Cuba

Una identità in movimento


El Museo Antropológico Montané de la Universidad de La Habana en su 102 Aniversario

Armando Rangel Rivero


El lingüista Antonio Bachiller Morales (1812-1899), mantuvo la idea de fundar en Cuba un museo de Antropología, basado en el auge que iba tomando cada vez más esta disciplina científica en el siglo XIX. Su noble pensamiento lo expresó primero, en la Sociedad Económica de Amigos del País, argumentando que una institución cubana, donde se mostrara el patrimonio arqueológico de la isla, era muy importante para la historia de la nación. Personalidades como el geógrafo y naturalista español Miguel Rodríguez Ferrer (1815-1899), reconocían el progreso y la capacidad de los profesionales insulares en materia antropológica. Este científico había trabajado con el eminente profesor Felipe Poey Aloy (1799-1891), en la clasificación e identificación de las colecciones osteológicas, líticas y cerámicas de la región centro-oriental de Cuba. Poey que poseía una extraordinaria formación académica, contribuyó al desarrollo de las ciencias; siendo elegido primer Presidente de la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba en 1877.

En la sesión pública de la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba, correspondiente al 16 de diciembre de 1883, Bachiller Morales leyó la memoria titulada "Una hacha de piedra pulida, recientemente hallada en Cuba". Concluyendo de la siguiente forma:

... el deseo de que poseyéramos /sic/ un museo de arqueología /sic/ aunque fuese muy inferior á /sic/ los de Washington, Copenhague, Londres y otros.[1]

Los postulados de Bachiller Morales, de constituir el Museo Antropológico, eran válidos, pues él dominaba el valor de las colecciones existentes en Cuba. Por lo cual propuso recoger los materiales antropológicos diseminados y poco estimados, por el desconocimiento que existía del pasado prehispánico. Los hallazgos antropológicos y arqueológicos atesorados por la Sociedad estaban expuestos en el Museo Indígena de Historia Natural de la Real Academia de Ciencias Médicas Físicas y Naturales de La Habana, el cual se había inaugurado el 19 de mayo de 1874.

Los Estatutos de la Sociedad Antropológica legislaron los requisitos para ordenar el material y su intercambio con otras instituciones, de lo cual se debió ocupar el conservador del Museo. Sin embargo, las condiciones dentro y fuera de la Academia cambiaron. La carencia de apoyo gubernamental, la falta de finanzas para publicaciones, conservación y restauración del material colectado, debido a la guerra de Cuba con España, originaron el colapso de la Sociedad y su Museo.

La inmediata ocupación militar norteamericana, posterior al 10 de diciembre de 1898 cambió el panorama político, económico y social de Cuba, lo cual trajo consigo transformaciones en la Universidad. El Dr. José Antonio González Lanuza (1865-1917), partidario del protectorado de Estados Unidos, ocupaba el cargo de Secretario de Justicia e Instrucción Pública. Lanuza, fue el encargado de poner en práctica el nuevo sistema de estudios, denominado Plan Lanuza. Este fue promulgado a través de la Orden Militar No 212, dictada el 5 de noviembre de 1899 por el Gobierno norteamericano, creándose la Cátedra de Antropología General y Ejercicios de Antropometría. Con posterioridad, la Orden No.250, publicada el 28 de diciembre de 1899, nombró los catedráticos por cada una de las Facultades, quedando al frente de Antropología, Juan Luis Epifanio Montané y Dardé (1849-1936).[2]

La fundación de la Cátedra de Antropología para organizar la enseñanza y conservar el patrimonio antropológico de la nación, trajo consigo la creación de un Museo y Biblioteca, que también quedaron bajo jurisdicción del profesor Montané. Él creó las condiciones que justificaron la tenencia de un inmueble digno para la disciplina. Los doctores Juan Vilaró Díaz (1838-1904) y Ernesto Juan Miguel Dihigo y Mestre (1876-1952) propusieron al Decano de la Facultad de Letras y Ciencias, Evelio Rodríguez Lendián (1860-1939), el 29 de junio de 1903 que el Museo Antropológico Universitario se denominara Montané.

El Dr. Leopoldo V. Berriel Fernández (¿?-1915), Rector de la Universidad comentó entre líneas "= Antropológico = Vale". Por Resolución del 30 de junio de 1903 se aprobó la denominación de Museo Antropológico Montané y se estructuró en secciones de acuerdo a la naturaleza de las colecciones: Antropología zoológica, Antropología física, Prehistoria Europea, Etnología del Antiguo Continente, Etnología Americana y de Cuba.[3] Además se agregó, Aborígenes de Cuba y de Las Antillas. La Institución quedó bajo la dirección de los doctores Luis Montané y Arístides Estefano Mestre Hevia (1858-1952), quienes atendiendo a la organización planteada, se dieron de inmediato a la tarea de exponer las piezas de mayor valor.

Ciento dos años después el Museo Antropológico Montané, perteneciente a la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana, es una institución con gran prestigio en la docencia y la investigación. Sus colecciones sobre las culturas prehispánicas que poblaron Cuba, El Caribe y América y su nueva área orientada hacia la evolución humana, donde se explica el camino recorrido en los últimos 7 millones de años; son una realidad de cómo se actualiza la compleja disciplina antropológica.


    Notas

      1. Bachiller y Morales, Antonio (1885) "Una Hacha de Piedra Pulida Recientemente Hallada en Cuba", En: Boletín de la Sociedad Antropológica de Isla de Cuba, La Habana, t. I, No 5, p. 83 y ACTAS Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba (1966), p. 171.

      2. Gaceta de La Habana (1899) Año LXV, No 4, t. 2, domingo 5 de julio.

      3. "Expediente del Laboratorio y Museo Antropológico" (1901) Archivo de la Universidad de La Habana, Fondo Histórico Administrativo, Exp. 334, Doc. 20.


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