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Sin tregua al delito en La Habana Vieja
Reynold Rassí
Hacer que los delincuentes y otros elementos antisociales se vean obligados a cerrar su "negocio" en el territorio de la Zona 53 de los Comités de Defensa de la Revolución en La Habana Vieja, es uno de los propósitos de los vecinos de allí como parte de su batalla contra el delito.
La vigilancia revolucionaria por parte de las instituciones y organizaciones de cada comunidad es esencial en el enfrentamiento al tráfico de drogas, la corrupción, y otras ilegalidades de aquellos que pretendan dañar a nuestra sociedad. Y en esta tarea los Comités tienen el peso fundamental.
En el anterior y en el actual año cederista, la Zona 53 de los CDR ha estado a la vanguardia en esta difícil misión. Ubicada en el barrio de Tallapiedra, atiende el área de Cuatro Caminos (Monte, Belascoaín, Cristina, Arroyo y Matadero), compleja en tanto existe en ella un buen número de establecimientos comerciales y hay una gran cantidad de población flotante.
Esa Zona cederista, con sede en la calle Monte entre Belascoaín y Arroyo, la integran seis Comités que agrupan más de 700 cederistas, de los cuales unos 270 participan asiduamente en las guardias nocturnas.
"Hemos creado un Destacamento Popular de Vigilancia Revolucionaria, del que forman parte alrededor de 130 compañeros, que atiende el turno de 2 a 5 de la madrugada y recorre el barrio de Tallapiedra junto a otros destacamentos de esa área", explica Aleida Galindo Valdés, responsable de Vigilancia de la Zona.
Enfrentamiento al delito
Los Comités de la 53, en particular los números 2 y 3, se han destacado en el enfrentamiento a robos con fuerza y violencia en las personas, y a actividades ilegales en sus cuadras.
"A finales de enero vi a un individuo que se arrimaba a los autos que paraban en el semáforo de Monte y Belascoaín, y su actitud era sospechosa. Llamé a los compañeros del Destacamento de la Zona, quienes a su vez avisaron a la Policía. El ciudadano fue detenido y se comprobó que con la ayuda de otra persona se dedicaba al arrebato de relojes, manillas y cadenas de pasajeros de los vehículos", apuntó Daysi Ledón Romero, presidenta del CDR No. 2.
Cuenta Dayamí Díaz Richard, ama de casa y miembro del Comité No. 2, que el pasado 20 de febrero
"... me encontraba de guardia con mi hermana y otro compañero, y observamos a dos personas que intentaban entrar a un edificio en el cual no vivían".
Felipe Mena Toledo es un cederista de 65 años, jubilado de su trabajo, pero no del quehacer revolucionario:
"En noviembre pasado, estábamos de recorrido tres compañeros por la calle Monte, alrededor de las 12 de la noche, y observamos a dos extranjeros seguidos por varios individuos que trataban de darles alcance. Tan pronto fuimos al encuentro de los turistas, los que los seguían se 'esfumaron'. Luego llevamos a los extranjeros para la Zona de los CDR y allí avisamos a la Policía, la cual les dio protección hasta donde iban".
Preservar el patrimonio y la tranquilidad
José Andrés Valdespino Cutiño es el coordinador municipal de los CDR en La Habana Vieja. Destaca que este es un territorio que se ha caracterizado por un gran movimiento de turistas, lo cual ha motivado una afluencia de elementos antisociales.
Ante tal situación — refiere Valdespino — y con el apoyo de todas las instituciones y organizaciones de la comunidad, se creó el pasado mes de febrero el Destacamento Municipal de Vigilancia Revolucionaria y de Enfrentamiento al Delito. Ya ha operado en más de 10 hechos de robo con violencia en las personas y contribuyó a la captura de varios delincuentes. Los destacamentos disponen de medios de comunicación, lo cual permite una coordinación mayor con la Policía.
Raúl Joglar Sosa, custodio en el Museo de Ferrocarriles de Cristina y segundo jefe del Destacamento Municipal, intervino en la captura de un ciudadano que robaba en un auto, en Cristina y Matadero, de un carterista que le arrebató el bolso a una mujer y de otro que a punta de cuchillo intentaba asaltar a un turista en Prado y Neptuno.
Víctor Galán Sánchez, coordinador de la Zona 53, y María de los Ángeles Robledo Galindo, secretaria de Vigilancia de los CDR en el municipio de La Habana Vieja, explican que también forman parte de esta batalla el trabajo de prevención que se realiza en la comunidad, la atención a los que cumplen sanción domiciliaria, a los exreclusos, y a los jóvenes que no estudian ni trabajan. Ellos están convencidos de que una llamada a tiempo puede evitar un delito.
En cualquier caso, en esta zona de los CDR de La Habana Vieja no les dan tregua a los antisociales.
Fuente: http://www.granma.cubaweb.cu/2005/03/09/nacional/articulo07.html
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"Fuimos a su encuentro, y al preguntarles adónde iban se fueron rápidamente. Seguro que trataban de entrar y no era para nada bueno. La guardia en el barrio da tranquilidad y cumple una función preventiva".
Webmaster: Carlo Nobili — Antropologo americanista, Roma,
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