En la Galería Eduardo Abela de San Antonio de los Baños, dos exposiciones y un documental centran su mirada en el tema de la Guerra Civil Española.
La primera muestra Y siguen dibujando? es un testimonio histórico y una prueba más del arte en su función terapéutica que incluye impresionantes fotos de Robert Capa, en lo que pudiera considerarse un itinerario visual de la épica de los Niños de la Guerra en España.
El público en San Antonio puede hoy apreciar el resultado de la compilación de aquellos dibujos que los niños españoles realizaran durante ese periodo trágico de la historia de la Península cuando doscientos mil pequeños fueron evacuados durante la Guerra Civil en la exhibición Y siguen dibujando... Asimismo la otra muestra adjunta en la Galería Eduardo Abela es Y siguió dibujando? con 15 dibujos de tema antifascista que fueron publicados en la prensa cubana en los años sesenta, obra del gran artista de origen asturiano José Luis Posada Medio, quien emigrara con su familia debido a la guerra, y luego se asentara en San Antonio de los Baños.
Víctor Casaus, director del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, cineasta, escritor y periodista, agradeció la invitación de la galería y comunidad cultural de San Antonio a estas exhibiciones que han sido organizadas y coordinadas en este pueblo por el investigador del tema de los niños de la Guerra Civil Española, el escritor Raúl Hernández Ortega y apoyadas por el propio Centro Pablo.
En la apertura Casaus enfatizó que se trata también de un homenaje a José Luis Posada, relevante artista que conociera personalmente hace cuatro décadas cuando ambos iniciaron su colaboración con la publicación cultural cubana El Caimán Barbudo para la que José Luis diseñara su logotipo, una amistad que perduró hasta la desaparición del creador, cuya obra ha recibido un seguimiento de promoción, estudio y rescate desde el Centro Pablo, gracias a la dedicación de los hermanos de José Luis Posada.
Consecuentemente esta recordación al prestigioso creador plástico emigrado en Cuba a causa de la guerra, se realiza patrocinada por el centro que lleva el nombre de Pablo de la Torriente Brau, quien ofrendó su vida combatiendo contra el fascismo en tierra hispana. Respecto a ello, el director de la institución cultural en Ciudad Habana, Víctor Casaus, se refirió a la amistad de Pablo de la Torriente, combatiente cubano en defensa de la República Española, con el poeta español Miguel Hernández, quien falleciera a causa de su militancia antifascista en una prisión de Alicante en 1942.
Asimismo Casaus destacó su satisfacción de que todo este trabajo del Centro vinculado con la memoria histórica incluya a un pueblo como San Antonio de los Baños, donde se iniciaron en sus manifestaciones culturales artistas cubanos como el pintor y caricaturista Eduardo Abela, el trovador Silvio Rodríguez, el caricaturista René de la Nuez, y el propio dibujante, grabador y pintor de origen hispano José Luis Posada. En esta tarde de marzo, subrayó, se unen la historia de la Guerra Civil Española, la cultura cubana y América Latina, y se refirió a la presencia en la apertura de Melissa Márquez, directora del Centro Cultural Nuestra América de El Salvador y de la editora Lidoly Chávez, de Ocean Press.
El coordinador de este acto cultural en la Galería Eduardo Abela, Raúl Hernández Ortega, se refirió a la importancia del vínculo del artista Posada y su infancia durante la guerra civil española. Oriundo del pueblo, Hernández obtuvo recientemente uno de los Premios Memoria que otorga el Centro Pablo y que le fuera entregado en la Sala Nicolás Guillén durante la recién finalizada 19 Feria Internacional del Libro de La Habana, por su proyecto de libro La casa en un morral, texto donde el investigador abordará a través de entrevistas y cartas, los tres años de peregrinar por Cataluña y Francia de la familia Posada Medio, desde 1937 hasta septiembre de 1940 cuando se establecieron en San Antonio.
En Cuba hay más de trescientos mil descendientes de españoles, una parte de nosotros ha escuchado la historia contada por nuestros abuelos y padres de las experiencias sufridas debido a la Guerra Civil Española.
Este 12 de marzo en San Antonio se pudo apreciar tanto la muestra de los niños españoles, como los dibujos antifascistas del artista Posada, quien fuera un niño de la guerra y luego prestigioso artista hispanocubano, así como el documental La guerra dibujada.
En la Galería Eduardo Abela espectadores de la comunidad vieron este filme que versa sobre la primera contienda bélica moderna reflejada en imágenes por los niños.
En aquel momento histórico muchos maestros de las brigadas internacionales y de las organizaciones humanitarias emplearon la actividad plástica como estrategia psicosocial y el resultado fue conservado en archivos y bibliotecas de distintos países del planeta. En el documental se señala cómo algunos de estos trabajos infantiles fueron, incluso, puestos en venta en Londres, Nueva York y Massachussets en 1938 para recaudar dinero que permitiera salvaguardar a los niños españoles en las colonias. Vale la pena mencionar cómo las palabras al catálogo de aquella primera muestra en plena guerra fueron de la autoría del afamado escritor inglés Aldous Huxley, obra que vio su edición tres veces en dos años. Luego instituciones como American Friends Service Comittee, el Instituto Carnegie de Madrid, los archivos de la Brigada Abraham Lincoln, la Fundación Puffin, y en particular el profesor de la Universidad de Washington en Seattle, Anthony L. Geist trabajaron en su búsqueda, clasificación y difusión.
Fue este último, quien ha dedicado largos años a la investigación y la docencia sobre temáticas del arte y la literatura de ese período de la historia de España, quien trajo la exposición de dibujos infantiles de la guerra civil que, por vez primera se vieron en la Isla expuestos en septiembre del 2009 en la Sala Majadahonda del Centro Pablo, nombrada así en conmemoración del sitio donde cayera el periodista cubano Pablo de la Torriente Brau, combatiente por la República Española, en aquella ocasión inaugural, a Geist le fue obsequiado un grabado de José Luis Posada.
El documental La guerra dibujada que fuera visto en Cuba gracias a Anthony L. Geist, fue el fruto de la labor cinematográfica de dos realizadores valencianos Amanda Gascó y Xavier Cortés. Su realización fue vista en un espacio de la televisión española, El laberinto español, junto a un documental de Geist sobre la Brigada Lincoln - Almas sin fronteras - en el 2006, cuando fue declarado ese año el de la Memoria Histórica. La guerra dibujada fue también transmitido por el espacio de la Mesa Redonda de la televisión cubana.
Luego de ver el filme testimonial desde la mirada desde la adultez de aquellos que fueron niños y viven emigrados en Francia, Estados Unidos o en su propia patria, a algunos de nosotros nos resultó impactante la memoria de la tragedia que conocíamos por tradición oral de nuestra familia de origen hispano. Entonces reseñé ese estremecimiento luego de ver el testimonio de aquellos niños que vivieron aquel acontecimiento dramático en su patria y que ahora viven en la tercera edad. Ellos intentaron exorcizar los demonios que la guerra les imponía en la década de los años treinta: cada dibujo, escribí el pasado año, es un reflejo del paisaje visto con sus barcos, aviones, metrallas. Cada pintura, un diálogo íntimo con su tristeza, una marca de su desconsuelo, una llamada a la nostalgia por el hogar perdido, una manera de expresar su queja con ingenuidad o la intención de replantearse con dibujo y color, el acontecer al que se veía obligado a adaptarse.
La exposición Y siguió dibujando, integrada por piezas publicadas en Cuba, nos recuerda la honda raigambre antifascista de José Luis Posada, cuyo origen se halla en su propia vivencia infantil del fascismo español cuando debió abandonar España, Villaviciosa, para peregrinar durante tres años por Cataluña y Francia, junto a su familia integrada por dos mujeres y cuatro niños, hasta llegar a Cuba y poder reencontrarse con su padre en San Antonio.
Las dos muestras (de niños españoles y del artista hispano cubano Posada) y el documental La guerra dibujada que pueden ser vistos este mes en la Galería Eduardo Abela de San Antonio de los Baños validan un recordatorio de que son los niños el paradigma humano del desamparo y la fragilidad ante la catástrofe y el dolor que significa la guerra, en fin, un llamado a dibujar la paz en el planeta.