Luego de aniquilar a los nativos pobladores de Cuba los colonialistas españoles trajeron a la Isla cientos de miles de esclavos desde el continente africano y a partir del Siglo XVI se produjeron profundas huellas en la cultura nacional. Junto a sus costumbres, tradiciones y dialectos, los africanos trajeron manifestaciones de sus religiones.

Mientras los colonialistas imponían como única religión la católica, los esclavos africanos simulaban adorar a sus santos identificándolos con sus deidades u Orishas.

De esta mezcla de culturas Europea y Africana surgió en lo religioso un producto sincrético que asoció a las deidades de la iglesia católica con las creencias africanas.

Dos grandes cultos sincréticos surgieron en Cuba: la Regla de Ocha o Santería y la Regla Conga o Palo Monte.

En ambos casos los complejos rituales y la gran variedad de símbolos, leyendas, música, cantos y danzas, han dejado hondas huellas en la forma de ser de los cubanos y dieron origen a dos religiones sincréticas que hoy cuentan con cientos de seguidores.

Nos referimos primero a la Regla de Ocha o Santería, su origen proviene de los esclavos africanos pertenecientes a la etnia Yorubá, un amplio conjunto de tribus asentadas en lo que hoy pertenece a Nigeria, Benin, Togo y Ghana.

La Santería rinde culto a sus deidades u orishas, su figura de mayor jerarquía es el babalao, una especie de sabio en cuestiones de religión que es capaz de predecir el futuro y dar consejos a quienes lo consultan. Numerosas deidades se veneran en el Panteón Yorubá, presidido por Olofi, en quien se expresa la idea suprema de Dios.

Entre las trinidades del culto de la Regla de Ocha está Elleguá, con el que siempre hay que contar para iniciar cualquier rito. En la religión católica se le identifica como San Antonio de Padua.

Otra deidad es Obatalá, la diosa creadora del Mundo, de personalidad maternal y femenina aparece sincretizada con la virgen de la Merced. Sus devotos se visten de blanco pues ella simboliza la pureza.

Ochún es la deidad más popular en Cuba de los cultos de origen africano que en la religión católica es la virgen de la Caridad, patrona de la Isla. Su característica es la sensualidad que se expresa de forma brillante en los cantos y bailes a a ella se dedican como dueña de los ríos.

Gran devoción sienten los fieles de la Regla de Ocha por Yemayá, la diosa de la maternidad y la dueña de los mares, según la leyenda esta deidad dio origen a la vida al abrir las aguas marinas. En el catolicismo se le identifica como la Virgen de Regla, patrona de la Bahía de la Habana.

Otro de los orishas es Changó, el Dios de la virilidad y guerrero por excelencia, se sincretiza con Santa Bárbara, la diosa católica de características semejantes, dueña del fuego,, el trueno, los rayos y los tambores.

Además de la Regla de Ocha, el culto más popular en Cuba, existe la Regla Conga o Palo Monte, este culto fue introducido por los esclavos de la cultura Bantú procedentes de tribus de Angola, República Centroafricana, el Congo, Rwanda, Zambia, Gabón, Sao Tomé y Príncipe y Guinea Ecuatorial. En la antología de la Regla Conga desempeñan un papel fundamental los árboles del monte donde se supone habitan los espíritus. La máxima jerarquía del Palo Monte es Tata Nganga, considerado como principal sacerdote. Este también practica la adivinación y utiliza sus poderes para el bien como el mal.

Otra de las religiones de origen africano traída a Cuba es la de los Abakuá, integrada por esclavos procedentes de la región de Calabar, en el sudeste de Nigeria, los integrantes de estas tribus formaron una sociedad secreta de socorro mutuo en la que sólo participaban los hombres, los Abakuá tienen un complicado ritual religioso, aunque sus deidades abarcan una esfera de influencia más limitada que los orishas de las Reglas de Ocha o Palo Monte.

Todos estos cultos sincréticos de origen africano en Cuba se encuentran vinculados a la cultura e identidad nacionales.

Fuente: Cubarte