El conocimiento de la realidad circundante es una acción humana, se trata de la practica ancestral del saber, para poder hacer; es actuar sobre bases concretas para avanzar en el medio objetivo donde se desarrolla el "drama" humano, es decir La Vida Consiente de la Naturaleza, lo que se ha llamado civilización. Sin embargo, aunque no hay civilizaciones de otro seres vivos, es evidente que muchas especies desarrollan códigos de saber — los denominados instintos — que les permiten realizar programas con ciclos de vida precisos tanto para el ser individual como para el colectivo del que forma parte.
El conocimiento, está perfectamente demostrado, es inherente a la vida del planeta.
En la medida de que el acto de Saber se realiza desde puntos de vista conscientes en los que el ejercicios de la reflexión se enfatiza, el camino por el que transita el instinto deja de ser expedito, la conciencia se individualiza, el sujeto colectivo crece; entonces el conocimiento resulta una categoría visible y manipulable según la posiciones e intereses de quien, o quienes, sean sus portadores y/o expositores; es así como la verdad será directamente proporcional a la magnitud del poder de quien la expresa y ella en si misma se constituye en poder.
El conocimiento como Saber se transforma, en la practica ya no marcada simplemente por la vida natural del grupo, en Educación, es decir Saber Ideologizado cuyo fin, en gran medida, es preparar para roles clasistas.
Saber y Educación son categorías diferentes pero interactuantes, su base es el conocimiento; hay una fina "membrana" que los separa, por eso se trata de alcanzar el reconocimiento y defensa de la verdad histórica como derecho que tiene todo ser humano, y no solamente de lograr la Educación con los tradicionales acondicionamientos capitalistas, sino en el Saber con la visión filosófica del mundo de las grandes mayorías que hacen la historia en todos los regímenes sociales y que siempre han sido despojadas de su protagonismo por minorías que han convertido el despojo en virtud; la violencia en necesidad; la bondad en cobardía para justificar todo tipo de barbarie.
Se desvirtúan los hechos del pasado — La Historia — para hacer coherente el hecho de que las sociedades más brutales de hoy sean consideradas como paradigmas de desarrollo pese a que llevan a la humanidad al holocausto en una trayectoria irracional en que se realizan crímenes contra natura a nivel universal y que trasciende a la espiritualidad del ser y avasallan la conciencia individual de este minuto del tercer milenio en el cual el poder de educar esta en los medios de macrodominación de la "omnisciente" clase que auspicia el neoliberalismo y que ha apostado por el exterminio.
El grado de barbarie de los poderes que signan la sociedad capitalista actual es tan alto que no alcanzan a darse cuenta de que su existencia esta estrechamente relacionada con los ella que extermina, de manera que con sus crímenes se esta suicidado.
EL DERECHO HUMANO AL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD HISTORICA es una herramienta y un antídoto contra la catástrofe neoliberal y postmoderna. Desde Cuba y apartir del análisis de los que ya han ganado la condición de ser dueños de: su historia, el ejercicio de su voz ancestral y de su imagen real de pueblo combatiente, enarbolamos este derecho como justa reivindicación para que sea reconocida universalmente.
Cuba por su historia de lucha inspira y justifica que se proponga contribuir al EL DERECHO HUMANO AL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD HISTORICA.
Sobre suelo cubano — también caribeño en general— se ha desarrollado de forma acelerada, lo que la Humanidad vivió en etapas de larga duración (según la propia óptica aprendida pero bien aplicada de la educación europea occidental capitalista), la conjunción de seres de diferentes medios ecológicos que en 500 años producen un rápido mestizaje biológico; también los sistemas económicos sociales vividos en largas etapas en nuestro caso sean desarrollado aceleradamente. De ahí que el polinguismo, multietnicidad, pluriculturalidad sean todo un conjunto característico de nuestro entorno y que se constituye en una memoria histórica transcultural contenedora de causas y efectos; realidades, razones, parcialidades, insuficiencias, ocultamiento; todo mezclado e indivisible cuya denominación más aceptada es la de que somos un pueblo latinoafricano enemigos del racismo y la discriminación; es decir un país en revolución donde se confirma el papel de la personalidad de los héroes positivos, ejemplos y conductores de la historia, lease Fidel, Martí, Maceo Grajales, Máximo Gómez, Che, Carlos Manuel de Cespedes, Coba, Gallo, Fermina, Carlota, Hatuey, Guama. Se evidencia también el poderoso y multiple movimiento de combate y resistencia antinvacionista, antiesclavista, anticolonalista, antineocolonialista que comienza con el cimarronaje indígena y africano; continua en las huestes mambisas, las masivas luchas obreras — campesinas y estudiantiles de la república mediatizada y en la insurgencia de los rebeldes que llevan al alborear victorioso del 1 de enero de 1959; que continúan hasta la fecha en la que cerco enemigo del imperio ha sido vencido miles, millones de veces por este pueblo apalencado paradigma de la dignidad.
Desde Cuba se enarbola EL DERECHO HUMANO AL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD HISTORICA porque el ejercicio del aprendizaje y la reflexión nos permite apreciar la distorsión interesada de la realidad por parte de las elites opresoras y comprobar su óptica recogida en fuentes primarias en las que se repite y se aumenta la mentira en ella sé diabolizan las culturas autóctonas de América y las provenientes de África; sé invisibiliza todo el aporte de estas, en tanto que se sobre estiman todo lo proveniente de las culturas dominantes. Se conforman durante siglos la opinión histórica de todas las generaciones hasta la fecha en cuanto a que nuestros pobladores autóctonos eran grandes cobardes que no supieron defender su mundo, que estaban vencidos por su sed de sangre demostradas en sacrificios "absurdos"; apenas nada se habla se escribe o se trasmite de sus conocimientos artísticos, científicos, filosóficos; solo lo imposible de ocultar, la piedra testimonio permite recordarles y admirarles, pero no los entendemos, hay un mensaje y una herencia oculta que debe ser develada.
El reto actual para el ejercicio de la verdad histórica para asumir su conocimiento plenamente, es descifrar, ver, reflexionar sobre las sociedades autóctonas y el sentido verdadero de lo que las fuentes colonialistas nos trasmiten, leer entre líneas, reinterpretar los textos y saber quienes son realmente los Olmecas, los Caribes, los Araguacos, porque hay fonemas generales que se encuentran con frecuencia llamativa en los etnonimos de toda América y al darnos cuenta de esto estamos frente al reto de llegar a la América profunda a la real. De esta misma forma alcanzar la de África y desechar la artificial creada por los colonialistas. Estamos obligados alcanzar el conocimiento de la Europa de sus pueblos que es también una y múltiple, no es una identidad en una sola pieza dedicada a masacrar, a explotar, a envilecer.
El DERECHO HUMANO AL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD HISTORICA no es mas que rehabilitar lo inherente a cada cual para retomar el rumbo real de la vida humana, despertar la conciencia en este sentido es reconocer la entraña indígena y africana de la América actual. Sin desconocer el aporte Europeo capitalista dominador, ni el asiático, el árabe... así como tampoco el papel relevante femenino en este trayecto y en el de toda la humanidad.
EL DERECHO HUMANO AL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD HISTORICA es enjuiciarnos como humanidad en cuanto si somos consumidores y consumidoras de informaciones falsas sobre las culturas africanas que se consideran abrumadoramente inferiores en la mayoría de las fuentes que pasivamente consumimos, en ellas en cualquier lugar y tiempo coinciden lo negro con el atraso, la esclavitud, fealdad, irracionalidad todo esto sobre la base del estereotipo étnico.
EL DERECHO HUMANO AL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD HISTORICA demostraría la imagen artificial que durante la segunda mitad del milenio anterior hizo de todas las culturas populares incluyendo las europeas lo que pudiéramos llamar el capitalocentrismo y así lo ha trasmitido, se trata de una mascara que asumen los grandes explotadores de todos los pueblos del mundo; se ha dividido a los explotados enarbolando diferencias raciales, culturales, religiosas, etc.
La particular identidad ha sido manipulada como enemistad entre países y hasta entre comunidades étnicas. El arma para todo esto es la violación del DERECHO HUMANO AL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD HISTORICA y su utilización coherente para una MUNDIALIZACIÓN armónica enriquecedora de la condición humana.
Derrumbar la globalización neoliberal implica hacer poderosas redes de interculturalidad por medio de las cuales se comunique a todos y cada uno de los integrantes de la comunidad la verdadera identidad de que somos portadores sus valores esenciales su dignidad intrínseca. Deconstruir para reconstruir sobre bases de la fuente oral que dice más verdades sustanciales que cualquier otro portador de información, al mismo tiempo creemos que la fuente escrita debe ser rehabilitada desde una óptica critica que permita descubrir las verdaderas intenciones de quienes la construyeron.
El análisis por medio de un conjunto de redes antirracista puede informarnos sobre lo obsoleto y primitivo de las clasificaciones en la que subyacen el sentido de razas superiores e inferiores, guiadas por el bárbaro precepto de la responsabilidad del hombre blanco.
Hay que introducir vigorosamente cambios sustanciales para ejercitar EL DERECHO HUMANO AL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD HISTORICA porque la identidad humana, su racionalidad y sobrevivencia esta en gravisimo peligro.
Página enviada por Leyda Oquendo Barrios
(10 de abril de 2007)
