AMAR del lat. amare). tr. verbo palabra en exceso usada en su forma verbal y en concepto global en todas las artes, en la verborrea de políticos inescrupulosos casi calvos o con implantes capilares, en los templos, en el séptimo arte, pero cabe la pregunta ¿Sabemos lo que significa el verbo amar en todas sus acepciones y dimensiones?
A esta pregunta tan simple encontramos la respuesta, un NO como pueden ver en mayúsculas y negritas para ser mejor visto por los miopes e hipermétropes de oficio y a conveniencia.
Somos capaces de hacer el amor, forma algo edulcorada para hablar de sexo, pero amar al otro de verdad completo sin conjunciones disyuntivas no. Hay incluso quien se precia de ser Académico en eso de los orgasmos y hasta se inventan métodos y formas mejores para lograrlo a plena satisfacción. Hay algo de adquirida ineptitud en eso de amar con el corazón, no con los genitales.
No amamos porque hemos perdido el sentido real del amor, somos hedonistas mal que nos pese además de infantiles, todo lo enmarcamos en la psicología del yo primero, yo después, yo siempre, o sea que en lo concerniente a la gramática y la conjugación de los verbos hemos desaprobado, así de simple y vergonzoso, no somos capaces de pasar de la primera persona del singular, y en la realidad más patética ni siquiera nos amamos como debiéramos, partiendo del hecho que no aceptamos nuestra persona física tal y cual es, ni delante del espejo, de ahí la gran demanda de Cirujanos Estéticos, esta no aceptación se hace extensiva a la familia, el entorno, al subjetivo concepto que existe en nuestro inconsciente de nuestras debilidades y fortalezas, lo bueno, lo malo, cayendo el error de etiquetear como malo lo bueno y en realidad no lo es, o si lo es no lo es para tanto hombre. Vamos por la vida jugando a los escondidos con nuestra conciencia, con nosotros mismos; presos en la cárcel implacable de la imagen de un yo inexistente ideal que nos empeñamos en mostrar a todos, en este carnaval sin sentido que llamamos sociedad de la postmodernidad que arrastra a pesar de su altisonante nombre y todos sus adelantos supuestamente en pro de la humanidad, todos los vicios y el deterioro de las precedentes sociedades.
Si comenzáramos por aceptarnos completos como una unidad indivisible, conciliáramos nuestras cuentas pendientes con errores y aciertos, partiendo del hecho innegable de que somos seres humanos por lo tanto la equivocación es una realidad como una piedra con la que lidiamos día a día, además de que lo objetable no es la equivocación en sí, sino el persistir en ello, estaríamos dando los pasos iniciales en el conocimiento del verbo amar, porque el que ama perdona, comenzando por nuestra torpe gramática limitada nos perdonaríamos primero, aceptaríamos después y toleraríamos a nosotros y también al otro, que también se equivoca, que no posee dones extrasensoriales para adivinar que nos complace y que no. Además de saldar la cuenta pendiente con Doña Gramática y aprender de una vez y por todas a conjugar los verbos en todas personas, y en especial este tan controvertido verbo amar.
EXPERIMENTO DE RECETA PARA LOGRAR AMAR
Una cucharada de perdón.
Una taza de aceptación.
Una que otra lágrima.
Una taza de tolerancia.
Dos tazas de sonrisas.
Después cargados con todos estos ingredientes,
cruzamos el puente,
tomamos las manos que esperan,
y... ya tenemos el inicio de lo que puede ser amar.
Advertencia: No olviden de estudiar Gramática y ojo ser un poco menos egoístas.