Ensayo preparado desde mi Tesis de Maestria en Cultura Latinoamericana: "Tratamiento del espacio Puerto Principe en tres novelas del siglo XIX"
Como primer antecedente ensayístico que tropezamos al realizar la investigación: "Tratamiento del espacio Puerto príncipe en tres novelas del siglo XIX" fue la obra: Urbanismo, arquitectura y sociedad habaneras en "Cecilia Valdés" de Yolanda Wood, realizado con profundidad e interés científico cultura sobre esa novela de Cirilo Villaverde. Dicho ensayo nos aportó ver la novela como recuento de valor documental, y a la ciudad como lugar novelesco por excelencia y espacio para la acción y caracterización de los personajes, comparar la aguda observación del escritor con imágenes de los grabados; donde para él la arquitectura es presencia y definición mientras que el grabado es telón de fondo, por ello ese novelista recompone sitios y lugares que conoce y ofrece soluciones efectivas y relaciones espaciales diversas; valorar el mobiliario que se usa en repertorios arquitectónicos porque caracterizan personajes, grupos sociales y status; mirar la ciudad dentro de la acción como un personaje vivo, ubicar físicamente los elementos novelados que constituyen símbolos urbanos representativos de la ciudad; reconstruir trazados, espacios y símbolos urbanos en los que se desarrollan diferentes actividades económicas, políticas y sociales y donde la ciudad es magnitud espacial para destacar aspectos singulares de su arquitectura.[1]
Por esa razón consideré a esta autora como un primer camino hacia el análisis de la arquitectura en la literatura, que como dijimos anteriormente, realizo el abordaje de la ciudad de La Habana en el siglo decimonónico. Existieron en ese momento de búsqueda y trabajo investigativo otras referencias que me aproximaron al análisis de la arquitectura y sociedad en otras novelas y autores, preferentemente del siglo XX pero sin llegar a los nexos totalitarios que sugiere Yolanda Wood.
Como el propósito de mi investigación era más ambicioso porque lo realizaría sobre tres novelas, de autores camagüeyanos del mismo siglo y que plasmaron en sus obras la arquitectura que les tocó vivir.
Así tropecé con tres ensayos magníficos que me permitieron elaborar estas reflexiones y continuar la búsqueda en la maraña de libros, revistas, periódicos o páginas Web. Los títulos atraen por sí sólo y sugieren una lectura rápida y otra en profundidad: Lectura crítica del entorno cubano, La arquitectura en los pasos perdidos y Los pasos en la ciudad.
El Carpentier visto por Roberto Segre en: Lectura crítica del entorno cubano me aportó múltiples elementos de utilidad para caracterizar la arquitectura desde la literatura en una época determinada, como el ambiente natural que constituyó una existencia de la sociedad humana, que en la novela ese espacio geográfico se convierte en antropogeográfico por el trabajo humano que en él se desarrolla, así como la recurrencia a la naturaleza en la novela define a la sociedad, caracteriza al paisaje y su significación productiva, religiosa, utópica, y presenta la naturaleza artificial creada por la élite dominante.
Dicho autor me sugiere desde sus importantes reflexiones culturológicas que la primacía de la naturaleza como configuración del paisaje, los signos creados por el hombre en el proceso de construcción hay que buscarlos en el marco antropogeográfico.
Su introducción progresiva en las estructuras ambientales, permite comprender y buscar en las obras las dos alternativas para caracterizar la acción humana: la primera determinada por el sistema productivo y la segunda por el sistema de asentamiento y su proyección simbólica.
La lectura concentra y satisface mis deseos y curiosidad científica, sin olvidar que encamina mis pasos de lector hacia el papel asumido por la acción proyectual humana que comienza a partir del siglo XIX, y que hoy domina al mundo; por eso la naturaleza es asimilada en términos científicos y estéticos.
Ya en el análisis realizado de la creación de Alejo Carpentier, Segre tiene en cuenta la obra literaria como un lugar de constante presencia del contexto arquitectónico y urbanístico como marco referencial del acontecer humano; para ver en las novelas que la vida cotidiana de los personajes se desarrolla en íntima relación con las formas, colores, espacios, sombras, sonidos que generan los lugares.
Luego me hace buscar en ella la relación del autor con la arquitectura, para comprender su visión de la misma, desde la experiencia teórica adquirida y su experiencia vivencial de edificios y ciudades de todos los tiempos y latitudes. Buscar, buscar y buscar con alma de polilla esa otra arquitectura en las novelas como memoria comunitaria y proyección cultural; para de esta manera comprender que la arquitectura y la ciudad no son escenografías distantes, sino fragmentos presentes de la sufrida vida humana.
La lectura de esta autor me llevó a un vicio singular, analizar si los autores son esencialmente urbanos como Carpentier o esencialmente "rurales" y si la naturaleza forma el ámbito externo o no, - en cada obra narrativa que leo-, así como buscar la configuración a partir de la imagen de la urbe; comprender que la arquitectura y la ciudad acompañan al ciclo vital del hombre.
Más adelante indagar en las novelas la propia personalidad de la arquitectura y la ciudad con las funciones que en ellas se realizan, la tipología de sus calles, los componentes formales de sus edificios y la atmósfera propia creada por los habitantes o el contexto ecológico; detallar como cada novelista puede ser un observador atento del fenómeno urbano; comprender en la obra la búsqueda de la autenticidad cultural principeña como tema de los novelistas, la identidad local desde la arquitectura y vida social transculturada (presencia de construcciones aborígenes, españolas, criollas).
Con esa visión pude confirmar desde las novelas como la vida social en su arquitectura es un reflejo del calidoscopio de tipos humanos, de razas, de niveles económicos que utilizan los espacios y las formas urbanas; apreciar como en las novelas se trata, en sus partes, el conjunto de componentes arquitectónicos definiendo la ciudad principeña - mi ciudad soñada, vivida e investigada-, por sus características, descubrir en las novelas como incide la naturaleza en el carácter de los habitantes.
Desde allí, como por acto de magia, me permitió escalar hacia el nivel de valorar en las novelas las interacciones raciales y culturales que se forman en el contexto o sencillamente comprobar como se ven en las novelas las contradicciones sociales y económicas que imperan en cada momento histórico y emitir valoraciones sobre los condicionamientos de la arquitectura como factores determinantes de la creatividad desplegada por arquitectos y constructores.[2]
"La arquitectura en Los pasos perdidos" de la camagüeyana Amarilis Echemendía es el ensayo que me aporta una indicación hacia la búsqueda en la literatura de ficción de elementos para la investigación en la arquitectura, la autora reflexiona sobre la definición y protagonismo de la arquitectura en la obra de Carpentier, el reflejo en sus novelas de personajes que son arquitectos o como aquel Adelantado fundador de una ciudad, el uso de locaciones que tienen que ver con características urbano arquitectónicas de ciudades importantes, el conocimiento de arquitectura del autor, el uso de motivaciones arquitectónicas del protagonista desde la autobiografía del autor, la descripción de casas, elementos que contienen y el desenvolvimiento de los personajes dentro de ellas.
Coincidiendo con Yolanda Wood, esta autora ubica a la ciudad como un sujeto importante en la trama, en la presentación y búsqueda identitaria de la ciudad tradicional americana, la arquitectura vivida o divisada en todos sus detalles, la significación que poseen las edificaciones de estar habitadas por personas, la elaboración de un extenso glosario de términos de arquitectura, la presencia de un variado repertorio arquitectónico, la preponderancia y funcionalidad de las iglesias, la importancia que da Carpentier a las características del contexto arquitectónico para actividades y acciones, la presencia de lo arquitectónico más allá de lo construido en tipos de materiales, colores, olores y sonidos que caracterizan a la ciudad, el tratamiento a la ambigüedad en la relación realidad - ficción, el uso permanente de la orientación y la ubicación de la acción en el contexto construido que conoce cualquier lector.[3]
Sus valoraciones son hechas con pleno conocimiento de causa en lo referente al hecho arquitectónico y su relevancia, por ser uno de los acercamientos realizados a la obra de este autor por una arquitecto y no precisamente por un crítico o estudioso literario, cuestión común con los estudios de Segre y de Adela García, que desde diferentes aspectos valoran incluso textos comunes.
Los pasos en la ciudad de Adela García, también realizado sobre la obra de Alejo Carpentier Los pasos perdidos, es una visión de otra camagüeyana que me aporta, coincidiendo con los demás, la unidad de lo arquitectónico y los bienes utilitarios contenidos en el espacio, y la comparación de la obra carpenteriana con el dibujo en las novelas del espacio arquitectónico sin salir de la trama: el ver una casa como elemento singular que introduce al lector en la narración y la ciudad como espacio cambiante cargado de significaciones temáticas, ideas sobre el espacio como protagonista y creador del tiempo en sucesión de épocas, la invitación a la ciudad carpenteriana casi totalitaria y abarcadora de una identidad que puede ser participativa con patrones nostálgicos, ciudad que no se puede separar de sus habitantes y su contexto, espacio de fundación literaria que toma cuerpo y es organismo vivo.[4]
Todos estos elementos aportados por los autores, resultaron ser para mí un punto de partida de mucha importancia para el investigar, realizar el estudio del tema tan hermoso y complicado que es el tratamiento del urbanismo, la arquitectura y la ciudad en la literatura como espacio esencialmente simbólico.
Pude entonces, emitir juicios y valoraciones sobre dichos aportes, descubrir la carencia en los análisis que incluyan, en primer término: novelas escritas en el siglo XIX por autores principeños, con una trama que se desarrolle fundamentalmente en el espacio Puerto Príncipe y sus alrededores, concluir la investigación.