El 28 de abril de 2007 se celebró el centenario del natalicio de Mario Martínez Casado, actor de teatro, radio, cine y televisión, director y empresario teatral; intérprete de particular carisma, descubridor y formador de jóvenes talentos; figura querida y recordada por cientos de espectadores teatrales y miles de televidentes, también por grandes de la escena cubana como Rosa Fornés, María de los Ángeles Santana, Gladys Puig, Pedro Arias, Maruja Calvo, entre tantos otros. Para aquella fecha la revista semestral Indagación, del Centro Nacional de Investigaciones de las Artes Escénicas, había preparado un número especial que vio la luz dos años después, en el 2009.
En dicho número aparece una entrevista realizada al actor y director por el periodista Arturo Ramírez, de la revista Carteles, donde apareció oportunamente publicada en julio de 1943.
En ella menciona el periodista a la pequeña hija Isabel Martínez-Casado Mondragón, la misma que facilitó esta entrevista para ser reeditada hace dos años, y a quien tuvimos presente la tarde del 26 de febrero en los predios de La Casona de Línea, junto a su hermano menor Mario Martínez-Casado Mondragón, en ocasión de realizar esta vez el homenaje ya una vez aplazado a la memoria de su padre.
En esta tarde de febrero un suceso particular nos convocaba. Se trataba de la visita a La Habana del investigador español Salvador Aulló Ortiz quien portaba unos escasos ejemplares del libro Los Martínez Casado. Homenaje de amor, de Marta R Sykes, sobrina del actor e hija de una de sus hermanas, la también actriz Marta Martínez-Casado, gran figura de la radio cubana.
Los ejemplares fueron entregados a los hijos de Mario Martínez Casado — junto a la propia revista Indagación —, mientras Aulló Ortiz prometía regresar con una mayor cantidad de ellos tras la segunda edición, ya que la primera desapareció de las librerías poco después de su lanzamiento.
Se trata de un libro sin mayor pretensión que la de presentar y homenajear a esta dinastía de artistas que parte de la gran Luisa Martínez Casado, considerada en su época nada menos que la mejor actriz hispana, quien fuera hermana del padre de Mario, el actor y empresario don Manuel Martínez-Casado, y a la cual pertenecieron intérpretes de la talla de Juan José, actor de teatro y cine, barítono, que desarrolló su carrera en México; Víctor, actor que laboró en España y luego en Argentina, tempranamente desaparecido; Marta, actriz de teatro y, sobre todo , de radio; Luis Manuel, director y actor de radio; Margot, actriz de teatro y radio, y doña Celia Adams, renombrada actriz y progenitora de esta destacada prole de artistas.
Al testimonio emocionado de los hijos de Mario, se unieron las voces de Zenia Marabal, Gladys Puig, Maruja Calvo, Pedro Arias y Roberto Gacio para recordar al talentoso tenor cómico que participara en tantas zarzuelas y operetas, al hombre siempre afable de grácil figura y admirable agilidad mental, al empresario, hábil adaptador y director de una considerable relación de vodeviles franceses que hicieron las delicias del público en los años cincuenta, al versátil actor que llevó a escena decenas de personajes en los espacios televisivos Teatro ICR y La Comedia del Domingo, en la época en que el medio se trabajaba en vivo.
Más tarde pudimos escuchar grabaciones de zarzuelas españolas interpretadas por el actor como Molinos de viento y La parranda, así como deleitarnos con varias canciones a cargo del joven tenor Dennis de Armas, del Teatro Lírico Nacional.
De una manera sencilla, sin estridencias, Mario Martínez Casado volvió a estar entre nosotros. Una pena que en esta evocación no hayamos podido contar con los jóvenes que se preparan para acceder a la escena, al menos con los bisoños estudiantes del canto lírico. A pesar de la distancia que el tiempo establece, en Mario tienen ellos un émulo y un maestro, y en su amorosa y sensible familia los documentos y la memoria que les permite tender puentes entre pasado y futuro, junto al calor y el estímulo necesarios.
Página enviada por Esther Suárez Durán
(28 de febrero de 2010)
