Según el hebreo antiguo abracadabra significa "entrega tu fuego hasta el final". Los estudiosos del idioma dicen que la palabra se usa para encantar, embrujar, hacer magia... Algunos consideran que es la frase más pronunciada universalmente sin necesidad de ser traducida. Lo cierto es que desde pequeños acudimos a ella para espantar los fantasmas del cuarto oscuro, para sacar de la gorra vieja las mejores maravillas, para convertir en príncipe a los bichos del patio, para hacer del regaño una caricia.
Y es que bajo esta palabra encantadora cualquier suceso puede ocurrir. Por eso fue Abracadabra el término justo para dar nombre a otro de los milagros salidos de La Colmenita, esa compañía infantil de teatro dirigida por Carlos Alberto "Tin" Cremata, que nunca olvida el camino de regreso pues "son como las abejas, que aunque salgan disparadas a libar, saben regresar a casa (a su Cuba) porque pueden leer el lenguaje del cielo". Y por el sendero de regresar a las esencias de sus héroes, a la vida real de sus buenos hombres, desandan los pequeños rompiendo rígidos esquemas que, por ejemplo, reducen el recuerdo del joven Frank País solo a "un mártir que murió en Santiago", o convierten la grandeza cotidiana de los Cinco Héroes en láminas frías, alejadas...
"Abracadabra no es una obra de teatro", explica Cremata. "Desde el principio la definimos como una acción de la Patria, por ello no pensamos siquiera en términos de ‘entradas para una función’. Es de un planteamiento tal que requiere, por ahora, de un espectador preparado para verla... Abracadabra no está escrita por dramaturgos o expertos, sino fundamentalmente por niños que comparten juntos el sueño de la libertad. Son esas las voces que se escuchan en un escenario que grita las ganas de hacer lo imposible, porque de lo posible... ya dijo el poeta".
Se empeñan los niños, adolescentes y jóvenes de La Colmenita en buscar la esencia de las cosas, luego de que una maestra les mostrara la forma de descubrirlas. La gentil profesora les habla de aquello que definimos como la verdad última, como el relleno de la silueta que vemos en todas las cosas. Tras esa misión, ardua cuando tantos se quedan en la periferia, van los "colmeneros" convertidos en Tom Sawyer, Pippa Medias Largas, El Principito, Peter Pan, Alicia, Oliver Twist, Mafalda, María Silvia, Elpidio Valdés... Son una pandilla secreta que, desempolvando esencias, idean la forma de liberar a Fernando González, Antonio Guerrero, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y René González, Cinco Héroes que Abracadabra descubre como hombres reales, con angustias, alegrías, con días tan normales como heroicos, alejados de consignas frías que muchos repiten a diario sin sentirlas.
Entonces nos topamos con el niño que saludaba a los aviones (René); con el pequeño que se creía director del equipo de Industriales (Fernando); con el poema que escribió Laurita a su papá Ramón donde le decía que en casa solo faltaba él; con la carta de Gerardo a sus hijos por nacer; con las palabras de Fernando a Rosa cuando le confía que solo el amor podrá sustituir la risa infantil en el hogar; con las imágenes de Antonio bailando, dando besos a su madre, tocando la clave cubana porque, como escribió luego, ni un solo día se ha sentido pesimista, triste, solo, derrotado, como culpable en el banquillo de los acusados...
A través de una mirada desprejuiciada, que aborrece los dogmas, que proscribe las consignas, que critica el inmovilismo, que se empeña en llegar a las esencias más profundas, se aproxima La Colmenita al tema de los Cinco Héroes, aunque algunos persistan, dentro de la misma historia, en acusarlos de "acercarse al tema de forma inadecuada". Es Abracadabra un tiro de gracia al desánimo de quienes se resisten a quitar "la hojarasca de los años, a apartar las sillas de los bordes, a entregar su fuego hasta el final".
Y si los niños comienzan la puesta repitiendo con frialdad que Los Cinco "están presos injustamente en cárceles del imperio", terminan ideando la mejor manera de sacarlos de aquella prisión bochornosa porque son hombres inmensamente generosos a los que nosotros, los sobrevivientes, les debemos la sobrevida. Por ello Pippa hará cinco puentes hasta sus cárceles, el Principito sembrará baobabs que romperán las paredes de las celdas, Mafalda juntará a sus amigos para jugar con los guardias a la "gallinita ciega"... En fin, se juntarán todos para preguntarle a Obama cómo se puede vivir en un lugar tan pequeño, tan húmedo, cómo puede alguien estar tantos años sin ver una ventana. Pero, ¿y si no fuera suficiente?
Con esa interrogante nos iremos todos del teatro, buscando las esencias que no percibíamos, defendiendo una causa con argumentos, pero desde el corazón. Así el camino de regreso a ese "lugar donde guardo raíces y luceros" será más corto.
ABRACADABRA POR UN MEJOR SÁBADO
Confiesa Cremata que este sábado 29 de enero resultó mágico, posiblemente un deseo concedido luego de repetir muchas veces el conjuro maravilloso. Fue la presentación más reciente de "esta acción por la Patria, quizás la más linda", pues el público que asistió a verlos fueron los máximos dirigentes del país. El General de Ejército Raúl Castro, hechizado por la fuerza de Abracadabra, había invitado a los miembros del Buró Político, de los Consejos de Estado y de Ministros, del Secretariado del Comité Central del Partido; a los cuadros centro de la UJC, la CTC y demás organizaciones de masas; a los presidentes de los consejos de la Administración provinciales y a los primeros secretarios de los comités provinciales del Partido.
"Hasta el momento habíamos hecho muchas funciones hablando de los héroes de la Patria, pero ese sábado le contamos a varios de los héroes de siempre, a los de estos días, esos que nos tienen que ayudar a perfilar la estrategia, a definir caminos".
A ellos dijo Cremata que La Colmenita generó un movimiento en otras provincias y municipios del país, y que se ha extendido a naciones como España, Panamá, Colombia, Venezuela... Pero "lo que más nos quita el sueño ahora es montar un sistema de Colmenitas en Haití. Y estamos preparados para eso".
Explicó que quienes integran La Colmenita, único grupo de teatro del mundo declarado Embajador de Buena Voluntad de la UNICEF, son niños que estudian en escuelas regulares, y que luego de las clases juegan al teatro, a la danza, al canto...
Tras una tarde que resultó aleccionadora para todos, Raúl entregó a los pequeños una réplica del yate Granma que tenía rotulado: "A La Colmenita, gracias". Les confesó el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros que lo emocionaron por tercera vez, pues había visto Abracadabra por la televisión en dos oportunidades. "Pero desde la primera vez fue suficiente para que yo también me pusiera a pensar en la esencia de las cosas".
Y buscando la esencia, les dijo Raúl, "buscando un símbolo del momento que vive la Revolución encontré a Abracadabra, a La Colmenita", motivo por el cual los invitó a participar en el desfile del 16 de abril, cuando Cuba entera celebre el aniversario cincuenta de la Proclamación del Carácter Socialista de la Revolución, porque colmada de hitos históricos estará esa marcha.
El General de Ejército, conmovido por el arte de una colmena tan encantadora, les explicó que el desfile honrará a los mambises, padres fundadores que trazaron el camino de la libertad; revivirá la travesía del yate Granma, esa que devolvió tantas esperanzas; recordará los días heroicos de Playa Girón cuando un pueblo entero se lanzó a defender su soberanía, a declarar el carácter socialista de su Revolución; rememorará la Campaña de Alfabetización, pues nada hubiese tenido sentido sin las puertas que se abrieron a la cultura... Y para marcar el hito de estos nuevos tiempos desandará La Colmenita por la Plaza de la Revolución, dando muestras del renacimiento que a cincuenta años de aquel enero mágico sigue engendrando Cuba.
Entonces, estos pequeños, gigantes por hacer tanto bien, seguirán convocando a llevar el fuego hasta el final.
http://www.granma.cubaweb.cu/2011/02/04/nacional/artic06.html
La Habana, viernes 4 de febrero de 2011. Año 15 / Número 35