Muchas personas en diferentes latitudes del planeta se asombran por la atención que recibe la población para la práctica sistemática del deporte y la cultura física.
Como antecedente no se puede obviar que antes del Primero de Enero de 1959, la actividad física en cuba era exclusividad de la burguesía, para los pobres solo quedaba el deporte profesional como forma de la explotación del hombre por el hombre.
En aquella época el país contaba con alrededor de seis millones de habitantes, donde solo el 0,25 por ciento de la población practicaba algún deporte, generalmente en clubes privado a los que solo tenía absceso la burguesía.
La Isla antes del 59 disponía de una sola escuela para la formación de profesores de Educación Física, de la que egresaban muy pocos alumnos, solo aquellos que con tenacidad y amor se sometían a innumerables privaciones, podían cumplir sus sueños.
Otros datos demostrativos de porque el deporte no avanzaba en Cuba están en que en el país existían más de 700 mil niños sin escuelas, cerca de 1 000 000 de ciudadanos eran analfabetos mientras que otras 600 mil personas estaban desocupadas y alrededor del 80 por ciento de lo que laboraban, no lo hacían de forma estable.
Este fue el triste panorama heredado por la Revolución triunfante el cual era indispensable transformar para brindar una mayor calidad de vida al sufrido pueblo.
Desde el triunfo de enero una nueva historia se abrió paso con posibilidades iguales para todos los hijos de los obreros, campesinos, e intelectuales, mujeres y hombres y sin distinción de razas fue posible.
Entre las medidas adoptadas estuvo la Ley 936 del 23 de febrero de 1961 con la cual se creó el INDER institución encargada de organizar y promover esa actividad en toda la nación.
Como ejemplo tomemos a la provincia de Camagüey, a más de 500 kilómetros de La Habana, que exhibe resultados superiores a los de muchos otros países del llamado Tercer Mundo.
Deportistas camagüeyanos han aportado más de diez títulos olímpicos a la cosecha de éxitos y cerca de una treintena han sido campeones o medallistas en certamen mundiales.
Casos como los de Mireya Luis, Filiberto Azcuy, Luis Ulacia, Jorge Gutiérrez, Oscar García, Yumilka Ruiz y Adolfo Horta, son hoy glorias universales.
Hoy se cuenta con un sistema de preparación para los atletas, que abarca centros de alto rendimientos desde las edades escolares hasta la de adultos, escuelas de profesores de la cultura física, instituciones dedicada a la medicina especializada y otras muchas posibilidades al alcance de todos, a pesar del férreo bloqueo económico, político, diplomático y hasta cultural y científico impuesto a a Cuba por el gobierno de los Estados Unidos.
En las últimas tres décadas se han graduado en Camagüey cerca de 3 000 licenciados en Cultura física, cuando antes de 1959 no existía ninguno.
Estos resultados tienen que ver con un aumento incuestionable de la calidad de vida del cubano de estos días, donde en materia de salud pública se aprecia que la mortalidad en el país ronda los cinco por cada mil nacidos vivos y en esta provincia es poco más de cuatro por mil nacimientos.
Por otra parte las expectativas de vida se elevan hasta cerca de 80 años de edad, mientras que en materia de educación se profundiza en el proceso de Universalización de la enseñanza superior.
Todos estos factores son los que permiten tener en Camagüey, como en toda Cuba, un deporte con todos y para el bien de todos.
Página enviada por Jorge Navarro Torres
(27 de abril del 2007)