Cuba

Una identità in movimento

Un año dedicado al arroz


Como sucede con todos los alimentos que sirven a muchos en el planeta, al arroz se le avizora un futuro difícil, y los datos que lo demuestran pueden recogerse de los informes de varias organizaciones internacionales, vinculadas directa o indirectamente con la evolución de este y otros cultivos.

Las cifras confirman que han venido disminuyendo progresivamente las reservas mundiales de ese alimento en los últimos tiempos, y que solo del año pasado al actual la reducción será de un 30 %.

Esta situación es resultado directo de una disminución en la producción y las exportaciones de los países y regiones que siempre han marchado como líderes en la siembra de arroz, y que ahora ven limitados los crecimientos por lógicos problemas de población y desarrollo. Tal es el caso de las naciones asiáticas, que si en el año 2003 exportaron de conjunto unos 22 millones de toneladas, en el presente llegarán únicamente a los 19 millones.

Por supuesto esto sucede cuando el consumo mundial del grano también ha crecido, y su primera consecuencia lógica será la de la elevación de los precios en los mercados del orbe, algo que afectará mayormente, y como siempre, a los países más pobres. Es por ello que a naciones como la nuestra les corresponde entonces aumentar sus producciones para tratar de cubrir los consumos internos cada vez con menos importaciones.

"Según aseguran los estudiosos en este momento las mayores reservas y posibilidades futuras del arroz se albergan en América Latina y el Caribe, pero estas son áreas de muy escasos recursos que precisarán de grandes inversiones para pasar de sus actuales producciones de secano a las de riego, duplicando los rendimientos", explica el ingeniero Rubén Alfonso Caravallo, director del Instituto de Investigaciones del Arroz en Cuba.

"Justo para contribuir a crear las condiciones que le permitan a nuestra región dar el salto que se le propone, y para generar una estrategia que ayude a enfrentar la difícil coyuntura por la que pasa el tema del arroz, fue que la FAO decidió, por primera vez en su existencia, el dedicar este año en exclusiva a ese cultivo", añade el directivo.

— ¿De qué manera se organiza una conmemoración de este tipo?

"Entre los propósitos fundamentales de este año están el de aumentar la cultura del uso del arroz, así como incrementar la capacitación a las personas que se dedican a este cultivo, o que se interesan en él, para lograr rendimientos superiores y la utilización de tecnologías menos costosas".

"Se persigue además el fomento de la producción familiar, siguiendo un poco las exitosas costumbres asiáticas en este sentido; y el fortalecimiento de las actividades científico-técnicas sobre la base de desarrollar tecnologías de bajos insumos con una mayor eficiencia en el empleo de los recursos".

"Hasta el momento, y dentro de las acciones específicas, se han realizado talleres de mejoramiento genético, teniendo en cuenta que una de las dificultades principales de la región está en el potencial productivo de las variedades. También se discuten ya las bases para la creación de la red latinoamericana de mejoramiento genético del arroz, una organización que Cuba integrará de inmediato, y que propiciará el intercambio de tecnología y conocimientos técnicos".

— ¿Qué acciones específicas están colaborando en el impulso de la producción de arroz en el país?

"Debe decirse que los cubanos tenemos que aprender muchísimo en esta rama, porque si se recuerda bien nuestro programa de arroz popular surge en el año 1996. Antes de esa fecha la cultura que teníamos era la de la gran empresa estatal, con alta tecnología y grandes volúmenes de siembras, una forma productiva que se vio severamente afectada con la caída del campo socialista y la crisis económica que entonces sufrimos. Nos vimos obligados a realizar un cambio total en la forma de pensar y organizar nuestra producción arrocera".

"Con el ánimo de avanzar en ese nuevo programa en el país se han ido potenciando un grupo de acciones importantes, en muchos casos con apoyos externos. Por ejemplo, funciona un proyecto con el PNUD para la preparación de productores en la garantía de las semillas, y otro con el gobierno de Viet Nam para el desarrollo del arroz familiar".

"De conjunto con especialistas de Japón se está realizando además un estudio de las factibilidades de desarrollo del cultivo del grano en las cinco provincias centrales, para estabilizar una producción en pequeña escala donde se emplee tecnología asiática con el máximo aprovechamiento de los insumos, lo que la adaptaría a nuestras circunstancias".

"Como estamos seguros de que el basamento de ese programa popular tiene que estar en la capacitación de los productores, porque sabemos que cuando esta actividad se inició cerca del 60 % de ellos se sumaron sin conocimiento alguno sobre el cultivo, también laboramos de forma estable en esa dirección. Bajo este concepto en el 2003 recibieron cursos y asesoramientos diversos alrededor de 60 000 personas, y este año nos encontramos en un estadio superior, porque ofertamos cursos de especialización y post grado y contamos con una capacitación a distancia. Esta constituye una tarea ardua pues asciende ya a 180 000 las personas vinculadas al programa". Algunos resultados Luis Alemán, presidente del Grupo Nacional de Producción Popular de arroz del Ministerio de la Agricultura, es uno de los principales conocedores sobre la marcha de este proyecto en el país".

"Puede afirmarse que el programa ha crecido en todos los sentidos del 96 a la fecha, aunque estamos claros de que todavía no está al máximo de sus posibilidades. La producción se ha incrementado sobre la base de la incorporación de CCS, CPAs, UBPCs, empresas y granjas estatales, y también por la participación creciente de los parceleros y de productores sumados a partir de la nueva figura del préstamo de tierras. Hasta el 2003 se dedicaban al arroz popular unas 160 000 hectáreas en todo el país, lo que debe aumentar algo más este año", puntualiza".

"En el caso del consumo se ha definido que estamos sobre los 60 kilogramos per cápita por año, y se sabe que crecimos porque al inicio del período especial consumíamos unos 46 kilogramos per cápita. Esta alza es directamente proporcional con el aumento productivo, y también con la disminución de los precios promedio en el mercado, que ha sido de cerca de un 60%".

El pasado año se contabilizaron 272 000 toneladas de arroz generadas por esta vía, más unas 50 000 toneladas de arroz especial producido en las granjas, lo que suma 320 000 toneladas totales y supera el récord histórico conseguido en este cultivo.

"A pesar de ello, el país todavía importa más arroz del que produce, y aunque los precios han disminuido mucho, todavía son elevados en correspondencia con el poder adquisitivo de los consumidores. Es por ello que hay que seguir incorporando personas y representantes de las formas productivas mencionadas a este programa, así como potenciar el aprovechamiento de muchas más tierras ociosas en esa dirección", argumenta Alemán.

"Tenemos el propósito de crecer al máximo en este cultivo para poder estabilizar la presencia del producto en los mercados durante todo el año, y para ello hay que organizar mejor las acciones, aprovechar las experiencias internacionales e incorporar novedosas tecnologías y formas de cultivo y cosecha que se basen en la tradición y permitan ahorrar los insumos".

En ese camino han ganado iniciativas como la de extender la cultura del trasplante manual que permite economizar en semillas y herbicidas, o la de experimentar en la creación de variedades que precisan de menos recursos o son más resistentes frente a situaciones como la sequía.


Publicado en www.cubaindustria.cu/ 9 de Julio 2004


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