Cuba

Una identità in movimento

Meyer Lansky: La Mafia en Cuba. Segundo testimonio de Enrique Cirules

Imeldo Álvarez García



El escritor Enrique Cirules (Nuevitas, Camaguey, 1938), retomando el tema abordado en el libro con que obtuviera en 1993 el Premio Casa de las Américas, El imperio de La Habana, se presentó a la XIV Feria Internacional del Libro con un nuevo testimonio titulado La vida secreta de Meyer Lansky en La Habana, que constituye sin duda una lectura original, distinta e incitante de la historia cubana desde la década del 30 hasta el triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1959.

La obra literaria de este narrador, periodista e investigador se alimenta no sólo de las vivencias de una vida llena de acciones, aprendizajes y alternativas en diversas ocupaciones y oficios, sino del estudio y análisis de la realidad en que se ha afirmado como hombre y como artista, de ahí el registro indagador de sus textos, ya sean artículos o reportajes, testimonios o relatos, cuentos o novelas. Los resortes esenciales de su obra están en su capacidad de iluminación, de conocimiento, en su pasión de luchador, de ser amoroso que siente el bien y la belleza de manera consustancial a la dignidad humana y al ideal revolucionario, no en forma abstracta, sino militante, comprometida con la verdad y la justicia social.

Sus libros publicados marcan un derrotero estético que, en el buen sentido de la palabra, revela una constante de valores significantes: Los perseguidos (cuentos, 1972), Conversación con el último norteamericano (testimonio, 1973), La corriente impetuosa (cuentos, 1978), La otra guerra (cuentos, 1979), El corredor de caballos (relatos, 1980), La saga de La Gloria City (novela, 1983), Los guardafronteras (relatos, 1983), Bluefields (novela, 1986), Extraña lluvia en la tormenta (novela, 1986), El imperio de La Habana (testimonio, 1993) Iceberg de Ernest Hemingway (reportaje, 1995), Luces sobre el canal (cuentos, 1998), La vida secreta de Meyer Lansky en La Habana (testimonio novelado, 2004).

La lucha contra la tiranía en las montañas, el tema de los emigrantes procedentes de Estados Unidos en los inicios del siglo XX, la acción de los milicianos contra las bandas contrarrevolucionarias, los marineros, la vida de los hombres que cuidan las costas, los infiltrados, el terrorismo, la subversión, las misiones internacionalistas, la presencia de la mafia, las drogas, la prostitución, las trampas de la vida nocturna, el juego en todas sus manifestaciones, el lavado de dinero, las relaciones de los políticos, gobernantes, policías y militares con el clan de Meyer Lansky, el poder real y el poder aparente, las formas visibles y subterráneas de la dominación semicolonial...

Este nuevo libro de Cirules pudo haber sido una novela o un ensayo con decenas de notas y hasta una " entrevista" con el testigo-informante que en numerosas y animadas conversaciones contara la vida secreta del hombre que se propuso convertir a Cuba en un Estado de corte delictivo, en el que todo fuera permisible para los proyectos del hampa norteamericana y todo fuera represión para las aspiraciones del pueblo cubano. Sin ir más allá de lo que vio, oyó, sintió y experimentó, el chofer y guardaespaldas de Lansky contó al escritor los hechos "sin ninguna reflexión condicionada por circunstancias actuales".

El escritor no usó grabadoras como Miguel Barnet con el Esteban Montejo de Biografía de un cimarrón ni copió al pie de la letra sus palabras. Solamente lo escuchó durante cientos de horas, indagando en esta o aquella dirección la historia contada, como si ambos estuvieran sumergidos en las perspectivas y tensiones de aquel momento, hace más de 40 años. Después, reconstruyó laboriosamente el relato y ese es texto que tienen ahora los lectores entre sus manos. Una recreación en verdad apasionante.

El historiador e investigador Néstor García Iturbe igualmente presentó en la reciente Feria de La Habana una obra titulada Un paraíso llamado Miami, en la que se estudia la corrupción de los políticos y funcionarios públicos, la actividad de un grupo mafioso que ha convertido esa ciudad en una caldera del diablo, pero Cirules, insistiendo en la dimensión épica de su constante creadora, está trabajando en un tercer libro sobre la mafia en Cuba, a partir del golpe de Estado de 1952, noticia que anotamos con interés porque justamente ahora están apareciendo plumas mercenarias que tratan de "rescatar" y "lavar" la figura del tirano Fulgencio Batista, compinche de Meyer Lansky. Así Cirules completaría una trilogía que sería un panorama de indudable valor para el conocimiento de la verdadera historia del proceso liberador de nuestro pueblo.

Nacido en Grozno, sur de la antigua Rusia zarista, Meyer Suchowljansky, cuando tenía alrededor de 9 años de edad, fue llevado para New York en 1911 por sus padres, quienes se instalaron en el ghetto de Lower East Side, barrio clave en la actividad del hampa estadounidense. El pequeño muchacho de origen judío comenzó a relacionarse en aquel ambiente con los que después influirían en su vida. Más adelante acortaría su apellido para ostentar uno más norteamericanizado.

Concluida la Primera Guerra Mundial ya Meyer Lansky era figura importante de una pandilla integrada por dos italianos y dos judíos, y en 1919, en los inicios de la Ley Seca, se convirtieron en una fuerza poderosa dentro del crimen organizado en Estados Unidos. Desde la temprana fecha de octubre de 1933, tras la caída de Machado, se producen los primeros arreglos del recién nombrado coronel Batista y Meyer Lansky. En 1937 el clan de este astuto y siniestro personaje dominaba en La Habana seis hoteles y nueve casinos.

¡Qué historia la de los mafiosos en Cuba desde entonces hasta la entrada del Ejército Rebelde en la capital de la Isla con Fidel al frente! Y no sólo de las relaciones de los corsos y judíos con Fulgencio Batista, sino con todo el mundo semicolonial en cuya cúpula señoreaban los procónsules yanquis.

A Meyer Lansky le tocó la tarea de coordinar la rapiña y poder de otros grupos. Los grupos financieros, la inteligencia yanqui, los servicios especiales configuraron un esquema de dominación que Enrique Cirules desbroza y explica con agudeza esclarecedora, situando el papel de los gobiernos de Grau y de Prío, la campaña moralizadora de Chibás, los Bancos, el Departamento de Estado norteamericano, los intereses del grupo mafioso Habana-Las Vegas, las transnacionales que operaban dentro de la Isla.

Este libro abre un conjunto de interrogaciones e inquietudes, de muy serios cuestionamientos que van más allá de los relatos del chofer y guardaespaldas de Meyer Lansky, del memorioso Jaime Casielles, quien al contar los hechos deviene también personaje representativo de aquella sociedad a la que sueñan hacernos regresar los actuales inquilinos de la Casa Blanca y los halcones de todo pelaje del imperio, incluyendo los grandes propietarios de los medios de comunicación y los ultras del neoliberalismo, del saqueo y la guerra.

Muchos aspectos de la metodología utilizada por la mafia en Cuba desde la década del 30 del pasado siglo hasta el triunfo de la Revolución Cubana, se han convertido en despliegue generalizado en nuestros días a todo lo ancho y largo del planeta.

Pienso que este libro es uno de los mejores aportes a la historiografía político-ideológica contemporánea. La crítica especializada debiera dedicar un espacio mayor a las investigaciones que este autor viene realizando.


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