Cuba

Una identità in movimento

La Iglesia de Arango

María Argelia Vizcaíno



"... nuestros Conventos e Iglesias carecen de verdaderos tesoros
que hagan de sus claustros y sacristías museos de arte religioso"
(Luis de Soto)


Es Arango un poblado rural que queda a 5 kilómetros distante del Sur de Minas, en el término municipal de Guanabacoa, Ciudad de La Habana. Limita al Oeste con Peñalver una vez bautizado Barrio Pepe Antonio con su río por el medio que en realidad es el río Bacuranao que nace en la Loma de la Trampa; al Este está la Loma de Valentín que conduce a Campo Florido, y al Sur el pueblo la Sepultura y le sigue Tapaste. Se formó de lo que primero fue la finca Tío Puente que pertenecía a Don Marcelino Arango, y donde existió el antiguo ingenio Sacramento que más tarde pasó a ser la finca del mismo nombre donde nació mi madre y sus hermanos. También en Arango nació mi padre y casi todos los antepasados que conocimos.

Es bastante pequeño, casi nunca aparece en los mapas pero no es de extrañar, cuando he visto mapas que no ponen ni a Guanabacoa, siendo ésta más grande que La Habana Metropolitana, contrario al dicho popular de que "La Habana no cabe en Guanabacoa".

Como casi toda zona rural no contaba todavía en 1940 con ningún tipo de industria y muy pocos adelantos de la época, ni siquiera una iglesia. Para bautizarse había que reunir en una casa un grupo de niños de distintas familias para que en un mismo día viniera un sacerdote de uno de los pueblos cercanos y les diera el santo sacramento de la iglesia católica colectivamente.

Cuando mi papá decidió casarse con mi mamá, tenían que ir o bien a la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en Peñalver (después de La Trampa), o a la Iglesia de Santa Ana en Campo Florido, o a la de La Caridad del Cobre en Minas, por eso mi abuelo paterno Juan Alejandro Díaz, que era el bodeguero más popular de la comarca, decidió tratar de construir una Iglesia para Arango, así que se reunió con las autoridades políticas y religiosas para adquirir los permisos requeridos. El dinero necesitado sería sacado de las donaciones voluntarias.

El alcalde de Guanabacoa, Lolo Villalobos fue el primero en donar $100.00, prometiendo dar más, y aunque Villalobos fue una figura muy querida, abuelo me aseguró que esa ayuda nunca llegó, sin embargo sí le dio gran apoyo político para agilizar los trámites. En realidad la iglesia se construyó bajo aprobación de la alcaldía de Guanabacoa, pero los fondos salieron mayormente de las rifas y colectas que el propio pueblo realizó, incluyendo a los más humildes que también cooperaron con lo que podían. El señor Antonio Ortega — rico hacendado de la zona — donó el terreno, y como era muy devoto a Nuestra Señora del Carmen, se escogió la Virgen como patrona del pueblo. Fueron muchos los que trabajaron en la obra hasta lograr una sencilla pero hermosa capilla.

Por fin el 5 de diciembre de 1941, se celebró la primera boda en la nueva Iglesia; se casaron los jovencitos José Luis Díaz y Argelia Ramos, en una conmovedora ceremonia oficiada por el párroco de Campo Florido, Reverendo Padre Cándido Fraga. Ese mismo día hubo una gran fiesta, y se le regaló al pueblo dulces, comida, golosinas, refrescos, cervezas, vinos, casi todo donado por los comerciantes que distribuían estos productos en la bodega de mi abuelo. Nunca más Arango ha vuelto a tener una fiesta gratuita como esta.

El 12 de abril de 1942 se bendijo la Iglesia con la presencia de Monseñor Arteaga (todavía no era Cardenal) y el Reverendo Padre Eduardo Boza Masvidal (que no era Obispo en esa fecha) y varios sacerdotes más que vinieron desde la Diócesis de La Habana. Todavía conservamos las fotografías. Se llevó a cabo una procesión después de la solemne misa, y se hizo una feria en la que cada cual vendía lo que podía en un pequeño quiosco. Abuelo aumentó su popularidad (de gustarle la política habría salido elegido con seguridad) todos lo admiraban mucho y hasta una imagen de él, en tamaño natural, fue alzada y alumbrada por fuegos artificiales que magistralmente crearon los pirotécnicos.

En el estupendo libro Historia de Guanabacoa escrito por Elpidio de la Guardia (el abuelo de mi amiguita y vecina Dorys de la Guardia), se menciona la bendición de la Iglesia de Arango y además agrega que

"... este mismo día fue inaugurado el parque construido por el alcalde Villalobos, designándosele con el nombre de Parque de la Libertad, así como tres cuadras de la calle Maceo, en dicho poblado fueron pavimentadas".

Aparente el historiador no confirmó lo que le comunicaron, porque jamás la calle Maceo, que era conocida por el "Callejón" que comunicaba a Arango con Peñalver, fue pavimentada. Yo la recuerdo en la década de 1960 como un terraplén que empolvaba o enlodaba de acuerdo con el tiempo, ya sea seca o lluvia. Mis padres y tíos, testigos de aquellos años, también me afirman que eso nunca sucedió. Creo que es importante señalar además, para los futuros historiadores, que en una edición anterior de la Historia de Guanabacoa aparece este hecho registrado sin muchos detalles y con un pequeño error en el nombre de mi padre, que le llamaron Juanito, pensando que tenía el mismo nombre que mi abuelo.

En resumen, la Iglesia de Arango debe estar muy orgullosa de haber casado por primera vez un matrimonio que perduraría. Una pareja de jóvenes campesinos (él casi 20 años, ella 17) que supieron superarse y enfrentar la pobreza con esfuerzo y dignidad, que criaron con sacrificios a sus dos hijos, con verdadera fe en Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Madre Santa, por lo que nunca se han separado de la senda del bien, por eso los bendijo y han podido rebasar las Bodas de Oro cumpliendo el 5 de diciembre del 2001 sesenta años de unión matrimonial. ¡Bendito sea!:

"Lo que Dios ha unido que no separe el hombre".


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Webmaster: Carlo Nobili — Antropologo americanista, Roma, Italia

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