A este concurso han entregado obras 23 creadores y algunos con hasta once fotografías. Las miradas coinciden mucho.
Raúl Rodríguez, uno de los miembros del jurado y un artista de larga y bastísima experiencia en el mundo de las imágenes y su significación, me comentaba que es un género muy difícil porque, por lo general, los artistas están quietos, los movimientos escénicos son escasos y las locaciones varían muy poco.
Así es que tenemos imágenes que a pesar de mostrar a artistas diferentes, el plano, encuadre e iluminación, son similares. Por eso buscamos evadir este tipo de fotos para centrarnos en algunas que, inevitablemente, provocaban mirarlas desde el primer instante. La decisión fue difícil y al final otorgamos tres premios y tres menciones.
¿Cuál consideras que es el saldo más significativo de este primer concurso de fotografía que ha auspiciado el Centro Pablo?
Este concurso amplía el diapasón del Centro Pablo en su interés por la trova y los trovadores.
Estamos recibiendo una información importante que nos dice cómo está siendo asimilado el género en los jóvenes, porque fueron jóvenes los principales protagonistas de esta entrega. Esta vez fueron 23 los concursantes, pienso que en otra edición aumentará la cantidad de participantes.
Con anterioridad, el Centro Pablo ha auspiciado concursos para incentivar a diseñadores para que se acerquen a temas puntuales como la figura de Pablo y la Guerra Civil Española, en torno al poeta español Miguel Hernández o al Che Guevara, y también ha estimulado — a través de concursos — a trovadores a que musicalicen poemas o a que creen una canción para Pablo de la Torriente, Frida Kalho y Diego Rivera. Ahora es la fotografía lo que está como eje. ¿Crees que se justifica este concurso?
Se justifica ¡y mucho! Estoy seguro de que a partir de ahora crecerá el número de asistentes a los conciertos. Aumentará el número de flashes y cámaras. Habrá menos espacio frente a los escenarios para poder capturar una foto y habrá más interesados en esta música.
Todo lo que ayude a crecer la memoria histórica de una parte de la cultura cubana es justificable. La fotografía siempre ha estado presente en y después de cada concierto, creo que ahora, luego de este concurso, seguirá estando, pero mejor enfocada, más esforzada para que salga mejor.
Esperemos tener la oportunidad de convocar a otra edición para comprobar si mis augurios son ciertos.