Cuba

Una identità in movimento


Caminar junto a él, en La Habana

Adys M. Cupull Reyes


Porque estás vivo en el alma
Del pueblo de tu cariño
En la risa de los niños
Y en el verde de las palmas
(Carlos Puebla)


Camilo CienfuegosImaginé a Camilo caminando en La Habana de José Martí, por eso busqué los sitios relacionados con su vida, en los libros, en sus cartas; y en los reportajes aparecidos en la prensa escrita, donde encontré valiosos testimonios, relatos de sus padres Emilia y Ramón, de sus vecinas españolas María y Manuela, y de su hermano Humberto. Guiados por ellos, y por Enriqueta Pérez, la directora del Museo Casa Natal de Camilo Cienfuegos. Los invito a caminar junto a él, por la ciudad de La Habana.

Lleguemos a la calle Pocitos, en la barriada de Lawton donde se encuentra la Casa marcada con el número 228, hoy Monumento Nacional, y pensemos en aquel 6 de febrero de 1932 cuando nació el cubano que 26 años después, llegó a Dos Ríos, al lugar donde se indica la caída en combate del Héroe Nacional de Cuba. A un lado del monumento, Camilo le colocó una bandera cubana y delante, un ramo de flores, "como Martí quería", dijo a su columna del Ejército Rebelde; y también situó la bandera del 26 de Julio.

Narró el propio Camilo que guardaron un minuto de silencio por los caídos en combate, y cantaron el Himno Nacional. Fue en el mes de junio de 1958, él se refirió al abandono en que se encontraba el lugar, y dijo que daba vergüenza verlo así.

Las anécdotas acerca de su vida recorren la Patria de uno a otro extremo; pero las referidas a su niñez, adolescencia y juventud las encontramos especialmente en las cuadras y casas de la querida ciudad en la que se hizo martiano y maceísta.

Seguimos sus pasos de niño hasta la calle O'Relly en La Habana Vieja, donde posteriormente vivió la familia; y continuamos tras de ellos, a San Francisco de Paula, para retornar de nuevo a Lawton.

De joven, lo vemos por la calle Reina, en la Escuela Anexa a la Academia de Artes Plásticas de San Alejandro; en la importante sastrería El Arte situada en el edificio marcado con el número 61 de la misma calle. Por allí el recuerdo, su mirada pícara y cálida, su sonrisa franca, aquella contagiosa alegría y el trato respetuoso que daba a todos, desde los más humildes, hasta los de posiciones relevantes en aquella desigual sociedad habanera.

En su ciudad, también le esperaba el bautismo de fuego, fue el 7 de diciembre de 1955, cuando los estudiantes universitarios fueron a rendirle homenaje a Antonio Maceo, en el parque que lleva su nombre. Camilo fue herido en la calle San Lázaro y Hospital. Luego, lo condujeron al Hospital Calixto García y después a la Clínica del Estudiante. Ese hecho dejó huellas profundas que permiten reflexionar acerca de la situación política y social de su tiempo.

El 28 de enero de 1956, sintió sobre sí el odio de los que implataban el terror, esta vez le propinaron golpes, cuando junto a los estudiantes universitarios, iba a rendir homenaje al Apóstol en el Parque Central, ellos querían ponerles rosas a José Martí en su natalicio, y recibieron golpes. Lo condujeron a las oficinas del Buró Represivo de Actividades Comunistas, BRAC. Y le pusieron un letrero delante del pecho para retratarlo que decía: comunista.

Él joven Camilo, entre los sueños por la Libertad de su Patria se convirtió en un hombre dispuesto a luchar por ella.

Volvamos a La Habana Vieja es necesario pasar por la calle Monserrate, detengámonos en el edificio Bacardí, porque fue ahí donde Camilo se casó. Cuentan que después, la pareja de recien casados paseó por el malecón habanero.

El 8 de enero 1959, su imagen se hizo inborrable junto a Fidel, a la entrada de la Ciudad de La Habana. Se emocionan los vecinos de El Cotorro al recordar la entrada triunfal del Ejército Rebelde.

Marianao, guarda los momentos culminantes de la toma del cuartel que convirtió en Ciudad Libertad, donde derribó los muros "afrentosos", y fundó la escuela de alfabetización "Frank País". allí asumió el mando de las Fuerzas Armadas, incluyendo la Marina de Guerra y el Palacio de Gobierno.

Recuerdos quedan muchos, igualmente lugares donde estuvo Camilo. En el municipio Plaza, hay uno especial, el cine Riviera , donde se estrenó el documental "Esta tierra nuestra" filmado por iniciativa suya. Ese día invitó a los campesinos que habían actuado y sorpresivamente los presentó al público.

Pero el breve recorrido tiene que llegar a su fin, estamos en la calle Misiones, en el Museo de la Revolución, antiguo Palacio Presidencial, historia viva de aquel memorable 26 de octubre de 1959, aquí expresó su últimó discurso al pueblo de Cuba, desde La Habana, y donde pronunció los versos del poema a la bandera de Bonifacio Byrne.

Terminado el acto, salió hacia la Bodeguita del Medio, lugar de cubanía y tradición en el cual no podía dejar de estar el recuerdo de quien es la imagen del pueblo; de quien amaba la vida. Aquel 26 de octubre, relataron los que estuvieron presentes, que Camilo invitó a sus padres, a su hermano Osmany, a dos compañeros y amigos a cenar.

Estaba optimista, jaraneaba con su padre, y daba cariños a su mamá. Cuentan que se sentía tan feliz que hasta cantó. Tarde en la noche se despidieron. Al día siguiente lo esperaba el camino de la inmortalidad.




Página enviada por Froilán González y Adys M. Cupull Reyes
(22 de noviembre de 2005)


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