Keita y establecen un Comité Militar de Liberación Nacional, que incapaz de impulsar la economía, llevó a la nación africana a desórdenes políticos con la consecuente represión.

En enero de 1992 se aprobó una nueva Constitución que permitía el pluralismo político, y ya en el último lustro el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial han recibido con beneplácito los progresos de la economía del país.


Maestro de Historiadores

Por: Mongui y A. Granado

 

El 13 de diciembre de 1891 nació en La Habana José Luciano Franco. Hijo de español y africana, vio la luz en las condiciones más humildes, lo cual no impidió que alcanzara la estatura más alta que un autodidacto pudiera imaginar.

Por eso el Primer Festival de tradiciones habaneras, efectuado entre el 15 de noviembre y el 13 de diciembre pasados, y coordinado por algunas instituciones como los proyectos José Luciano Franco y Cine con Filo, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y la propia Casa de África, dedicaron esta sesión a tan insigne investigador.

Franco, hombre admirable y encarnación de la inteligencia popular, supo nutrirse de sus experiencias para hacer historia partidista. Profesor Emérito de la Universidad de La Habana e investigador de igual categoría de la Academia de Ciencias de Cuba, publicó Los  palenques de los negros cimarrones en Cuba, El comercio clandestino de esclavos, La revolución de Haití, La diáspora africana en el Nuevo Mundo, y muchos otros volúmenes que integran su sólida obra científica. Experto de la UNESCO para la historia general de África, le fue encargado el estudio particular sobre la diáspora y  el cimarronaje en América; es considerado, además, el biógrafo por excelencia del "Titán de Bronce", Antonio Maceo Grajales, héroe epónimo de las luchas independentistas en Cuba, ejemplo de la intransigencia y dignidad que signan la identidad nacional cubana.

José Luciano Franco, intelectual de profunda médula revolucionaria, es paradigma y Maestro de historiadores. Su figura y su obra toda continúan vivas en cada rincón de esta, la ciudad que lo vio nacer.


La Habana Profunda

por: Ramón Torres

 

Domingo en La Habana profunda. Sonidos de tambores, claves, ekón. Coro que alterna con una sola voz; júbilo, algarabía, fiesta. El íreme Eribangandó precede la comitiva y aquel oficiante, valiéndose de un hisopo, asperja agua bendita: está purificando el ambiente, aleja "la cosa mala". Detrás, el impetuoso cortejo: Isué, Empegó, Mosongo, Mokongo, Abasonga..., todos plazas importantes de la potencia abakuá. Les siguen la orquesta, los ecobios u obonekues; pero todavía queda espacio para visitantes, familiares y hasta algún extranjero que llegó atraído por la original exhibición.

Desde el siglo XIX igual sucede en la capital cubana -incluso en otras ciudades portuarias como Matanzas y Cárdenas- cada vez que planta abakuá, asociación de socorros mutuos surgida alrededor de 1836, bajo el amparo de los carabalíes bríkamos ápapas.

Ápapa Efó (otros dicen que no fue Efó, sino Efí), autorizó a sus descendientes criollos para que formaran su juego aparte, primero porque las leyes de la colonia negaban a estos últimos la posibilidad de asociarse en cabildos, y segundo, porque los africanos eran muy celosos con sus ritos y alegaban que el relevo cubano introduciría el desorden en la religión.>

Efí Butón, afirman las fuentes, fue el primer juego, formado en el ultramarino poblado de Regla, al otro lado de la rada habanera. De este surgieron Efí Kondó, Efí Numané, Efí Akamaró, Efí Kunakuá, Efí Efigueremo y Efí Enchemiyá; Efori Isún, Efori Kondó, Efori Ororó, Efori Mukaro, Efori Bumá y Efori Araokón, ramas por Efí y por Efó.

Si entendemos que la sociedad abakuá -o de ñáñigos, como también se les llama- apareció fundamentalmente como respuesta a los desmanes esclavistas, no es casual, entonces, que los carabalíes prohibieran a sus ahijados criollos la admisión de mestizos, cuyo vínculo racial con los explotadores blancos no tenía lugar a dudas. Pero pasado el tiempo y atendiendo a su también condición de herederos y descendientes de los negros, entró a la Fraternidad el primer contingente de mulatos en la década de 1840.

Años más tarde se iniciarían los blancos, gracias al esfuerzo del mulato Andrés Petit, Isué de la potencia Bakokó Efó, lo cual provocó violentos choques callejeros que contribuyeron a acrecentar la mala fama de los ñáñigos, habida cuenta de su culto exacerbado a la hombría.

 

Machos probados

 "Para ser hombre no hay que ser abakuá, pero para ser abakuá hay que ser hombre", reza un viejo adagio popular.

Es decir, la entidad sólo admite a quienes cuenten con una hombría demostrada. Para ello, el endísime o aspirante deberá pasar un tiempo de investigación antes de incorporarse al grupo, porque ninguna mujer ni afeminado tendrá acceso a los secretos. Tampoco los cobardes. Ser hombre es no ser amujerado. Ser hombre es no ser delator a las autoridades judiciales.

Una vez que el aspirante haya pasado satisfactoriamente las pruebas de iniciación, se convertirá en un ecobio o monina, un hermano en la religión, con la cual contrae ciertas obligaciones morales y materiales.

 

Prejuicios y soluciones 

No obstante, el ñañiguismo ha sufrido de la incomprensión que suelen padecer los desposeídos y el gobierno colonial prohibió dichas corporaciones.

Sin embargo, la fraternidad abakuá, unas veces perseguida, otras ignorada, aún mirada de soslayo por ciertas personas prejuiciosas, forma parte de la cultura cubana.

Sus saltos, sus cantos, su accionar social, han superado los márgenes rituales para incorporarse a los más recónditos rincones de la Isla Grande. No debe extrañar, entonces, si al cruzar una esquina cualquiera alguien nos reclama un asere, ecobio o monina: voces de origen abakuá que vertidas ya en lengua popular llevan amplia connotación solidaria.

Pero si en profunda armonía nos honran con el vocablo de chévere, hemos de sentirnos privilegiados. Chévere para nosotros es igual buena gente, elegante, simpaticón o "sabroso". Recursos muy comunes con los cuales expresa su hospitalidad y cariño el cubano genuino.


Bajo el signo del tambor

Por: Estela Hernández

A los lejanos tiempos de África se remonta el uso de tambores, cuyas fórmulas percutivas forman parte de las más antiguas expresiones del espíritu. El tambor, que ha jugado un papel fundamental dentro de los ritos y danzas del Continente Negro, también puede ser considerado el principal elemento de cohesión del grupo, el vínculo entre vivos y muertos, la extensión de la palabra.

Estos instrumentos, que dejaron su impronta en la música y tradiciones de muchos pueblos, llegaron a Cuba, como a casi toda América, con los diferentes lotes de "ébano" traídos por la fuerza ante la cruel e injusta trata negrera. Sin embargo, no es hasta 1936 que se hace público un toque de tambores Batá. Debemos el privilegio al doctor Fernando Ortiz, quien tras largos años de acuciosa investigación antropológica concluyó que "sin el negro, Cuba no sería Cuba".

Pero no solo la música del tambor marcó un hito artístico, sino también las diversas formas que adquiría el instrumento, preparado con madera seleccionada y tensado con cuero de chivo o cabra africana.

Eduardo Córdova (La Habana, 1963), se erige quizás como la reencarnación genuina de aquellos aceitunados artistas que dejaron su huella en el Nuevo Mundo. De los comienzos nos habla el recuerdo:

"Cuando tenía 18 años fui llamado a cumplir el Servicio Militar Obligatorio (SMO) y me remitieron a la Banda del Estado Mayor, que me dio la oportunidad de continuar estudios y graduarme como profesor de música. En mis ratos libres trabajaba un trozo de madera que, tal vez por el desconocimiento de la técnica artesanal, se me fue perforando y se convirtió en una cara tosca, la cual perfeccioné poco a poco. De ahí tuve la idea de confeccionar tambores con forma de rostros africanos. A esa, mi primera pieza, le agregué caracoles y mis compañeros la bautizaron como Eleguá."

Después de aquella experiencia se lanzó a realizar un tambor  que, partiendo de un mismo tronco, dividiera sus ramas hacia dos tumbadoras, un bombo y una caja.

"El sonido de mi tambor no me dejaba del todo satisfecho y decidí hacer un instrumento que me diera varias sonoridades."

Comenzó así una carrera vertida en troncos de cedro, herrajes y cueros que tomaron forma bidimensional en un mundo sueños entre música y artesanía.

La escuela Paulita Concepción, en el municipio del Cerro, lo recibe como profesor una vez concluido el SMG. Allí comparte Córdova su obra con la más pequeña generación, de quienes pronto recibe los frutos.

"En ese centro inicié un proyecto de música popular y muchos de mis alumnos participaron en festivales PERCUBA y en la Fiesta del Tambor. Tres de ellos, incluso, obtuvieron premios. Sus nombres: Juliet Abreu, Guillermo del Toro y Rayne Lasserie, discípulos que me llenan de orgullo porque supieron poner en alto el prestigio de la escuela."

Su calidad quedó patentizada luego de participar en la Feria Internacional de Artesanía y llevarse el máximo galardón con la obra "Tambor Cepo", que recrea a un negro africano temeroso y oculto en el monte, como quien evade la esclavitud.

De ahí al mundo, es solo cuestión de tiempo. En Chile crea otro taller infantil dirigido a menores con problemas sociales y de conducta. ¿Resultados? Inmediatos. Un amplio proyecto comunitario que funciona en la nación suramericana y cuenta con su constante y desinteresado asesoramiento.

Festivales, Ferias, Exposiciones y otras actividades nacionales y extranjeras han reconocido el talento de Córdova, quien formó en 1999 la agrupación musical de pequeño formato Obbara, con actuaciones asiduas en su Peña del Palacio de la Artesanía, en la capital cubana.

Ambicioso al fin, Eduardo Córdova se traza elevadas metas. Ahora pretende constituir una Casa del Tambor que, de lograrse, promete actividades en grande.

"Con esta idea pudiera expresar más abiertamente mi obra, ya que tendrán las puertas abiertas tanto las personas del patio como el público foráneo, y se podrían efectuar demostraciones en vivo, impartir talleres de adultos y de niños, que son con quienes me gusta mucho trabajar."

No miente. Pues todos los sábados en la mañana alrededor de 13 pequeños asisten a su taller de música de percusión, que en los predios de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) desarrolla Córdova en ese transparente diálogo bajo el signo del tambor.


El Tatú que conocí

Un joven que estuvo muy cerca del Che durante su paso por el Congo recuerda, a la luz de los años, las enseñanzas recibidas del mítico guerrillero.

Por: Dr. Freey E. Ilunga (traductor de swuahili de Tatu en el Congo).

Hace casi 38 años, cuando yo contaba 16 años de edad, conocí a un hombre blanco de mirada penetrante que inspiraba respeto. Fue presentado a los congoleños como Tatu, que en swuahili corresponde al número 3.

Con anterioridad había escuchado el nombre, cuando Mitudidi Leonard, nuestro Jefe de Estado Mayor, hablaba al comandante de la base de Luluabourg y le recomendaba el cuidado de Tatu, quien estaba enfermo y en realidad era Ernesto Che Guevara, la tercera personalidad de la Revolución cubana. Mas, al percatarse de que yo había escuchado, me amenazó con fusilarme si revelaba el secreto.

A los tres días de aquello, fui llamado para desempeñarme como profesor y traductor del mencionado Tatu, lo cual para mí constituyó una "bomba", pues tenía la advertencia muy seria respecto a él y sentía profundo temor ante tal personalidad y cualquier indiscreción ajena.

Durante mi primer encuentro experimenté rechazo, porque para nosotros la raza blanca se había convertido en símbolo de penalidades, explotación y servidumbre, de la arrogancia mostrada por el dominio belga que enarboló la superioridad sobre el negro. Resultaba difícil cambiar nuestra apreciación cuando apenas llevábamos tres años y diez meses de independencia, luego de ocho décadas de colonización y ultraje europeos.

Sin embargo, las enseñanzas del Che, su ejemplo y entrega, me hicieron desterrar toda traza de reserva étnica y nacional.

Supe con el Che que el egoísmo constituye una cualidad del ser humano en pos de su conservación, pero que a veces se sobrepasan los límites y se tiende a monopolizar y esclavizar, incluso, la propia especie.

Para superar ese lastre -argumentaba- era preciso que la vanguardia educara a sus semejantes, que nos mirásemos como iguales y que fuéramos capaces de luchar contra cuanto perturbara el equilibrio de la humanidad. Entonces seríamos universales, y cumpliríamos deberes y derechos sin diferencias por el color de la piel, el sexo o la religión, y defenderíamos al hombre en cualquier región del planeta.

El reconocimiento del papel protagónico del hombre y de su poder en la transformación de la nueva sociedad era el legado humanista de Tatu.

Su vocación por educar por y para la libertad es esencial, y constituye un arma de triunfo. Y ese optimismo en la formación del hombre nuevo se basa en la confianza en el pueblo.

Su sacrificio nos indicó el camino: que hay que luchar para humanizar.

Su vida dejó claro que se puede pensar en un modelo alternativo de desarrollo que asegure formar un hombre diferente en este siglo XXI: un hombre más participativo en lo político, un humano más solidario en lo social, un ser más productivo en lo económico, un habitante más universal en sus relaciones internacionales.

Para llegar a estos objetivos hay que tomar su ejemplo como arma hacia la victoria.


Nuestras Colecciones

INSTRUMENTOS MUSICALES

Por: Alberto Granado

Desde hace algún tiempo la Casa de África desempeña un papel rector en el atesoramiento, conservación y exhibición de sus colecciones para entender al Continente Negro y conocernos mejor a nosotros mismos a partir del legado africano. Como espacio resulta indispensable si se pretende satisfacer la cultura popular, cuya potencialidad creativa hemos de difundir y encausar eficientemente, pues la función reflexiva de la cultura debe estar acompañada de la alta responsabilidad de crear, promover y difundir.

Nuestra institución, desde su inicio, constituyó un reto. Fue el primer museo de Cuba, incluso de América, que se dedicara a exponer y divulgar la cultura del África Sub-Sahariana contemporánea y su impronta en nuestras tierras, con una visión novedosa, no como simples objetos exóticos, provenientes de culturas ajenas y desconocidas, sino objetos resultado de donaciones a nuestro pueblo; no producto del negocio cultural, el robo o saqueo; no como un mundo lejano, homogéneo, de donde provenían negros "atrazados; sino pueblos de cultura muy diversa, que resistía y se fundía con la existente para lograr la nuestra.

La tradición artística africana, milenaria y en constante evolución, abarca desde la escultura o la arquitectura hasta la decoración corporal, por solo mencionar algunas.   

Nuestras colecciones tienen una importante función educativa, lo cual ha convertido al museo en obligado centro de referencia para el estudio de África.

Reclama la atención del visitante la vasta colección de instrumentos musicales africanos, debido a su variabilidad en cuanto a tipos y materiales de elaboración.

Para su clasificación, desde el punto de vista musicologica, se utilizo la técnica de la ORGANOLOGÍA, la cual permite una mayor familiarización con el instrumento en cuestión, modo y materiales de fabricación, así como su función artística y cultural.

De estos son algunas imágenes que compartimos.

 

 

 

Nombre técnico: Idiófono de punteado en forma de tabla. Nombre popular: su nombre es de piano de mano africano, pero según el país tiene diferentes denominaciones: Angola: sanza, Uganda: ikembe, Sierra Leona: limba, Zimbabwe: mbira, Zambia: kalimba.

 


Actividades de la Casa

 febrero 2005

 

Gala a Oyá

Lugar: Casa de África. Fecha: 2 de febrero. Hora: 2:00 p.m.

 

Exposición transitoria: "Belleza y Amor del Continente Negro"

Muestra bibliográfica de la lírica y narrativa africana referida al amor. Colección Biblioteca "Don Fernando Ortiz".

Lugar: Casa de África. Fecha de inauguración: 11 de febrero. Hora: 2:00 p.m.

 

Aula Taller "José Luciano Franco"

Temática. El humanismo de José Luciano Franco

Conferencista:  Bárbara Danzie. Especialista del Archivo Nacional

Conduce:  Leyda Oquendo

Lugar: Casa de África. Fecha: 24 de febrero. Hora: 2:00 pm

 

La historia de la diáspora africana en América Latina

Conferencia del Dr. Ubiratran Castro de Araujo, presidente de la fundación Palmares Brasil

Lugar: Casa de África.Fecha:12 de febrero. Hora: 2:00 pm

 


Casa de Africa, Obrapía 157, entre San Ignacio y Mercaderes, Habana Vieja, Ciudad Habana, Cuba.

Teléfono: (53-7) 861 5798

E-mail: africa@cultural.ohch.cu


Cuba. Una identità in movimento

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