Una década, así que seguramente será una fiesta en grande...
VC: Así es, estamos trabajando mucho para lograrlo. Te diré que hay dentro del evento una serie de acciones que van dirigidas a recordar ese 1999 fundacional y también lo que fue el Salón en estos años. Será como siempre, por un lado competitivo para los artistas cubanos, tanto en la modalidad de obra impresa como audiovisual, y por otro una edición homenaje a los artistas digitales que nos han acompañado.
Hablemos del concurso...
VC: Hemos tenido un crecimiento que nos alegra y nos alienta mucho en cuanto al audiovisual, el doble de obras presentadas. Es muy importante porque refleja otras cosas, como la intensa actividad que hay en cuanto al video, sobre todo entre los jóvenes. La participación de obra impresa se mantiene como un espacio ya consolidado. Los premios, como siempre ha sido y seguirá siendo, son equipos para que los jóvenes que ganan puedan seguir trabajando. Es algo loable, son computadoras, scanners, impresoras.
¿Cómo van a recordar los diez años?
VC: Hay varias muestras de artistas invitados. Por ejemplo, el gran fotógrafo mexicano Pedro Meyer, muy activo en el tema de las nuevas tecnologías, una persona batalladora en muchos sentidos en el campo de la fotografía. El acompañó a las tropas sandinistas haciendo sus fotos cuando la ofensiva en 1999 y ahora estuvo en el homenaje al poeta Ernesto Cardenal en Jalapa, donde coincidió con Silvio, Galeano y otros artistas. Pedro es uno de los invitados con una exposición en el Centro Hispanoamericano de Cultura, a inaugurarse el 5 de noviembre, y tiene una conferencia en nuestro Coloquio, que damos paralelamente al Salón.
Otra invitada querida e importante es Alicia Candían, una de las grandes artistas audiovisuales y gráficas de Argentina, con un currículo impresionante, y tenemos la alegría de que la conocimos cuando ese currículo empezaba, cuando nació el Salón. Ella trae una muestra muy hermosa que se va a inaugurar el 4 de noviembre. Tenemos invitado también a un artista joven español, Juan Miguel Morales, con el que vamos a explorar la relación entre la fotografía digital y la analógica. Además de su exposición, Caminos, la mitad hecha en técnica digital y la otra con los métodos analógicos tradicionales, brindará una conferencia en esa vertiente.
¿De los nueve salones anteriores?
VC: Sí, igual. Estamos preparando otras muestras de ganadores de los salones anteriores, y por ejemplo Katia Hernández, también ganadora, tiene una muestra personal, igual que el proyecto Siamés, Orlando y Eduardo García, ganadores de un primer premio, organizan una hermosa muestra que se llama Vida.
Sharing dreams...
VC: Vamos a continuar con el proyecto Compartiendo sueños-Sharing dreams, que por cinco años hemos hecho con diseñadores norteamericanos y ahora vamos a hacer una especie de mirada de lo que ha sido con una exposición fotográfica. Estará en el hotel Ambos Mundos en la sala Del Monte, acompañado por dos videos, uno realizado por Eduardo Moltó y otro por Katia Hernández, la visión cubana de lo que es Sharing dreams.
Me han hablado de una exposición desde el balcón...
VC: Es a partir del diseño grafico, ese modo de hacer que es artístico también, y tiene la virtud de la comunicación de ideas. Primero hicimos un concurso sobre Pablo de la Torriente Brau, después sobre Miguel Hernández, la Nueva Trova, y encontramos para nuestra alegría una zona donde hay por lo menos dos generaciones de gráficos jóvenes que a su vez son artistas digitales. Uniendo esas experiencias tenemos la exposición Diez por diez, en homenaje al décimo aniversario del Salón. Cada uno de los diez ha hecho una obra de un metro por dos, que va a estar aquí en el balcón de nuestro Centro hacia la calle Muralla.
¿Aún no es todo?
VC: Pues no. Otra forma de interacción es un proyecto importante, por el artista que lo promueve y los que van a participar. Es el que trae Luis Miguel Valdés, grabador, artista digital, fundador en los años 80, en el Instituto Superior de Arte, que fue la primera experiencia aquí de arte digital. Se ha mantenido un amigo cercano del Salón y nos ha propuesto este año este proyecto hermoso que une el arte digital con la plástica. Luis Miguel tiene en México, desde principios de los 90, un taller que se llama La siempre Habana, muy reconocido, donde han grabado los mejores artistas mexicanos y también una veintena de cubanos, entre ellos Fabelo, Choco, Zayda, Nelson, Tomás Sánchez. Son grabados de una calidad técnica enorme. Luis Miguel los ha invitado a este proyecto conjunto que se expondrá en el patio del Centro. Una especie de performance que va a ser el final del Salón. El va a traer obras digitales no terminadas, una base, impresas en lonas para que sobre ellas los artistas trabajen, haciendo una fusión que nos interesa mucho, sirve para combatir los prejuicios de unas artes sobre otras. Unir a los artistas plásticos con los digitales.
Recordemos la llegada al Centro del arte digital, prácticamente desconocido aquí...
VC: Una de las cosas que ha animado el trabajo de la gente del Centro es lo que llamamos una poética-política de búsqueda de caminos y sobre todo de integración de lenguajes y de gentes. Nunca hemos visto la creación artística como algo aislado, en su coto, en su pequeño territorio, sino hemos tendido a tratar de unir a los trovadores con los artistas plásticos, a los diseñadores gráficos con los digitales. Ratificando que la creación artística, sobre todo en los tiempos que corren, ya no es la que tendía a este tipo de especialización, sino que nuestra época propone a partir de las nuevas tecnologías, una poética y una proyección del trabajo que tiende a esta mixtura de las artes. Este encuentro con el arte digital lo comenzamos como una aventura de la imaginación, no se conocía entre nosotros el arte digital en 1999. Esto ocurrió precisamente por la interacción. Fuimos llevando a Puerto Rico una Jornada sobre Pablo de la Torriente Brau para que se le conozca mas en la isla donde nació, y allí había un evento organizado por tres artistas puertorriqueños, que se llamaba Un lienzo para Pablo, y ese lienzo era digital. Ellos eran incipientes artistas digitales. Vinieron al año siguiente y dieron un taller que fue muy importante porque asistieron los artistas jóvenes que al año siguiente fueron los participantes y los ganadores del Primer Salón. De manera que el arte digital llegó a través de Pablo.
http://www.granma.cu/espanol/2009/octubre/juev15/mirada-centro-pablo.html