El destacado periodista, escritor y ensayista cubano Augier,
cataloga a Guillén como "el más notable periodista de nuestra época.
¿En qué medida Resumen, semanario de efímera vida, influyó en Guillén, y dónde se pude encontrar lo escrito por él en ese órgano?
"Resumen (1935), fue un semanario oficioso del Partido, en el que tuve alguna responsabilidad, y fui quien propuso incorporar a Guillén a su cuerpo de redacción; asimismo propuse a su director, Andrés Nuñez Olano y al subdirector, Carlos Rafael Rodríguez. Resumen, significó la vinculación de Guillén a las tareas culturales del Partido, y por lo tanto influyó en su desarrollo ideológico. Hay una colección de Resumen, donada por mí, en la Biblioteca Nacional, y no sé si la haya en el Instituto de Historia".
Usted que fue tan cercano compañero de Guillén, ¿podría explicar las dificultades que enfrentaba el periodista antes de 1959?
"Las principales dificultades del periodista profesional antes de la Revolución fueron de orden económico: los bajos salarios. Eso determinó la descomposición de la ética profesional: la mayoría de los periodistas se agenciaban botellas en las dependencias oficiales, e incluso hubo periodistas que pagaban a sus reporteros y redactores por esa vía. Por otra parte, era relativa la independencia de opinión del periodista: todo estaba supeditado al criterio, la conveniencia, los intereses de la empresa periodística que constituía de hecho una entidad comercial. Los órganos del Partido eran una excepción naturalmente, aunque las limitaciones económicas le impedían mejorar las tarifas de salario, pero en este caso entraban factores de asimilación ideológica del personal periodístico. En el caso de Guillén, era ya empleado público cuando colaboraba en la página Ideales de una raza, y seguramente no devengaba remuneración alguna, y sí, como redactor del semanario Orbe, y después de agosto de 1933 en Información y el semanario El Loco, y posteriormente en Hoy".
¿Puede Usted establecer una comparación entre el periódico Noticias de Hoy antes y después del triunfo revolucionario vinculándola con la participación de Guillén en este diario?
"La comparación es obvia: no es lo mismo ser franco tirador que formar parte de un ejercito, aunque en ambos casos se luche por la misma causa. En cuanto a Guillén, creo que antes tanto como después de 1959, observó una misma línea de Partido, con la diferencia lógica de defender, en el proceso revolucionario, a la Revolución en el poder".
Gran parte de la intelectualidad de izquierda cubana colaboraba en Hoy. ¿Qué importancia le atribuye usted a las colaboraciones de Guillén en dicho órgano?
"Hay que diferenciar entre colaborar en un periódico ocasionalmente — caso de muchos escritores de izquierda en Hoy —, que ser redactor fijo del periódico, y eso era Guillén, con la responsabilidad de su sección diaria, y con sus artículos desde el extranjero cuando viajaba. La importancia de los trabajos de Guillén en Hoy tenía el peso de su personalidad literaria destacada, la importancia de su opinión expresada brillantemente".
Guillén, que a pesar de ser un poeta famoso no podía vivir de la literatura por mal remunerada, se dedicó a subsistir del periodismo comunista cuando pudo haber sido, según nuestro criterio, ministro de Cultura. ¿Cuál es su valoración sobre esa actitud?
"Estimo que por parte de Guillén fue una actitud consecuente con sus principios, como corresponde a todo sincero revolucionario".
Sin lugar a dudas, Guillén fue un gran periodista, ¿pero no cree usted que el cumplimiento estricto de la táctica y estrategia del Partido lo lastró en alguna medida?
"Precisamente, el mérito de Guillén como periodista notable, es que sin perjuicio de la línea del Partido y aún expresándola, conservó siempre un vuelo y una voluntad de estilo inalterable. Con gran dominio de su oficio, iluminaba cuanto tema tocaba su atención. Nunca dejó que lo circunstancial lastrara su escritura; al contrario, transcendió lo circunstancial. Su identificación con los ideales y propósito del partido eran suficientes para dar expansión a sus propias iniciativas en el enfoque de los problemas".
El periodismo cubano ha contado con numerosas personalidades, muchas de ellas contemporáneas con Guillén, cuyas obras constituyen paradigmas de la profesión. Sin embargo, usted lo ha catalogado "... como el más notable periodista cubano de nuestra época" ¿Por qué?
"Quizás parezca exagerado considerar a Guillén el más notable periodista cubano de nuestra época, pero no es así. Quien, como yo, ha visto la realidad cubana y, por consiguiente, el proceso de nuestro periodismo a lo largo de varias décadas, en su desarrollo de cada día, puede afirmar que si Ramón Vasconcelos fue el más notable periodista de la época prerevolucionaria, lo es Guillén en la época revolucionaria, porque nadie como él, ni con más continuidad, asiduidad y brillantez, comentó y reflejó la realidad de nuestro país en un período histórico tan importante como el del proceso revolucionario desde antes de 1959. Hubo muchos periodistas destacados en la historia de nuestras publicaciones periódicas, pero a partir de 1940, más o menos, ninguno presenta la regularidad, la elegancia y la precisión de estilo, el vigor dialéctico y la gracia e ironía de Guillén. Revísese nuestra prensa y se comprobará que no hay periodista que lo iguale".