Cuba

Una identità in movimento


Carta abierta: María Cabrales escribe a Emilio Castelar

Martha Silvia Escalona Sánchez


El 22 de enero de 1897, en la ciudad de San José, Costa Rica, María Cabrales, viuda del General Antonio Maceo y Grajales, tomó la pluma para escribir una carta en la que demuestra ser una mujer de gran temple, a pesar del intenso dolor que la embargaba. El valor de esta mujer fue reconocido por muchos pero las palabras que sobre ella dijo Enrique Loynaz del Castillo, nos la muestran en todo su esplendor:

    Porque en ella se ve una hermana, un ejemplo, un símbolo. María Cabrales de Maceo nos presenta, en toda su alteza moral, el perfil más bello y noble de la mujer cubana.[1]

La carta en cuestión, es un testimonio de dignidad y de reivindicación a la figura del héroe muerto en combate. Sobre él se estaba cebando toda la infamia proveniente de la Metropoli, donde la noticia de su caída había constituido una fiesta nacional. Maceo fue un hombre profundamente odiado y temido desde que en Baraguá desmanteló los planes de pacificación sin independencia que tan admirablemente había urdido el General español Arsenio Martínez Campos, ese sentimiento explica las palabras que este expresó en una correspondencia a Cánovas del Castillo:

    Aquel mulato vanidoso es la clave de la paz.[2]

No sólo en la Península, también en Cuba españoles y cubanos pro españoles se dieron a los festejos por la muerte del General. José Luciano Franco, describió la orgía desatada:

    Voluntarios, guerrilleros, periódicos y periodistas al servicio de la tiranía, el aparato oficial de la colonia y los lacayos de Weyler, ahítos de alcohol, festejaron en bárbaras bacanales la muerte del héroe epónimo de la libertad. Las campanas de las iglesias católicas y millares de cohetes atronaban ciudades y pueblos de la isla esclava. La soldadesca estúpida y cerril injuriaba a los cubanos con las frases más indecentes de su soez repertorio cuartelario. En el Casino español de Cárdenas, el presbítero Antonio Pascini, vicario de aquella parroquia, dando un ejemplo de innoble bajeza, arremangándose la sotana, bailó sobre una mesa de aquella sociedad española para celebrar la muerte del glorioso paladín de la democracia. Los reaccionarios de España y Portugal imitaron la barbarie de sus correligionarios antillanos...[3]

La ciudad de Matanzas no escapó a estos actos, y en ella fue protagonizado un hecho bochornoso al saberse la noticia:

    Muchos cubanos y españoles sensatos no olvidan el incidente habido en la parte sur de ese parquecito[4] por la calle Medio, cuando la caída del Titán celebrada con muchos repiques de campana, entusiasmando a algunos vecinos del lugar, al extremo de hacer un indecente muñeco alegórico que colgaron de un alambre amarrado desde el balcón de la talabartería, Medio y Jovellanos, al balcón de la vivienda del padre Romero, quedando pendiente o suspendido sobre el parquecito el consabido muñeco; y después de una grotesca vejación, le dieron candela, ello exacerbó los ánimos patriotas; y cuando la independencia se pusieron en ese sitio letreros de desagravio colgados del mismo alambre que fue conservado por el compilador, acordando los manifestantes que se erigiera en el sitio, un monumento a Maceo, y que esa parte del parquecito se llamara parque Maceo...[5]

Sumándose a la indigna fiesta, las autoridades de Matanzas le enviaron al Gobernador General de La Habana la siguiente comunicación, fechada el 11 de diciembre de 1896:

    Exmo Sr:
    Al enterarme el ocho del corriente por el telegrama remitido por el Exmo Sr Comandante General de la 1ra División de este cuerpo de Ejército, de la victoria alcanzada por nuestras tropas al mando del Comandante Cirujeda la cual causó la muerte del cabecilla Maceo, comuniqué en el acto tan satisfactoria nueva a los Alcaldes Municipales de esta Provincia para que la hicieran pública. Todos (ilegible) contar todo pues el leal vecindario de sus respectivos términos acogió la noticia con entusiasmo demostrado pública y particularmente y me encargan asimismo haga llegar a VE, su parabién más cumplido y la expresión de adhesión incondicional. Cumplo pues gustoso este deber y a mi vez reitero a VE mi enhorabuena confirmando mi telegrama de aquella fecha. Dios Guarde a UD.[6]

Frente a ese leal vecindario que refiere la nota, se alzó la protesta de aquellos que como cubanos sintieron esa muerte, concientes de lo que el héroe significaba para la independencia de la Patria, desmintiendo el regocijo de este oficial, aunque esas manifestaciones le costaran la cárcel, tal y como se evidencia en la siguiente comunicación:

    Asimismo procedo a la formación de atestado contra el pardo Santiago Pedroso, acusado por el guerrillero Dn José Taboada y Gómez y bombero movilizado Celestino García de ser enemigo de España por haber amenazado al segundo en momentos en que se hallaban entregados al regocijo en celebración de la muerte del Cabecilla Maceo, a cuyo pardo por mérito de lo actuado reduje a prisión remitiéndolo a la Cárcel a disposición del Sr. Comandante Militar de esta plaza...
    (Fdo) Manuel de la Portilla.[7]

¿Por qué Doña María escribió a Emilio Castelar?, según sus propias palabras porque

    En medio del vocerío de innoble júbilo que se levantó en toda España en ocasión de la muerte de mi ilustre consorte el Mayor General Antonio Maceo, se singularizó usted por la corrección de su conducta consagrándole palabras de respeto y consideración a aquel heroico jefe cubano.[8]

Algo de ese "vocerío innoble" se reflejó en la prensa matancera de la época. Ejemplo de ello es el titular publicado el 21 de diciembre de 1896 en la Aurora del Yumurí: Las grandes mentiras, artículo tomado del rotativo español El Heraldo del Día en el que se comenta que en muchos periódicos de Nueva York y Londres han aparecido informaciones, dando cuenta de las operaciones que había realizado Maceo en Pinar del Río, contadas por el Coronel Reyes, ayudante de campo del general. Como es lógico, en las declaraciones de Reyes divulgadas por estos diarios, se valoraba altamente la actividad militar de Maceo y los españoles se llevaban la peor parte. El Heraldo calificó esto como paparruchas, en un intento por desacreditarlo ante el público cubano.[9]

Otro ejemplo son los comentarios irrespetuosos sobre un acto en honor al General en Italia, llevado a efecto por estudiantes universitarios. La noticia, divulgada el 23 de abril de 1897 en La Aurora del Yumurí con el título Apologistas de Maceo, está extraída de El Liberal, periódico madrileño, y dice:

    En uno de los teatros de Roma se celebró ayer una gran reunión dedicada a enaltecer la memoria del cabecilla Maceo... Asistieron al acto varios disputados italianos y uno de ellos el señor Borio, rellenó su fogoso discurso de aplausos para la insurrección y de ofensas para España...

El resto del artículo es para criticar este hecho y pedir reparaciones al gobierno italiano.[10]

Un mes después, exactamente el 23 de mayo de 1897, el mismo periódico vuelve a la carga con otro titular Vaya con los italianos, esta vez el suceso lo describe el periódico La Unión Constitucional:

    ... En presencia de los diputados de Roma Gattorno, Zaccari y Nisoline, los estudiantes de la Universidad y grupos populares, el profesor Borio ha coronado el busto de Maceo en el Teatro Esquilino..... Todo puede suceder... Siempre se encuentran estudiantes desaplicados y desarrapados y profesores de baile y gente disponible a ganarse unas pesetillas aunque para eso sea necesario coronar, no digo yo a Maceo, a Don Bonocio que fuera...[11]

Con respecto a la muerte en combate de Maceo, La Aurora del Yumurí, en sucesivas informaciones, fue dando cuenta de las noticias y partes, abundando en detalles de su deceso. En todos, se aprovechó la ocasión para exaltar al Comandante Cirujeda,[12] jefe español que mandó la columna contra las tropas del General en Punta Brava.

Amplias fueron las informaciones sobre los pasos de Cirujeda: el 9 de diciembre de 1896, apenas dos días después de la caída del Titán, se reseña:

    El bravo comandante Cirujeda cuyos meritísimos servicios son demasiados conocidos para que haya necesidad de recordarlos aquí, hace grandes elogios de toda, absolutamente de toda la columna "Oficiales y soldados se han conducido como héroes" — dice Cirujeda...

Y, más adelante, se notifica:

    A las 12 del día del martes 8 de Diciembre llegó Cirujeda a La Habana con todos los documentos y objetos recogidos a los cadáveres de Maceo y del hijo de Máximo Gómez...[13]

en este caso si algún ejemplo evidente hay de una flagrante mentira es esta noticia, nunca las tropas españolas pudieron poner sus manos sobre los cadáveres de Maceo y Panchito pues es conocido que gracias a la actitud de sus hombres estos fueron trasladados a la finca San Pedro, donde sus restos fueron celosamente preservados del ensañamiento del ejército colonial.

El 11 de febrero del 97, se informó desde Madrid el ascenso de Cirujeda a Coronel[14] y el 3 de abril se notificó:

    La Reina Regente de España firmó en Madrid el día 2 de abril un documento donde nombra al Coronel Cirujeda como ayudante suyo.[15]

El día 7 de abril se declaró:

    En el correo que parte el día 10 para la península parte el Coronel Don Francisco Cirujeda, recientemente nombrado ayudante de S.M. la Reina... El nombre de Cirujeda vivirá eternamente al lado de los más señalados triunfos de la actual campaña... Feliz travesía deseamos al distinguido militar...[16]

Por último, señalaremos las notas aparecidas en la sección Telegramas, durante varios días consecutivos: la primera data del 29 de abril, procedente de la capital hispana

    Según telegrama proveniente de Madrid, el día 28, Cirujeda arribó a España, por Cádiz donde la población lo aclamó desde su desembarco hasta el lugar de alojamiento.[17]

El día 30 se confirmó:

    Mañana llegará a Madrid el Coronel Cirujeda, se le prepara un recibimiento entusiasta, en Cádiz continúan las manifestaciones de afecto[18]

Y, concluyendo con las informaciones de esta sección, el día 1ro de mayo se notificó

    El Coronel Cirujeda ha sido recibido en Madrid por una numerosa muchedumbre que le ha vitoreado frenéticamente. El héroe de Punta Brava ha estado en Palacio a cumplimentar a SSMM. La conferencia duró 2 horas....[19]

Toda esta campaña, tenía como objetivo incrementar el desánimo en las filas cubanas a través de la desinformación y la calumnia, fundamentalmente las que se encontraban en el monte sometidas a una gran hostilidad y a todo tipo de privaciones. Para los españoles la intransigencia revolucionaria de Maceo era una espina difícil de digerir, ellos contaban con que una vez desaparecida esta figura de tanto arraigo popular el General Máximo Gómez sería más vulnerable.

El periodista español Luis Morote fue una pieza clave en toda esta táctica desmoralizante, a partir de enfocar a un Gómez en actitudes de caudillo despiadado, que sometía a sus subordinados a un gran desgaste en vez de propiciar las vías que pusieran fin a tantos años de guerra cruenta. En el periódico madrileño "El Liberal" se publicaron una serie de artículos, en formato de cartas, en los que Morote reseñó la contienda cubana a su manera, una de estas tenía como título: "La muerte de Maceo, por qué tiene importancia", en el mismo rotativo se publicó además un artículo de Castelar titulado "El soldado de Cuba", desafortunadamente la Aurora no abunda en detalles sobre lo que en el mismo expresó el político, quizás la carta de doña María estuvo motivada por lo que allí él manifestó pues su postura política la dejó bien sentada cuando dijo:

    Soy republicano y moriré republicano... no aceptaré ningún cargo público que me imponga relaciones frecuentes con el Monarca y visitas a palacio... yo tenía un periódico leído y le he abandonado, yo tenía un partido numeroso y organizado y lo he disuelto, yo era diputado a Cortes y no he vuelto a poner los pies en el Congreso hace seis años ... Desde la vida privada a la que me he retirado me propongo mantenerme solamente en estrecha relación con el público por mis artículos en la prensa nacional y extranjera, por mis libros, de los cuales cada día escribo alguna página...[20]

No obstante, como bien expresó María en su carta, Castelar no pudo desgajarse de la posición tradicional de los políticos españoles al hablar de Cuba y sus hombres, cuando hizo referencia al carácter inoportuno de la insurrección cubana basado en el hecho de que España estaba en la mejor disposición de otorgar mayor autonomía a la Isla. Castelar no entendió que autonomía no era igual a independencia, que era, y aún sigue siendo, el objetivo esencial de los cubanos y por la cual tantas vidas se perdieron en el campo de batalla. Si en alguna parte del texto el político antes mencionado hizo referencia a Maceo y a sus virtudes como jefe militar, la versión publicada en las páginas de La Aurora se guardó muy bien de reseñarlas.

Doña María se encontraba en Costa Rica cuando ocurrió el deceso de Maceo. Para ella fue un golpe terrible, en un inicio dudoso: fueron tantas las veces que se divulgó la falsa noticia. El propio General en su última carta, conocida, a su esposa y fechada el 1ro de diciembre desde la Gobernadora, en Pinar del Río, le comunicaba:

    En los periódicos españoles que leo regularmente unas veces me dan por muerto y otras por herido, pero lo cierto es que solo una recibí más arriba del tobillo y una contusión en la pantorrilla derecha. Hace tiempo que no me pegan sin embargo de que por aquí se pelea mucho con los generales más afamados de España.[21]

Seis días después, caía en Punta Brava y la noticia de esta muerte inoportuna corrió como pólvora; apenas podían creerla ni los patriotas ni los españoles, pero la realidad golpeó y la revolución recibió una pérdida irreparable. La confirmación de la muerte de su esposo, le llegó a María por de una carta de pésame enviada por Tomás Estrada Palma, en calidad de delegado del Partido Revolucionario Cubano, también Máximo Gómez le escribe una sentida misiva, doliéndose de las pérdidas del hijo y el amigo.

En el plano personal, Doña María sufrió la muerte del héroe con quien compartió momentos de gloria y pena. Su dolor quedó reflejado cuando escribió al patriota y periodista Francisco de Paula y Coronado:

    Ha sido tan grande el golpe que he recibido con su inesperada desaparición, que todavía no puedo conciliar mis ideas. La memoria la tengo perdida completamente y necesito el auxilio del archivo, para poder satisfacer á sus deseos y los míos, de que todo vaya en su debido orden.[22]

Esto último lo planteó haciendo referencia a la intención de Coronado de escribir un libro sobre la vida del Titán. María sintió que su deber estaba en contribuir a que la verdad, sobre esta vida ejemplar, saliera a relucir en todo su esplendor, por eso no se contentó con escribir su carta a Castelar y se dedicó en cuerpo y alma a ayudar para la realización de ese libro, poniendo a disposición del escritor todo el archivo con que contaba y alentando a los amigos y compañeros de armas a escribir sus memorias.

En la misma carta le explicó que, en vida de Maceo, ella le había propuesto escribir juntos sus memorias y el Titán desestimó la idea diciendo que:

    Yo no tengo interés en hacer aparecer lo que yo hago en bien de mi patria, la sirvo sin condiciones, y si alguien quiere tener en cuenta mis servicios, enhorabuena, en la conciencia de mis compañeros de armas están mis hechos en la guerra y en la paz, y esto me basta.[23]

Ella perdía, además, al hombre al que unió su vida un día, allá por el año 1866 (el 16 de febrero de 1896 habían cumplido 30 años de casados); pero, ante tanta palabra infame, no pensó en su hombre, sino en el héroe de Cuba; por ello en algún momento del día 22 de enero de 1897, tomó la pluma y escribió al político español antes mencionado.

La carta se conserva en el Archivo Histórico Provincial de Matanzas, es un documento manuscrito, con tachaduras. En determinadas partes la autora no puede contener su indignación y, como se diría en el lenguaje del momento pierde la compostura, al usar términos fuertes para la época. La misma dice así:

    Carta abierta
    San José... C. R. Enero 22 de 1897.
    Escmo Sr Don Emilio Castelar
    Madrid.
    Muy señor mio:
    En medio del vocerio de innoble júbilo que se levantó en toda España con ocación de la muerte de mi ilustre consorte el mayor General Antonio Maceo, se singularizó usted por la corrección de su conducta consagrándole palabras de respeto y consideración a aquel heroico Jefe Cubano.
    Y como yo aprendí de él a admirar y enaltecer las acciones generosas de los enemigos, me considero obligada a manifestarle a ud. mi gratitud, por más que a pesar de su inmenso talento no haya podido ud. desprenderse por completo de las preocupaciones que perturban el criterio de los españoles mas ilustrados, cuando de Cuba y sus hombres se trata.
    Y como seria insensato, después de todo, pedirle a un español, a quien sea de espiritu tan levantado como ud, que venere y admire la memoria del Guerrero indomable que aterrorizó a la nación por largos años y que en Jobito, en Peralejo, en Calimete, en Coliseo, en Guamacaro, en San Luis, en Paso Real, en las Taironas, en Lomas del Rubí, en San Claudio, en Lomas del Torino, en el Negro y en Artemisa, derrotó a los mejores Generales Españoles venciendo y acuchillando en desproporcionados combates á las tropas mas selectas, yo me conformo con la justicia incompleta que ud ha hecho y aplaudo con calor su conducta la cual emocionando hondamente mi corazón de viuda atribulada ha mitigado el amargo sentimiento de desprecio que [mitigó][24] me inspiró [la vil ralea de menestrales sucios y hambrientos, manolas descocadas, politricastros ladrones, frailes concubinarios y demoniácos y verduleres indecentes que se congregaron] el populacho congregado en las plazas de España para festejar en horrible saturnal de caníbales el fin glorioso de un caudillo enemigo y ilustre por sus méritos y por sus hechos y que fue siempre tan bravo en la pelea como generoso en la victoria con el enemigo derrotado.
    Soy de ud con la mayor consideración agradecida servidora.
    María C. vd de Maceo.[25]

Inicialmente pensamos que la epístola nunca había sido publicada. Finalmente se detectó que la misma fue dada a conocer por Leopoldo Horrego y Estuch en su libro "Maceo, Héroe y Carácter". No obstante, la carta editada por el historiador es una versión fiel, pero abreviada, del documento que obra en el Archivo matancero.

Horrego y Estuch, publicó su obra en cuatro ediciones distintas: 1943, 1944, 1946 y 1952. En las tres primeras, la dio a conocer sin aclarar de dónde la obtuvo. Sin embargo, en la edición del año 52, dedicada al cincuentenario de la independencia, no fue incluida en el texto, hecho que nos llama la atención, pues resulta obvio que el documento tiene una gran importancia y, en nuestro criterio, después que se le ha conocido, es casi imposible hablar de la figura de Maceo sin referenciarlo. Tampoco en la escasa bibliografía dedicada a María se le hace alusión.

José Luciano Franco, considerado por muchos como el biógrafo más acucioso del General Maceo, no la tiene en cuenta, a pesar de que en el tomo III de su obra consagrada al Titán tiene un acápite dedicado a papeles sobre Maceo, y en la bibliografía consultada, hace constar, entre otros libros, el de Horrego y Estuch. Lo mismo sucede con toda la relación de libros editados sobre el tema.

No ha podido determinarse si el manuscrito encontrado en el Archivo Histórico Provincial de Matanzas es o no el original, sin embargo nos parece importante dar a conocer los contenidos de ambas cartas, la del Archivo y la publicada por Horrego y Estuch, a fin de que puedan ser comparadas:

    Carta Abierta
    San José de Costa Rica, enero 22 de 1897.
    Exmo Sr Dn Emilio Castelar,
    Madrid
    Muy señor mio:
    En medio del vocerío de innoble júbilo que se levanta en toda España con ocasión de la muerte de mi ilustre consorte el Mayor General Antonio Maceo, se singularizó usted por la corrección de su conducta, consagrandole palabras de respeto y consideración a aquel heroico jefe cubano. Y como aprendí de él a admirar enaltecer las acciones generosas de los enemigos, me considero obligada a manifestarle a usted mi gratitud, por más que a pesar de su inmenso talento no haya podido usted desprenderse por completo de las preocupaciones que perturban el criterio de los españoles más ilustrados, cuando de Cuba y sus hombres se trata.
    Y como sería insensato después de todo pedirle a un español, siquiera sea de espíritu tan levantado como usted, que venere y admire la memoria del guerrero indomable que aterrorizó a la nación por largos años, y que en Jobito, Peralejos, en Calimete, en Coliseo, en Guamacaro, en San Luis, en Paso Real, en las Taironas, en Loma del Rabí, en Claudio, en Lomas de Torino, en Ceja del Negro y en Artemisa, derrotó a los mejores generales españoles, venciendo en desprorcionados combates a las tropas más selectas, yo me conformo con la justicia incompleta que usted ha hecho y aplaudo con calor su conducta, la cual, emocionando hondamente mi corazón de viuda atribulada ha mitigado el amargo sentimiento que me inspiró el populacho congregado en las plazas y paseos de toda España para festejar en horrible saturnal de caníbales el fin glorioso de un caudillo enemigo, ilustre por sus méritos y sus hechos, y que fue siempre tan bravo en la pelea como generoso en la victoria con el enemigo derrotado.
    Soy de usted con la mayor consideración, agradecida servidora,
    María C. viuda de Maceo.[26]

Al producirse el fin de la guerra con España los matanceros se sumaron al homenaje tributado en todo el país a los héroes y mártires de la contienda, las figuras de Maceo y Panchito fueron objeto de recordación. El mes de enero de 1899 fue prolijo en tales hechos, el día 12 la ciudad de Matanzas amaneció engalanada, muchas banderas cubanas adornaban las fachadas de las casas y de los edificios públicos, desafortunadamente en algunos casos acompañadas de banderas norteamericanas, lo cual demostraba que transitábamos del estatus de colonia a neocolonia, quizás esta fue la razón por la que un poeta de nombre Diwaldo Salom le dedicara una poesía a Maceo, en la que se mezclan la admiración y el homenaje al héroe con el sentimiento de lo irremediablemente perdido y cuyo significado se apagará con el tiempo. En la Aurora del Yumurí, el mismo periódico que antes lo denigrara, fue publicado el poema:

Antonio Maceo
¡Gemid, oh Cuba heroica! gemid pues ya no existe
El héroe que en las luchas al déspota aterraba;
Con él cayó el acero que al mundo deslumbraba,
La espada reluciente que hoy lanza un brillo triste
¡Llorad, oh tierra hermosa! de eterno luto vistes
Por ese augusto mártir que el orbe entero alaba:
El genio que a torrentes su sangre derramaba,
Y gracias a su ayuda por fin te redimistes
¡Indómito guerrero! tranquilo en vuestra tumba
Dormid el sueño eterno, profundo del olvido. . .
Raudales ¡ay! de llanto por vos Cuba a vertido;
Y ahora que a logrado que España al fin sucumba,
En medio de los ¡hurras! que afirman la victoria
De vos está el recuerdo vibrando en la memoria.[27]

Si el desaliento por una independencia que sabía irreal le hizo pensar que Maceo dormiría el sueño del olvido profundo, la historia posterior de Cuba, afortunadamente, no le dio la razón. Ese mismo día 12, el pueblo matancero anticipándose a los festejos oficiales, se lanzó a las calles protagonizando una marcha que se produjo a las 12 y media del día, recorrieron las vías principales de la ciudad y sobre un caballo llevaron un muñeco que representaba a Valeriano Weyler, al cual se le dio candela.[28]

Los festejos oficiales fueron dispuestos para los días 20, 21 y 22 de enero, un amplio programa de conmemoración fue dado a conocer por la prensa. El 22 de enero se realizó una procesión cívica que partiendo de la Plaza de la Vigía avanzó por Ricla, Manzaneda, Contreras, Compostela, Gelabert, Santa Teresa, Ayuntamiento y volvía de nuevo al punto de partida[29] Retomando aquel hecho bochornoso de vejación al Titán, es probable que el desagravio tributado a Maceo se haya realizado en uno de estos días, es decir el 12 o el 22. Desafortunadamente al estar incompleto el periódico, no existen elementos que permitan precisarlo.

Otros homenajes se le rindieron a Maceo, entre ellos la petición de un grupo de vecinos de la calle Manzano de cambiar el nombre de esta vía por el de Antonio Maceo, la misma fue aprobada por el Ayuntamiento de Matanzas, pero no llegó a prosperar, pues los matanceros, hasta hoy, continúan llamándola por su nombre original. Podemos mencionar también toda la actividad desplegada por las autoridades para ayudar económicamente a María, así como las gestiones y la donación de dinero para un busto y el traslado de los restos de Maceo y Panchito, acto que se hizo con toda solemnidad en La Habana.

Por último, queremos referir un hecho de importancia crucial: la ciudad de Matanzas, probablemente, puede ostentar la primicia de haber declarado fecha luctuosa el 7 de diciembre, esto se debe a la propuesta de la Logia Libertad en el año 1900, ese día sus miembros realizaron una velada fúnebre en el Teatro Sauto en honor a Maceo y a Panchito Gómez Toro,[30] en acta capitular consta lo siguiente

    El Sr. Peña (venerable maestro de la Logia), dijo, que en la anterior sesión se había tomado el acuerdo, de declarar día de duelo el siete de Diciembre próximo y que el Sr. Escoto [se refiere a Federico Escoto, concejal del Ayuntamiento] había propuesto además que se cerraran los establecimientos y se enlutaran las casas particulares...

El Ayuntamiento sin demora validó la propuesta convirtiéndola en decreto.[31]


Epílogo

La pregunta formulada en aquel momento cuando, por azar, se halló el escrito y aún hoy nos hacemos es: ¿Cómo vino a parar este documento a Matanzas? De hecho, no se conoce ningún vínculo de la esposa del Titán con la región yumurina; desde Costa Rica regresó a la Isla, radicándose en Santiago de Cuba en el año 1899; allí dirigió el asilo Huérfanos de la Patria, más adelante, fue a residir a la finca de sus padres en San Agustín, donde murió el 28 de julio de 1905. Según narra su sobrino Gonzalo Cabrales, ella llevaba consigo "un baúl de los denominados mundo" que contenía periódicos, cartas y telegramas en gran cantidad. Aún en vida de Doña María, fue necesario por "ciertas necesidades domésticas indispensables, descongestionar un poco aquel enorme mueble", a partir de lo cual, la familia conoció y tuvo acceso a muchos documentos de gran valor y que la acción del tiempo ya estaba destruyendo.[32]

La hipótesis inicial fue que quizás la misma llegó, en algún momento, a manos del Dr. Eusebio Hernández,[33] sin embargo la realidad puede ser otra. Profundizando en la idea se conoció que Horrego y Estuch, matancero de origen cardenense fue un apasionado y acucioso investigador que recorrió la isla buscando información sobre la familia Maceo, lo que le hizo factible la compra de documentos, pero lo cierto es que hasta el momento no ha podido establecerse la verdad al respecto.

Sería interesante poder dilucidarlo, con el paso del tiempo se ha logrado determinar que dicha carta fue donada en 1960 al en ese entonces recién estrenado Museo de la Ciudad, por alguien que prefirió permanecer en el anonimato. De cualquier forma, pueda esclarecerse o no esta incógnita, lo verdaderamente importante es que en nuestro archivo existe este interesante documento y ello es de incuestionable valor para todos los que, de una forma u otra, asumimos los diferentes momentos de la historia de Cuba como puntos de constante referencia a nuestras raíces e identidad.


    Referencias

      1. Academia de Historia de Cuba. Papeles de Maceo, T II, La Habana, 1943, p. 345.

      2. Andrés Piedra Bueno. Maceo síntesis de una biografía. p. 21.

      3. José Luciano Franco. Antonio Maceo. Apuntes para una historia de su vida. T 3, p. 369.

      4. Se refiere al parque que queda a un costado de la Catedral de Matanzas, conocido por el público como Parque de la Rueda Dentada.

      5. Antonio de Casas Vázquez. Datos históricos de Matanzas. p. 40.

      6. Archivo Histórico Provincial de Matanzas. Fondo: Gobierno Provincial. Orden Público. Guerra de Independencia. Legajo: 8, expediente 279, 1896, 1 folio.

      7. Archivo Histórico Provincial de Matanzas. Fondo: Gobierno Provincial. Orden Público. Guerra de Independencia. Legajo: 8, expediente 270, 14/12/1896. 2 folios.

      8. María Cabrales. Carta Abierta, expediente 91-A, Fondo: Guerra de Independencia, Archivo Histórico Provincial de Matanzas.

      9. Aurora del Yumurí, 21 de diciembre de 1896.

      10. Idem. 23 de abril de 1897.

      11. Aurora del Yumurí. 23 de mayo de 1897.

      12. Para más detalles, véase Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana. T 13. p. 467.

      13. Aurora del Yumurí. 9 de diciembre de 1896.

      14. Idem. 11 de febrero de 1897.

      15. Ibídem. 2 de abril de 1897.

      16. Ibídem. 11 de abril de 1897.

      17. Ibídem. 29 de abril de 1897.

      18. Ibídem. 30 de abril de 1897.

      19. Ibídem. 1 de mayo de 1897.

      20. Aurora del Yumurí. 1 de marzo de 1897, p. 2.

      21. Gonzalo Cabrales. Epistolario de Héroes. p. 90.

      22. Academia de Historia de Cuba. Ob. cit. pp. 82-83.

      23. Idem.

      24. Las palabras enmarcadas entre corchetes son las que en el documento aparecen tachadas pero perfectamente legibles.

      25. Este documento consta en el Fondo: Gobierno Provincial. Guerra de Independencia, Legajo 9, expediente 91-A, del archivo de Matanzas, en dos folios. La carta está escrita con tinta negra, en hojas de papel rayadas, de 8 pulgadas de ancho por 10 de largo. Al final del segundo folio aparece a lápiz la siguiente anotación: 3ra. El papel es timbrado, presumiblemente de factura norteamericana, en el mismo se puede observar al trasluz la siguiente inscripción: EAGLE, en el centro de la hoja un águila con las alas desplegadas, como para iniciar vuelo, e inmediatamente debajo de la misma la palabra: PARCHMENT, todo esto abarcando centro y los bordes superior e inferior de la hoja. Se ha respetado la ortografía original del documento, así como de todas las citas que se consignan.

      26. Leopoldo Horrego y Estuch. Maceo. Héroe y Carácter. p. 263. El autor la sitúa en la sección Anexos, la misma, como puede apreciarse, aunque contiene párrafos textuales de la primera, no abarca toda la carta original, puesto que no solo omite aquellos renglones que Doña María eliminó, por considerarlos fuera de tono, sino además elimina el término acuchillando que ella ni tacha ni borra; además cuando se mencionan las batallas en las que participó Maceo hay cambios, por ejemplo María escribe Loma del Rubí y no Loma del Rabí, San Claudio y no Claudio, el Negro y no Ceja del Negro.

      27. Aurora del Yumurí. 13 de enero de 1899. Poeta matancero, nació el 3 de febrero de 1880, sobre él se dice que tuvo un temperamento pesimista, escéptico y que su poesía de los primeros tiempos rezumaba acritud, amargura, sobresaltos y descontento. Para más detalles véase: José Manuel Carbonell y Rivero. La Poesía Lírica en Cuba. p. 98.

      28. Aurora del Yumurí. 13 de enero de 1899.

      29. Aurora del Yumurí, 19 de enero de 1899, p.2

      30. Archivo Histórico Provincial de Matanzas. Fondo: Asociaciones. Sociedades Masónicas. Legajo 40, expediente 1634 y Legajo 42-A, expediente 1635-B.

      31. Acta Capitular # 139 (junio-diciembre) 29/11/1900.

      32. Gonzalo Cabrales. Ob. cit. pp. 5-6.

      33. Médico personal de Maceo, oriundo del municipio matancero de Colón, amigo íntimo del matrimonio. Patriota cubano que participó junto al héroe, no solo en los trajines bélicos, sino también en la actividad conspirativa en el Caribe, cuando en las dolorosas circunstancias del pacto del Zanjón, y muy a pesar de la Protesta de Baraguá, se malogró la causa cubana de los Diez Años y hubo que salir al extranjero para preparar la nueva contienda.



    Bibliografía

      • Academia de la Historia de Cuba. Papeles de Maceo. La Habana. Imprenta El Siglo XX, A. Muñiz y Hno. Brasil # 153 y 157. 2 Tomos, 1948.

      • Archivo Nacional de Cuba. Antonio Maceo. Documentos para su vida. La Habana, 1952.

      • Aurora del Yumurí: 9 de diciembre de 1896; 21 de diciembre de 1896; 11 de febrero de 1897; 23 de abril de 1897; 29 de abril de 1897; 23 de mayo de 1897; 25 de mayo de 1897

      • Cabrales, Gonzalo. Epistolario de Héroes. Imprenta El siglo XX. Teniente Rey 27, 1922.

      • Carbonell y Rivero, José Manuel. La poesía lírica en Cuba. T. V, La Habana, 1928.

      • Casas Vázquez, Antonio de. Datos históricos de Matanzas. Matanzas, Imprenta Estrada, 1930.

      • Diccionario Enciclopédico Abreviado (DEA) T II, Espasa Calpe S.A., Madrid 1957.

      • Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana. Barcelona. Hijos de Espasa, Editores, s/a, Tomos. 11, 13 y 33.

      • Franco, José Luciano. Antonio Maceo. Apuntes para una historia de su vida. Editorial de Ciencias Sociales, T III, La Habana 1975.

      • Hernández, Eusebio. Dos conferencias Históricas. La Habana, Instituto del Libro, 1968.

      • Horrego y Estuch, Leopoldo. Antonio Maceo. Héroe y Carácter. Ed. Luz-Hilo. Compostela y Porvenir. La Habana, 1943.

      • ___________________. Antonio Maceo. Héroe y Carácter. Ed. Luz-Hilo. Compostela y Porvenir. La Habana, 1944.

      • ___________________. Antonio Maceo. Héroe y Carácter. Ed. Luz-Hilo. Compostela y Porvenir. La Habana, 1946.

      • ___________________. Antonio Maceo. Héroe y Carácter. Edición oficial del Cincuentenario de la Independencia. La Habana. La Milagrosa, 1952.

      • Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales. Antonio Maceo. Ideario político, cartas y otros documentos. La Habana, 2 Volúmenes, 1952.

      • Sosa de Quesada, Arístide. Martí, Maceo y Agramonte a través de sus reliquias. P. Fernández y Cía, Obispo #13. La Habana, 1944.

      • Zarragoitía Ledesma, Leopoldo. Maceo. La Habana, Ucar-García, 1945.



      Otras fuentes

      • Archivo Histórico Provincial, Matanzas.

      • Fondo: Gobierno Provincial. Orden Público. Guerra de Independencia.

        Legajo 8, expedientes 270, 279.

      • Fondo: Gobierno Provincial. Guerra de Independencia. Expediente 91-A.

      • Fondo: Asociaciones. Sociedades masónicas. Legajo 40, expediente 1634 y Legajo 42-A, expediente 1635-B.

      • Fondo: Actas Capitulares #139.




    Martha Silvia Escalona Sánchez
    Investigadora agregada
    Grupo de Investigación y Desarrollo. Dirección
    Provincial de Cultura. Matanzas


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