El cuadragésimo aniversario de la novela testimonial Biografía de un cimarrón, de Miguel Barnet, fue celebrado, en la II Feria Internacional del Libro de Venezuela, como un acontecimiento literario fundacional no solo para las letras cubanas sino en el ámbito hispanoamericano, durante un acto al que acompañaron al autor los ministros de Cultura de los dos países, Francisco Sesto y Abel Prieto.
Quien dio voz y cuerpo literario a la experiencia de Esteban Montejo, esclavo, cimarrón, mambí y rebelde ante los desmanes de la república mediatizada, fue exaltado como poeta y novelista de perspicaz anticipación por haber sabido interpretar las claves de una identidad y transmitir la médula de una cultura de resistencia.
A ello se refirieron, desde diversos ángulos, los escritores Lisandro Otero, Jaime Sarusky, Reynaldo González y el propio Abel Prieto, quien valoró de manera particular la importancia de resaltar el aporte del libro de Barnet en Venezuela, nación en la que el proceso bolivariano encarna el espíritu del cimarronaje en los tiempos actuales, y subrayó la organicidad de la tarea intelectual de un escritor que asume sin fronteras las culturas populares y la atávicamente llamada "alta cultura".
Profundamente conmovedor resultó el testimonio aportado por el gran poeta brasileño Thiago de Mello, al evocar cómo los 40 años del Cimarrón coinciden con su conocimiento directo de la Revolución cubana y de Fidel, y de haber presenciado la fecunda labor de Haydée Santamaría en Casa de las Américas. Un agradecido e ingenioso Barnet cerró el homenaje con una declaración de fe en la necesidad de seguir siendo cimarrones, símbolos de la conquista de la libertad y de la cultura de la dignidad. El poeta, convertido en apkwon, terminó sus palabras con un cántico yoruba.
Fuente: Cubarte
(13 de Noviembre, 2006)