Los escleractínios o corales pétreos son animales muy vistosos que viven fijos en el fondo marino. Sus variadas formas recuerdan a pequeños arbustos, conos, cilindros, hongos y láminas aplanadas; estas últimas pueden, en ocasiones, estar incrustadas sobre el fondo rocoso.
La variada gama de colores que exhiben estos animales hace que estas formaciones marinas sean consideradas como jardines sumergidos. Loa colores que más destacan son el amarillo, el carmelita, el verde en todas sus tonalidades, el rosado, anaranjado y morado, y enmascarados y combinados con los anteriores se perciben los tonos rojos y azules.
Los corales requieren para su desarrollo de ciertas condiciones ambientales, como son: una temperatura del agua que no baje de 18 ó 20 grados C., que la salinidad del agua sea alrededor del 35%; una buena iluminación y transparencia, y un movimiento adecuado de las aguas. Estas cualidades sólo se encuentran en los mares tropicales.
El considerable desarrollo y la gran variedad de formas que presentan los corales permite la formación de edificaciones rocosas conocidas como arrecifes. La extraordinaria belleza y colorido en los arrecifes coralinos hace de ellos un paisaje que no puede ser borrado fácilmente de la memoria de quienes alguna vez haya paseado por los mismos.
Tales arrecifes están distribuidos mundialmente dentro de un cinturón marino alrededor del globo terráqueo, dispuesto entre los 30 grados de latitud norte y los 30 grados de latitud sur en las regiones occidentales de los océanos donde se encuentran grandes extensiones de aguas cálidas. Las mayores construcciones coralinas son la Gran Barrera Australiana, en las aguas costeras del noreste de Australia, y las del Mar Caribe.
Los corales atrapan su alimento mediante el lanzamiento de unos dardos venenosos que se encuentran en los extremos de sus tentáculos, los cuales cuando tocan esos organismos, los paralizan y luego los atraen con los tentáculos hacia su boca y los hacen penetrar en la cavidad gastrovascular, donde son ingeridos. El plancton constituye su principal alimento. El esqueleto de los corales es de carbonato de calcio cristalizado y tiene un aspecto vítreo, de color blanco nacarado.
En las colonias coralinas viven conjuntamente individuos de ambos sexos, es decir, son hermafroditas y se reproducen sexualmente también por gemación, esta última de tipo asexual. El tamaño que puede alcanzar una colonia oscila entre los dos o tres metros de diámetro y uno o dos metros de altura, hasta las de medio o de un centímetro de diámetro.
Los corales tienen gran importancia desde el punto de vista ecológico, geológico y económico.
http://www.nautica.cu/corales.htm
(Resumido de la revista "MAR Y PESCA". Según un trabajo de Nereida Martínez Estalella, con ilustraciones de Alina Alvarez y fotos del archivo de la autora)
