Cuba

Una identità in movimento


Voy por cigarros (Regalo de Año Nuevo)

Lohania Aruca Alonso


TeatroEl estreno de "Voy por cigarros", obra que dirige su propio autor, Gerardo Fulleda León, de la compañía teatral Rita Montané", fue acogido con calurosos aplausos por el público que colmaba la Sala Adolfo Llauradó, de El Vedado, en la noche del sábado 3 de enero.

Un monólogo masculino magistralmente interpretado por Luis Ángel Lin ("Tato") halló su contrapunto comunicativo, no menos lucido y brillante, en la eficaz mímica femenina de Loretta Estévez (Magnolia). El apoyo general del equipo técnico ineludiblemente favoreció el triunfo en esta primera presentación.

Sin ánimo de ocupar el sitio de un o una critico/a de teatro — que no soy — sino de dejar una breve crónica del importante acontecimiento, y de su efecto sobre mí, afirmo sin vacilar que la obra es uno de esos momentos del arte cubano que hace historia verdadera.

El tema abordado, a mi modo de ver, es la frustración del individuo ante un proceso de alta complejidad política, económica, social y cultural, que echa abajo las ilusiones de la utopía y lo enfrenta a las múltiples aristas (entre sí muy disímiles, paradójicas y esencialmente contradictorias) de una realidad, donde coexisten micro mundos muy diversos, enmarcados todos por un solo espacio y tiempo histórico: la Cuba de hoy.

Así las cosas, "Tato", mulato santiaguero cincuentón, que conserva algún atractivo físico, cuyo oficio particular es la mecánica automotriz, revela un cúmulo de insatisfacciones y debilidades que atraviesan su vida familiar, social, y llegan hasta algo más personal, que es al mismo tiempo sexual, erótico y sentimental: sus relaciones de pareja con Magnolia, su esposa.

Ella es una mulata "blanconaza", cantante de boleros que se desempeña profesionalmente, con cierto éxito y reconocimiento, en un cabaret en las afueras de Santiago de Cuba, pero que desea emigrar a La Habana, donde están sus dos hijos y nietos, y también una más amplia perspectiva para su futuro artístico.

El drama es esencialmente masculino; está sostenido por las aspiraciones machistas, en este caso defraudadas, del hombre — centro del hogar, rodeado de la admiración de su esposa e hijos, abastecedor — protector y autosuficiente.

"Tato" se expresa del modo más demostrativo, hace confesiones ante su esposa, y desde luego ante los espectadores, matizadas con manifestaciones de alegría pletórica de aguardiente, desbordante y superficial, subrayadas éstas con pasos de rumba y canciones estridentes. De igual forma, los más amargos reproches, reflexiones y denuncias, también son referidos musicalmente a su fascinación por el tango, y por una cantante del género, todo lo cual conduce a la pareja a un (in)esperado desenlace.

El personaje masculino teatral, ficticio, está perfectamente identificado con otro de la realidad, que usted y yo seguramente conocemos, que vive en Santiago de Cuba, o, en cualquier otra parte del país.

Por otro lado, la fortaleza femenina de Magnolia, su fidelidad resignada al esposo borrachín y "correntón"; a la familia alejada por las tristes circunstancias de necesidades, o, de expectativas, económicas, que no se cumplimentan debido al desarrollo económico social en su estadio actual, es parte de la cotidianidad cubana; así como su extraordinaria fe en un futuro mejor, que en la obra es recompensada.

Hacer creación y arte de la historia común, en la que lo heroico se diluye entre la multitud de actores (¡el verdadero pueblo!) que la protagoniza, para mí es motivo de gran admiración. Es igual a obtener la esencia poética de la vida, a pesar de su rutina y de las inevitables caídas, trampas y traiciones. Es ofrecer una lección que para muchos resulta difícil de aprender, pero que casi siempre es inolvidable.

La metáfora del cambio, de una ruptura sin previa despedida, de "Voy por cigarros", es propia del hondo pensamiento del cubano y la cubana cultos, que salen desde dentro del proceso de la Revolución triunfante y perfectible, para llevar a cabo su continuidad — la cual debe nutrirse, precisamente, de los más altos valores humanos históricamente alcanzados a través del trabajo redimido y justipreciado.

Romper, es la palabra de orden, con todas las trabas y vicios que impiden el avance de la sociedad cubana hacia una etapa histórica superior, con planteamientos de cuestiones y soluciones distintas. Por supuesto, portadora de nuevos problemas y contradicciones.

(¿Nos referimos, o no, al desarrollo contradictorio, dialéctico, del socialismo, en el cual, partiendo de un enfoque materialista, la lucha entre ideas, necesidades, intereses y anhelos, tiene aún total vigencia?).


    Fuente: Cubarte




Lohania Aruca Alonso: Investigadora auxiliar. Licenciada en Historia y Especialista en Urbanismo, MC Estudios Interdisciplinarios sobre América Latina, El Caribe y Cuba; miembro del Grupo de Estudios Regionales de Cuba (G.E.R.C.) del Instituto de Historia de Cuba y de la Cátedra de Estudios del Caribe de la Universidad de La Habana. Coordinadora del Grupo de Trabajo Permanente Expediciones, Exploraciones y Viajeros en el Caribe (adscrito al Instituto Cubano de Antropología).








Página enviada por Lohania Aruca Alonso
(9 de enero de 2009)


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