Cuba
Una identità in movimento

¿Y si fuera una huella?: La historia a secas no es historia

Estrella Díaz

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Con la presencia del presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, y el Ministro de Cultura, Abel Prieto, fue presentado el libro ¿Y si fuera una huella?, de Alfredo Guevara, presidente del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, cuya edición 30 concluyó recientemente en la capital cubana.

El libro, de unas 600 páginas y en coedición con la Fundación Autor de España, posee el gran mérito de incluir una selección de cartas

"... que aparecen tal cual fueron escritas".

En la presentación del volumen — realizada en el Salón 1930 del emblemático Hotel Nacional de Cuba y a la que asistió un nutrido grupo de periodistas cubanos y extranjeros acreditados al Festival — Guevara aseveró que con ¿Y si fuera una huella? se propuso delinear un arco de las últimas cinco décadas de vida cubana.

Hemos querido, afirmó, ofrecer un arco de 50 años y lo desbordarnos porque así es nuestra vida, y significó que ese arco no solo se ha hecho a partir de cartas no modificadas y escritas en distintos momentos, sino que tiene implícito todo el movimiento cultural y político que entrelaza a Cuba con América Latina.

"No somos pontífices y, por lo tanto, no hablamos de que estamos ofreciendo la verdad: estamos dando una faceta de la verdad", dijo.

Subrayó que "la verdad es aproximativa" y enfatizó que lo que más logra un investigador, un estudioso o alguien que reflexiona, es acercarse a ella, y después de ese acercamiento tendrá que preguntarse si ese punto al que ha llegado no es en realidad un nuevo momento de partida.

En ese arco, insistió, no solo he querido dar los hechos tal y como los vimos en aquella época sino, también, la atmósfera:

"... tengo la convicción de que la historia a secas no es historia, que todas las situaciones se dan en determinado clima, en la confluencia, en la urdimbre intrincadísima de sucesos, factores, psicología, antecedentes; es decir, es algo tan complejo que prescindir de la atmósfera es deformar los hechos".

Finalmente, el fundador del Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos (ICAIC) agradeció al Festival, a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y a Fundación Autor, ambas de España, porque

"... son parte de mi vida, al haberme abierto la posibilidad de publicar en su editorial".

Igualmente, manifestó su satisfacción por el apoyo de dos de sus colaboradores que calificó de "extraordinarios": la editora Yaíma García y el diseñador Eduardo Moltó.

Yaíma, significó, me ayudó a hacer posible el libro, y Moltó me ha regalado en la factura una obra de arte:

"Un libro tan bello y artísticamente bien concebido se convierte en una obra de arte. Cuando un libro es así también cumple su rol de incitación a la lectura".

Por su parte, el investigador Julio César Guanche, al presentar el libro, el quinto escrito por Alfredo Guevara, subrayó que si las cartas son de un hombre teatral, con sentido del humor y vasta cultura, estas harán felices a los amantes de la literatura,

"... pero si ese hombre es, además, un gran pensador y un auténtico revolucionario que ha fundado el ICAIC o el Movimiento del Nuevo Cine latinoamericano, el Nuevo Cartel Cubano o el Grupo de Experimentación Sonora, su correspondencia puede provocar verdaderas obsesiones".

"Publicar un epistolario — dijo — es un acto de valor inaudito o es una cobardía total; muchas veces los autores lo dejan como un legado envenenado al mundo que abandonan; es, quizás, la única sonrisa que disfrutan ante la proximidad de la partida".

"Como hombre lúcido, Guevara sabe que no hay inteligencia interesante sin una pequeña escala diabólica. Pero no nos deja aquí, con su epistolario, alguna clase de herencia que pueda explotar en nuestras manos. Guevara es un hombre que no aprecia la prudencia ni la disciplina, pero sí la consecuencia de quien cumple deberes", puntualizó.

Francisco Galíndez, Secretario General de la Fundación Autor, acotó que

"... discutir con Alfredo, en los muchos años que lo conozco, ha sido aprender no solamente de la historia de Cuba reciente, sino de un hombre poliédrico, un hombre complejo, un hombre enfrentado a su tiempo, que ha sabido evolucionar como los tiempos exigían; un hombre que ha escrito libros valientes".

Página enviada por Centro Pablo de la Torriente Brau
(16 de diciembre del 2008)