Cuba

Una identità in movimento


Con amor a la tierra... Canarios en Cuba

Pedro Meluzá López


Laboriosidad y tesón, sus características fundamentales. Mil 800 nativos y 600 mil descendientes viven en la mayor de la Antillas. Tabaco, principal ocupación. Huellas canarias en agricultura, música, danza, lenguaje y arte culinario.


Hay una coincidencia general cuando se indaga con protagonistas e historiadores o se buscan datos sobre la presencia en Cuba de los españoles provenientes del archipiélago canario.

El hilo investigativo siempre halla una constante desde mediados del siglo XVI hasta nuestros días: muy trabajador, laborioso, luchando por encontrar tierras feraces para sus cultivos y férrea voluntad para acometer las labores agrícolas más duras.

Ese amor por el trabajo, por sus siembras, ha dejado en la isla caribeña una estela de recuerdos muy profundos y estimados que prevalecen en las regiones donde el surco conoció de su sudor y esfuerzo.

Sancti Spíritus, en la parte central de Cuba, escenario histórico excepcional de este sentimiento, y Ciudad de La Habana son las provincias donde en la actualidad más se concentran los isleños. Unos 400 viven en cada uno de esos territorios y la mayoría mantiene su ciudadanía española.

En suelo espirituano el grueso reside en tres municipios: Cabaiguán, Taguasco y Sancti Spíritus.


Los primeros inmigantes

Al buscar elementos sobre la fecha de la llegada a Cuba de los primeros canarios, muchos descendientes afirman con orgullo que data del primer viaje de Cristóbal Colón, en 1492.

Basan su apreciación en que el navegante, tras partir del puerto de Palos, hizo escala en Gomera, una de las islas del archipiélago canario,

    "... donde refrescó su aguada, reemplazó los víveres, entró leñe y reforzó el equipaje con lagunas gentes del país".

Todo indica que la corriente migratoria se inicia a finales del siglo XVI, y principios del XVII, aunque la gran afluencia se produce en la primera década de 1900.

Muchos jóvenes llegaron solos; los más bisoños se embarcaron con sus padres y una cifra apreciable hizo el trayecto marítimo como polizón.

Dos motivos fundamentales inducían al azaroso viaje a la distante colonia española de Cuba: escapar del Servicio Militar que imponía el Rey de España para mantener sus guerras y salir de la situación de miseria existente por entonces en la tierra natal.

Las principales regiones de asentamiento parecen estar en Pinar del Río, La Habana, Matanzas, Villa Clara y Sancti Spíritus, aunque la huella se extiende hasta las provincias orientales.

Salvo alguna otra ocupación, el trabajo fundamental era la agricultura y en especial la siembra de tabaco, partiendo de la experiencia de sus mayores en el cultivo de la verde hoja en zonas de Islas Canarias, particularmente en Tenerife.

Las ricas tierras espirituanas y de manera notable las de Cabaiguán idóneas para el buen tabaco, indujo a muchos isleños a establecerse allí.

    "Tan masivo fue su arribo a Cabaiguán que en 1900 todo el territorio no pasaba de dos mil y pico de habitantes nativos y ya por el 1920 hay 22 ó 24 mil personas viviendo aquí y todas eran de origen canario".

Así subraya el historiador Rogelio Concepción, y agrega que el 75 por ciento de su actual población desciende de ellos.

Hay un timbre de orgullo en Rogelio Concepción, de padre canario y madre cubana, al afirmar:

    "De rareza venía aquí algún peninsular, pues este se establecía por regla general en el comercio y no en la agricultura. El hombre que en realidad vino a tumbar monte, a trabajar la tierra, ese fue el isleño".

Su dedicación y amor a la vega y su total integración al medio criollo pronto le granjearon la estimación y el afecto de los cubanos, a tal punto que nunca lo consideraron como un extranjero.

Las casas que construían eran similares a las existentes en la campiña cubana hechas con maderas, hojas de palma y piso de tierra; criaba cerdos, vacas y sembraba viandas y frutos menores para su sustento; trabajaban todo el año de día y de noche con una voluntad que admiraban los campesinos del patio; casi todos los jóvenes canarios se casaron con cubanas; manifestaban un respeto singular por el himno y la bandera de Cuba, por sus costumbres y tradiciones.

El florecimiento de la agricultura y de la cosecha tabacalera en muchas zonas cubanas se debe en gran parte a manos canarias.

Llegaron a con una técnica muy peculiar de labrar la tierra y muchos instrumentos y medios los hicieron en suelo cubano a la usanza en Islas Canarias, y han perdurado hasta nuestros días: el tipo de arado y de yugo para los bueyes, la guataca cabicorta para pegarse más al surco, el pico, la carreta tirada por bueyes, el taburete, el machete y el molino de granos.

El canario, un pueblo de una vasta cultura, ha dejado también en Cuba profundas huellas en la música, la danza, el lenguaje y el arte culinario.

El punto guajiro fue trasplantado a Cuba en el siglo XVII por los isleños que habían asimilado elementos de la música andaluza.

Del léxico canario provienen las palabras vejigo, íbamos, veníamos, guagua, muchacho, muchacha... y de su gastronomía los garbanzos, el mojo, la papa, el gofio, la sopa de perejil, la lisa, las habas...

He investigado en juzgados y tribunales y no he encontrado isleños delincuentes, borrachines, homosexuales o acusados de algún delito infamante, aunque pudo haber alguna oveja negra... "Siempre honesto, callado pero con un gran humor natural, muy ahorrativo...", nos dice el escritor espirituano Tomás Álvarez de los Ríos, autor de dos novelas acerca de la presencia isleña en la provincia.

De la valoración global sobre las raíces del pueblo de Islas Canarias en suelo cubano no es excepcional la mujer.

Muchas contrajeron matrimonio con cubanos formando estables familias. Se distinguió siempre como fuerte, laboriosa, amante de la casa y dotada de gran habilidad para las labores manuales como bordados y tejidos.

Nada más hermoso que el permanente homenaje de admiración, respeto y cariño que los cubanos tributan a la isleña Leonor Pérez Cabrera, madre del Héroe Nacional José Martí.

Son muchos los testimonios de su amor por Cuba. En las guerras independentistas cubanas hubo canarios alzados combatiendo junto a los mambises, sobre todo en el período 1895-98.

Comenzaban como sencillos soldados. Cinco conquistaron con el machete las estrellas de general, entre ellos Mateo Vega Alemán, Jacinto Hernández Valle, Manuel Suárez Delgado y Julián Santana.

En estos seis siglos de historia común no solo se destaca su laboriosidad, sino el desarrollo de una sólida intelectualidad manifestada en periodistas, artistas, profesores...

Para el investigador Jesús Guanche Pérez,

    "... uno de los principales sustentos de origen hispano en la formación de la nación cubana es precisamente el origen canario".

Por su parte, el presidente de la Comunidad Autónoma de las Islas Canarias, Román Rodríguez Rodríguez, subrayó en visita a Cuba que esta Isla está muy vinculada a la suya, pues a los largo de cientos de años compartimos valores, criterios, pasiones, cultura y lengua común.

En la actualidad existen en suelo cubano 1 800 canarios y 600 000 descendientes, 40 mil de ellos agrupados en la Asociación Leonor Pérez.


Fuente

Radio Ciudad del Mar, Cienfuegos


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