Cuba

Una identità in movimento


El bohío

Juan Antonio Alfonso Roque


Se denomina así a la vivienda típica campesina, generalmente construida con su planta en forma de T, techumbre a base de hojas de palma, paredes de madera colocadas a la manera de escamas, y un patiecito o terraza, con suelo de alguna forma endurecido, que sirve a una vez para secar la ropa al sol, colocar las macetas de flores y plantas medicinales, y de vía de acceso a un portalito lateral; o directamente a la puerta de la cocina comedor, por donde verdaderamente se accede a la vivienda, porque la puerta del frente, y resguardada por un colgadizo a todo lo largo, se reserva para las visitas más importantes.

Otra escena curiosa que encontramos al circundar la casa es el fregadero donde se lava la vajilla luego de la cena, constituido por un tablero que sale hacia afuera desde una de las ventanas de la cocina, techado y delimitado por una especie de jaula, para evitar el acceso de las aves de corral; el agua corre hacia afuera y cae en una zanja que se aleja de la vivienda.

Relativamente cerca quedan el corral del cerdo, el vara en tierra y la letrina.

El corral del cerdo es un cercado que puede tener dos o tres dependencias, y generalmente está techado con algún material similar o de inferior calidad que el de los dueños de la casa.

Lo constituyen dos parales rústicos, a los que se le suma una reja de madera rolliza. Puede habérsele levantado el suelo mediante un tablero de costanera de madera dura, o simplemente pavimentándolo, para facilitar la limpieza y evitar las parasitosis.

También se le coloca una canoa para el agua o los desperdicios de la alimentación de sus dueños, que constituyen su primordial fuente nutricional, aunque esta se refuerza con viandas, granos y hasta leche, producto del excedente de cosecha o simplemente sembrados para él.

El cerdo recibe una alimentación dirigida cuando se espera de él algún fin determinado: a la madre lactante se le proporcionan varios tipos de bejuco (planta rastrera) con reputación bernácula a favor de la lactogénesis; y al cerdo en ceba, el grano de la palma real, que incrementa la cantidad y varía las cualidades de su tejido adiposo.

La letrina, por su parte, es una caseta debajo de la cual se ha construido una fosa séptica directa. Generalmente los campesinos construyen otra dependencia para bañarse, pero a veces coinciden ambas, incluyéndose en el conjunto una zanja similar a la del fregadero para que corra el agua jabonosa resultante, se aleje, y no replete la fosa.

El retrete es una curiosa caja de madera con un agujero redondo en la parte superior. Resulta muy curioso, y digno de elogio, el empeño que pone el ama de la casa lustrando este banquito, cepillándolo para mantenerlo impecable. Incluso, lo sacan al sol.

El vara en tierra es una mezcla de almacén de desahogo. Allí se guardan las semillas y las cosechas, avíos de menos uso, muebles rotos, sacos vacíos y otras cosas de utilidad no inmediata.

El conjunto exterior del bohío es muy curioso, el interior es bastante similar al de la casa común cubana. Valdría la pena, en otro momento, ocuparnos de describirlo.


Fuente: http://www.5septiembre.cu/


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