El lunes 20 de julio unos amigos de Milán en tránsito por Madrid, me informaron que brigadas de trabajadores en Cuba lograron interconectar en tiempo récord las líneas eléctricas de alto voltaje entre el Oriente y Occidente del país, que el devastador huracán Dennis había partido en dos, al derribar más de cuarenta torres de alta tensión y que las zonas estaban inundadas o con grandes acumulaciones de lodo, que casi medio millón de estudiantes medios y universitarios renunciaron a sus vacaciones de verano para trabajar en la reconstrucción de las provincias azotadas.
Indicaron que en un programa de televisión, informaron que de estos jóvenes 11 366 eran estudiantes de Ciencias Médicas y ya estaban prestando servicios en centros primarios de salud; y 13 495 de las escuelas de Artes y Deportivas los cuales viajaron a las comunidades más afectadas para contribuir en la recreación sana de los chavales y los adultos.
Campesinos muy jóvenes de las montañas de Pinar del Río se trasladaron a las destruidas ciudades de Pilón y Níquero, con motosierras enviadas por la solidaridad española, con el propósito de restaurar los cafetos y declararon que no regresarían a sus hogares hasta no concluir su labor.
De igual forma brigadas de linieros de las provincias de Las Tunas, Camagüey y Holguín viajaron a Cienfuegos para trabajar día y noche, bajo la luz de las estrellas, hasta llevar la electricidad a todos los rincones de la provincia más golpeada, donde el huracán destruyó puentes, caminos y cambió el curso de los pequeños ríos y riachuelos, que ahora los propios vecinos trataban de llevar a su lugares originales.
Estos jóvenes son los tataranietos de los que derrotaron al colonialismo español, los bisnietos de los que derribaron la dictadura de Gerardo Machado, los nietos de los que derrotaron al dictador Fulgencio Batista y expulsaron por siempre al Imperialismo norteamericano de Cuba, los hijos de los que derrotaron la invasión mercenaria organizada por Estados Unidos por Playa Girón. Nadie puede hacerme creer, que un pueblo con esa actitud e historia puede estar dominado por una dictadura.
Mis amigos italianos conmovido me relataron las declaraciones de los habitantes de las comunidades campesinas que lamentaban en primer lugar la perdida de vidas humanas, el derribo de miles de árboles e incontables animales muertos, especialmente las aves y que con profundo dolor relataban como encontraban nidos y variados pajarillos destrozados por la furia de la lluvia y los vientos.
Ese huracán, con fuerza nunca antes vista, según los más viejos habitantes de esos lugares, tocó tierra por la costa sur de Granma en horas de la noche, al amanecer ya estaba en las aguas cálidas del mar Caribe, tomó nuevas fuerzas y esperó la noche para impactar a la provincia de Cienfuegos, la oscuridad constituyó una aliada a su furia destructiva.
Un hecho importante de este fenómeno atmósferico, es que en tierra cubana, perdió el ojo y el rumbo, lo que permitió que la Ciudad de La Habana se librara de su ataque. En Cuba, según un amigo, existen varias versiones de ese cambio errático, unos dicen que los habitantes de la ciudad de Calimete en gesto de solidaridad con los pobladores de La Habana lo dejaron ciego y otros, que el Presidente del Gobierno de la capital cubana, se fue para Guanabacoa a echar los caracoles, especie de makumba, santería o vudú para contrarrestar los malos espíritus de esos monstruos de la naturaleza, que agredida constantemente por la irracionalidad de algunos hombres, los genera con mayor violencia.
Mis amigos de Milán, vinculados a Pilón y Níquero, dicen que harán grandes esfuerzos solidarios y se unirán a otras ciudades de Italia, para ayudar a los damnificados y gestar un movimiento para exigir a las autoridades de las diferentes regiones, en primer lugar la de Lombardia que se haga a un lado, del Gobierno Central de Italia, y ayude en la reconstrucción.
Nosotros debemos hacer lo mismo, crear un movimiento solidario que deje a un lado al gobierno de Rodríguez Zapatero y solicite a las autoridades de todas las provincias españolas a prestar ayuda, como ya lo esta haciendo Cataluña.
No dudo que los cubanos saldrán victoriosos de este destrozo porque no es el primero que se enfrentan y derrotan, como han hecho con el peor de todos, que es el genocida bloqueo del imperialismo norteamericano, pero si les ayudamos será más fácil para ellos y nuestros espíritus dormirán más tranquilos.
Página enviada por Froilán González y Adys M. Cupull Reyes
(22 de julio de 2005)
