Mucho antes de 1939, fecha en que Nicolás Guillén se incorpora a Noticias de Hoy, posee un nivel tal que le permite analizar y enfrentar los acontecimientos desde una posición sustentada sobre los pilares de las formas más avanzadas del pensamiento humano. Las circunstancias y los hechos que rodearon su vida, y la amplia capacidad de absorber de ella enseñanzas, perfilaron su condición política.

Si bien su quehacer periodístico data desde la niñez, y abarca como el mismo dijera, la colaboración con casi todos los diarios cubanos, no hay dudas de que los órganos del Partido Comunista Resumen y Mediodía, significaron.

Resumen, porque a pesar de su efímera existencia, lo introduce en el camino del periodismo revolucionario, al sumarlo al grupo de intelectuales del Partido (del cual aún no era militante) inmerso en desarrollar el trabajo cultural de la organización. Mediodía, porque fue donde la acción lo desarrolló y perfeccionó. Y además sintió aquí por primera vez, en piel propia, la expresión de quienes se hallaban en sus antípodas políticas e ideológicas, que ostentaban el poder.

En las crónicas enviadas desde los escenarios de la Guerra Civil Española, se puede observar su admiración por ese pueblo, así como la indignación y el dolor por los crímenes que el fascismo allí comete, al tiempo que aboga por una "militancia activa, vital, que todo lo arriesga, todo lo sacrifica, que todo lo ofrece y lo da todo".^[1]

Destacando la defensa de Madrid, rodeado por las tropas fascistas, escribe:

"La ola chocó sordamente contra el farallón,
para resolverse en un gran hervor de espuma.
Así comenzó Madrid su duelo con la muerte".^[2]

Esta prosa impregnada de poesía podría surgir solamente de un autentico artista que siente, en sus fibras más íntimas, al pueblo como fuente viva y de fuerza capaz de enfrentar al enemigo.

En el periódico Noticias de Hoy, donde escribieron intelectuales destacados como Juan Marinello, ángel Augier, Cesar Escarlante y Blas Roca Calderio, Guillén ejerce la jefatura de información por algún tiempo y demuestra ser un periodista consagrado, con un sentido definido de la profesión. Su primera sección fija, llamada "Motivos", surgió el 30 de mayo de 1941 con el propósito, como él mismo señaló, de "... trabar conversación de cada día".^[3] Y aclaraba seguidamente que la misma giraría en torno a cualquier tema. Aquí el pueblo encontró la voz guiadora y el oído receptivo del amigo; el enemigo, la lanza afilada que lo hostigaba.

No hubo jamás desproporción en sus ataques, en el sentido de que cada cual recibía la justa dosis de lo merecido. A la par que su voz se alzaba a favor de un grupo de obreros textiles encarcelados "... sólo por haber levantado la frente [...] la justicia corriendo tras los trabajadores [...] precisamente porque quieren justicia"^[4], arremete con fuerza contra el Ministro de Estado, Cortiña, cuyos sucios manejos dentro del Consejo Nacional de educación, ha provocado la adopción de medidas de carácter anticubano: "... una victoria sobre su Patria. Es decir, la peor, la más triste victoria que puede obtener jamás un hombre sobre la tierra".^[5]

En torno a la ética profesional resulta importante traer a colación la idea que acerca de ella tenía Guillén:

"La ética periodística es muy respetable y hasta sagrada la traición de un compañero por otro es simplemente repulsiva; la camaradería y el afecto son requisitos muy estimables para crear una atmósfera de mutua comprensión y tolerancia en el rendimiento de tareas comunes".^[6]

Alertaba que tales principios no significaban ocultar, tergiversar o mutilar la verdad, máxime si conllevara a callar el más abominable de los crímenes: "... la traición más grande de todas las traiciones: la traición al pueblo... "^[7]

En "Motivo", Guillén mostró la originalidad de su forma, su capacidad de creación, el dominio del idioma y de las técnicas periodísticas. De las más increíbles sutilezas salía el más brillante comentario, género muy utilizado por él en aquellos tiempos.

Eran frecuentes sus trabajos titulados "Ten Cents", en los que aparecían varios pequeños artículos que iban desde los cortos comentarios hasta minicuentos, donde con aguda ironía analizaba y denunciaba problemas nacionales e internacionales. Encontramos también las publicaciones y el análisis, muchas veces polémicas, de la correspondencia recibida.

En 1944, Guillén junto a Angel Augier y Mirta Aguirre forman parte del comité editorial de una nueva publicación: la revista mensual de cultura Gaceta del Caribe, que pretende continuar la línea iniciada por Mediodía en 1938 y de la que salieron solamente diez ediciones.

En noviembre de 1945 la tierra sudamericana acoge a Guillén. Venezuela es el punto inicial de un largo periplo por países del área. El grupo de "Crónicas venezolanas" destaca sus vivencias por esa nación, caracterizadas por su realismo y un elevado nivel de descriptivo que el lector tiene la sensación de estar mirando el panorama que se presenta ante los ojos del autor:

"El avión iba perdiendo altura, ya en la cercanía de
Ciudad Bolívar, cuando el espectáculo de una gran
zona líquida, de tono verdoso claro, que relampagueaba
bajo el Sol vespertino, me sacudió en el asiento".

Anota su primer encuentro con el río Orinoco:

"... volamos a ver el río, a oír de cerca la respiración del gigante. Habíamos andado seis o siete cuadras a lo sumo, cuando la calle, deteniéndose de improviso, precipitóse en un declive rápido y polvoriento. Allá abajo, espumosa y veloz, resolvíase la hinchada corriente. Gente pobre, sentada a la puerta de bohíos más pobres todavía, la piel cetrina y la mirada incierta, nos veía pasar, tal vez le era difícil comprender nuestra euforia frente a un espectáculo tan simple, tan natural para ellos, como el de aquellas aguas rodando eternamente hacia el oceano".^[8]

Después de una relativa pausa debido a sus actividades políticas — en 1948 es candidato a Senador por el Partido —, en los días iniciales del año siguiente publica un conjunto de décimas satíricas donde acusa y condena la corrupción del gobierno y la sumisión al imperialismo yanki:

El premio
Mucha ley de gangsterismo
mucho prometer y hablar,
pero en eso de matar,
Tony, seguimos en lo mismo.
Y pues florece el bonchismo,
creciendo en sangrienta ola,
y la feroz batahola
hoy impera igual que ayer,
¡démosle en premio al premier
un cubo... y una pistola!^[9]

USA
Ir donde un negro y sacarlo
de su casa en forma dura;
después de una noche oscura
sin contemplación quemarlo.
Escupirlo, pisotearlo,
y al fin, en turbio montón,
celebrar aquella gracia.^[10]

El año 1949 marca el inicio de la creación de su famosa Elegía a Jesús Menéndez, que no concluiría hasta después de tres años de constante búsqueda y perfeccionamiento.