"Pocas veces brilló más alto un estadista que en esos días (octubre del 62), me enorgullezco también de haberte seguido sin vacilaciones, identificado con tu manera de pensar y de ver y apreciar los peligros y principios", escribió Che en su carta de despedida, el 31 de marzo de 1965, veinticuatro horas antes de partir hacia Africa. Valoraba la dimensión del pensamiento de Fidel durante la Crisis de Octubre.
Es tan conocida en Cuba y el mundo esta misiva, que apenas necesito decirlo. No obstante, me complace reiterarlo. Ella muestra entre otras muchas cosas ese sentimiento de fidelidad y admiración del Che por Fidel, pero no es precisamente ese aspecto el que me propongo comentar, sino el de la profundidad de su pensamiento. Luego volveré sobre otras apreciaciones que hace el Che sobre la personalidad de Fidel que nos permitirán ver los valores de la estrategia militar concebida por este para llevar a cabo la lucha contra la tiranía batistiana, sin olvidar por supuesto, aspectos tácticos y estratégicos también, de la lucha política.
Sin lugar a dudas que el pensamiento político-militar del Comandante en Jefe, surge y se desarrolla en constante lucha contra el imperialismo yanqui y es por lo tanto una consecuencia histórica del devenir social. Desde su juventud, cuando se inicia en el quehacer revolucionario, antes y después del 10 de marzo de 1952, día en que el general Fulgencio Batista da el Golpe de Estado en Cuba, la dinámica de su acción traspasa nuestras fronteras. Baste solo citar su participación en los hechos del Bogotazo, en Colombia en 1948, donde se encontraba cumpliendo una misión de la Federación Estudiantil Universitaria "FEU", y no pierde tiempo en ponerse del lado de los revolucionarios colombianos.
Desde esta época, afirma Faustino Pérez[1], ha quedado definida la vocación antiimperialista de Fidel, al afirmar, cuando él
"... viajó a Bogotá se entrevistó con un dirigente de la Federación de Estudiantes de Panamá (...) recorrió y vio las instalaciones allá en las zonas del Canal y le manifestó que la única forma de desarrollar una lucha antiimperialista en Panamá y en América Latina era la lucha armada. Eso quiere decir que Fidel desde aquella época ya tenía claramente definida es posición" (Faustino Pérez, Pensamiento Crítico, No. 31, Agosto, 1969, p. 84 y 85).
Fidel surge a la vida política en los años de los gobiernos auténticos, cuando Cuba transita por una aguda crisis en las instituciones. La llamada democracia y el parlamentarismo burgués son incapaces de dar solución a los problemas del país. Esta situación se hace más insostenible a partir del Golpe de Estado de marzo de 1952, que como ha afirmado el propio Comandante en Jefe deja a la patria sumida en un estado de depresión, indignación e impotencia, por ser un acto de humillación y fuerza impuesto a la nación cuando al parecer entraba por un cauce constitucional.
Es precisamente en estos instantes cuando su personalidad cobra mayor vigor en la lucha contra los males que aquejan al país y desde la colina universitaria empezará a traslucirse un nuevo líder. Su papel aglutinador en las filas de la ortodoxia y su autoridad entre el estudiantado, serán elementos de primer orden en su quehacer revolucionario.
El propio Fidel al hacer un análisis de su línea estratégica para llevar a cabo la Revolución ha dicho que armado de conceptos fundamentales y básicos, y con una concepción revolucionaria, decide poner en práctica la idea de la lucha armada. Ha puntualizado que al entrar en la Universidad, aún no tenía una cultura revolucionaria.
"Menos de ocho años transcurrieron desde que esa concepción fue elaborada y la Revolución había triunfado en Cuba. Yo digo que no tuve un preceptor".
"Grande tiene que haber sido el esfuerzo de razonamiento en tan poco tiempo, para elaborar y poner en práctica esas ideas. Para ello fue decisivo lo que aprendí del marxismo-leninismo. Creo que mi contribución a la Revolución Cubana consiste en haber realizado una síntesis de las ideas de Martí y el marxismo leninismo, y haberla aplicado consecuentemente" (Frei Betto. Fidel y la religión. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 1985, p. 163-164).
En el desarrollo de su pensamiento político-militar, el asalto al cuartel Moncada, constituye su primera acción armada dentro del país, luego de las experiencias de Cayo Confite y del Bogotazo.
El Che calificó a Fidel de fuerza telúrica, capaz de ver siempre más lejos y mejor que el resto de sus compañeros sin perder de vista los detalles. En mi opinión su capacidad de prever el futuro tal y como dice el Guerrillero Heroico, unido a su voluntad de luchar y confianza en las masas, han sido los pilares fundamentales de su táctica y estrategia para alcanzar la victoria tanto en el campo militar como político. Estos elementos, unidos a su amplia cultura universal, le permitieron generalizar las experiencias de nuestras guerras de independencias y otras, para poder formar un ejército, siempre apoyado por el pueblo, que fue capaz de derrotar a una de las Fuerzas Armadas de la región, mejor entrenadas, asesoradas y armadas por los yanquis en la década del 50, como era el ejército del tirano Batista.
Apenas el espacio alcanza para amplias conclusiones, pero sépase que en julio de 1957 la proporción entre el Ejército de Batista y el de Fidel era de 157,5 a 1, favorable, por supuesto al primero. Dígase también que entre mayo y agosto del año 1958, la tiranía lanzó una ofensiva sobre el I Frente José Martí, en la Sierra Maestra de unos 7 000 hombres, con todo tipo de armas, incluidos blindados, aviones y marina de guerra, los que fueron detenidos y rechazados por solo 300 guerrilleros. Con las armas y recursos conquistados entonces comenzó la ofensiva estratégica ininterrumpida del Ejército Rebelde hacia el resto del país. Para octubre de ese año, toda la isla era un hervidero verde olivo y Fidel en carta al Comandante Juan Almeida del 8 de ese mes, adelantaba como seria el curso de la guerra.
"He luchado por adelantar lo más posible los preparativos de la Operación Santiago... "
Para el 20 de noviembre de 1958, con el inicio de la batalla de Guisa, empezaba a desarrollarse en la antigua provincia oriental, la Operación Santiago, prevista por Fidel en la mencionada misiva. Las montañas avanzaban hacia el llano en el oriente cubano, mientras que en el centro, ocurría exactamente igual a partir del 16 de diciembre, con las tropas comandadas por el Che y Camilo. Si fuera a representar la capacidad estratégica del pensamiento del Comandante en Jefe para alcanzar la victoria contra las Fuerzas Armadas de la tiranía. Pero además, en mi modesta opinión, no solo es aplicable a las circunstancias expuestas, sino también a nuevas situaciones, ya sean políticas, militares o de cualquier naturaleza. Pienso que su pensamiento como un espiral en progresivo desarrollo, se alimenta de su confianza en las masas, de su capacidad para prever el futuro, su voluntad y tesón de lucha para resistir e influir en el pueblo y las grandes ideas, elementos todos que hacen posible la unidad, tan necesaria para lograr la victoria.
Los yanquis lo siguen viendo con sus 77 agostos, como un enemigo de armas tomar, con un pensamiento en desarrollo, como una espiral. La proyección del mismo, la profundidad de sus ideas, la experiencia adquirida, la reflexión, la ecuanimidad, la calma para el análisis, dirán ellos, y es verdad, lo hacen más firme en sus convicciones. Se multiplican sus dotes de conductor singular, capaz de convencer, persuadir, enseñar, arrastrar a cientos de miles de cubanos cada sábado a las Tribunas Antiimperialista que se celebran en un municipio diferente del país y cuando es necesario hasta mas de un millón de patriotas en marchas y concentraciones populares, para seguir demostrando que andamos por el camino correcto, al margen de las dificultades que están por vencer y venceremos. Afirmaré entonces por carácter transitivo, visto el ángulo negativo de los yanquis, como positivo, que ellos coinciden, al cuestionar la figura de Fidel, con los criterios del Che y de quien fuera Presidente de la Organización Panamericana de la Salud, el doctor Carlyle Guerra de Macedo, quien aseguró que Fidel era un líder que no tenía parangón en el universo. Estas reflexiones serian suficiente para demostrar la dimensión de su pensamiento, pero prefiero terminar para poder afirmarlo como una ironía de la vida, con las palabras de quien fuera uno de los tantos Presidentes de los Estados Unidos de Norteamérica, Richard Nixon, quien se entrevistó con Fidel en 1959 y mas tarde expresó:
"Debemos estar seguro de un hecho. Fidel Castro posee esas cualidades indefinibles que le permiten ser un líder de hombres. Independientemente de lo que pensemos de el, será un factor clave en el desarrollo de Cuba. Tiene la potestad del liderazgo".
Huelgan los comentarios y el buen entendedor con pocas palabras entiende.
Nota
- Faustino Pérez, expedicionario del Granma, culmina la guerra con grados de Comandante. En la paz ocupo diferentes responsabilidades en la dirección del país tanto en el Gobierno como en el Comité Central del Partido. Falleció en 1994.
CUBARTE
Año 3 Número 35, 15 de Agosto del 2003
