Cuba

Una identità in movimento

Confieren doctorado Honoris Causa a mito vivo del teatro más actual, Eugenio Barba

Octavio Borges Pérez



El Doctorado Honoris Causa en Arte fue conferido hoy, 6 de enero de 2002, a uno de los grandes transformadores del teatro del siglo XX, el italiano Eugenio Barba, quien con su danés Odin Teatre iluminó toda una saga artística y a inicios de este milenio marcha aún a la vanguardia de la creación escénica mundial.

La ceremonia de entrega, que encabezó Abel Prieto, miembro del Buró Político y ministro de Cultura, se celebró en el Instituto Superior de Arte (ISA), institución que avala ese grado científico por los excepcionales aportes teoricos y prácticos de este vital creador al teatro, milenaria expresión artistica de la humanidad.

La rectora Ana María Mafud señaló que Barba fue distinguido por su obra desarrollada durante varias décadas que lo definen como uno de los más importantes directores y creadores del teatro contemporáneo mundial.

El eminente teatrista, en sus palabras de agradecimiento expresó que tal honor lo merecían también sus colegas de 38 años de trabajo en el Odin Teatret y los integrantes de "ese tercer teatro" que cultiva la cultura de grupo en todo el mundo.

"Lo que me hace estar presente ahora aquí es lo que representa la esencia de la cubanidad: tomar posición con todas las energías como empujado por un demonio por una necesidad inaplazable y todo el Odin Teatret se los agradece con la certeza de que durante muchos años vamos a resistir juntos al espíritu del tiempo".

Destacó que en ese momento culminaba una relación muy larga con Cuba que comenzó en 1946 en el Café Rex de Buenos Aires, donde el escritor polaco Wiltod Gombrowicz se reunía con sus amigos cubanos Virgilio Peñera y Humberto Rodríguez para traducir su novela Ferdydurke, que ha tenido gran influencia en su vida.

Así dijo que Cuba entró por vez primera en su existencia a través de la solidaridad de artistas desterrados, para después contactar en 1963, en Polonia, con Eduardo Mané, quien con emoción defendió y contribuyó a legitimar el espectáculo "Acrópolis", de Grotosky, no muy bien visto por la oficialidad de entonces.

La Cuba socialista, tropical y atrevida, 20 años después se le apareció de nuevo en la persona de Helmo Hernández con deseo de diálogo profesional y la personificación del deseo de encontrar al otro y establecer una relación de paridad.

Señaló que esa motivación lo impulsó a visitar la isla a mediado de los años 80, cuando nacieron entonces amistades muy fuertes y tenaces con creadores teatrales y en pleno periodo especial regresó con todo el Odin Teatret.

Añadió que a la isla lo une un amor casi irracional. La investigadora Raquel Carrió, al hacer el elogio del homenajeado, agradeció a Barba por el viaje maravilloso por el espacio y el tiempo que le permitió llegar a Cuba, por su devoción a "Nuestra América", por su trabajo, sabiduría y humildad.

Encomió, además, sus inncalculables aportes a la pedagogía, la investigación, dramaturgia y puesta en escena en América Latina y especialmente en Cuba y por las imágenes que en los años más difíciles para el país acompañaron y resguardaron siempre a los cubanos.

A la ceremonia asistieron también Rafael Bernal, viceministro primero de Cultura, Carlos Martí, presidente de la UNEAC, la destacada crítica de arte Graciella Pogollotti, Abelardo Estorino, Premio Nacional de Teatro 2002, numerosas personalidades de la cultura cubana y alumnos del ISA.





Fuente: http://www.ain.cubaweb.cu/


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